Excelente, magnífica, obra maestra por fin conseguida por empresa y reparto españoles. Hay que destacar la banda sonora expresamente hecha para cine. Tenemos que resaltar la actuación del gran profesional Eduard Fernández.
Dos años más tarde, EEUU ha echo otra llamada CHERNOBYL, en parte copiada, en parte tomada de la realidad, pero en el fondo un panfleto americano y se está negociando la segunda temporada.

Como la mayoría e las películas de R.U., buena. Basada en hecho reales recorre el Londres de los sesenta haciendo hincapié en el núcleo central, esto la hace lenta y repetitiva.
La excelente la actuación de Tom Hardy y la cuidada puesta en escena, propio del estilo británico, nos deja un buen sabor al final.

Greg Marcks como Alejandro González Iñárritu o Quentin Tarantino utiliza un tiempo sincrónico, en lugar de diacrónico mezclándolo genialmente. Este tiempo aparece primero en literatura (Gabriel García Márquez) y tiene
de importancia que resalta el momento de la acción en detrimento de la narración (en cine del guión) lineal. La Película resulta entretenida e interesante debido a su trama que el espectador va descubriendo a medida que ésta avanza.

Burda recreación de Bodas de Sangre en la que sobresale (lo único) la fotografía, pero te martiriza con la lentitud de la pasada etapa francesa cinematográfica. Quien ha leído y conoce en profundidad Bodas de Sangre se aburrirá en un extremo y se enfadará viendo como se destroza una gran obra de arte. La adaptación es tan horrible que produce risas sarcásticas y lágrimas de pena.

Una película del más puro y pegajoso sentimentalismo americano, pero salvada por la gran actuación de Morgan Freeman y las pequeñas.