He de empezar por admitir que no tenía ni idea de nada relativo a antecedentes de esta película. Ni sus supuestas musas del género, ni el relato corto en que se basa. Pero por narices todo ello tuvo que ser mejor que esto. Porque en realidad lo único bueno aquí es el planteamiento más básico del filme, pulsas el botón y te llevas la pasta, pero muere alguien; no lo pulsas, buenas tardes. A partir de ahí (quizás sea mi falta de creatividad, yo a eso no le veo más posibilidades que un corto o un episodio de serie televisiva) todo empieza a enrevesarse y sobre todo, a perder cualquier atisbo de sentido. O sea quizás el tal Kelly sea en realidad un genio, pero el aspecto tras el primer visionado esque esto apesta. Es un thriller, y vale, no aburre. Pero uno sale con cara de tonto, con sensación de haber perdido el tiempo y el dinero. Se suceden las secuencias innecesarias y de falsa tensión, se delira con invasiones extraterrestres, y cuando ya llega el tema de las cajas de agua...

No le pongo un diez por la genial poesía de cada plano.
No le pongo un diez por sus diálogos, que símplemente encajan con natural perfección.
No le pongo un diez por su música, eficazmente escogida.
No le pongo un diez por la precisión de todas las interpretaciones.
No le pongo un diez por su valentía.
Le pongo un diez porque me hizo llorar.

Van Damme sin velo, complicidad con el autor, simplicidad, sinceridad sin maquillaje alguno. Homenaje al hombre apaleado por sus propias decisiones, a la ciudad en la que se construyó un mito desde la más simple nada hasta el estrellato internacional, la euforia, la cocaína, la destrucción. El espíritu auténtico de la Los Ángeles más despiadada y fatal, pero también más seductora, la promesa de la ensoñación, la magia del cine, la arena de Lawrence de Arabia y su cielo rabiosamente azul.
Van Damme de buena mañana, té, ejercicio, viejos colegas, recuerdos contados una y mil veces. Maduro se confiesa y ajusta cuentas consigo mismo, con sus múltiples yos pasados, un recorrido por su vida y una mirada hacia sí mismo y la percepción de todo lo que él supone. Auténtico. Animal de escena, su energía ataca la cámara sentado en una silla de entrevista tanto como dando ostias en sus primeras pelis. Consciente de su legado pero bien asentado al fin en su piel, que ya no le daría un respiro porque el tiempo había pasado demasiado rápido.

El documental se sustenta sobre todo en su protagonista, en su fuerza y su capacidad para llenar el espacio y cuestionarse a sí mismo a lo largo del metraje. Pero el film debe también gran parte de su brillo al buen hacer en la dirección, la música, los planos de corte, el ritmo narrativo bien llevado y sobre todo una fenomenal entrevista que lleva a su protagonista al desnudo integral en su escena final, donde los silencios cobran vida, las palabras andan.

Pero AAAAAAALEX. ¿En qué estabas pensando? En muchas cosas, ya lo sé. En demasiadas cosas, todas juntas. Demasiadas y demasiado revueltas como para que aquello pudiera parecerse a una película. Algunos trocitos me la pusieron francamente dura. Pero en general. Coño, esto es un disparate demasiado grande! Es de agradecer. Asumir riesgos es de valientes. Ese no es el problema. El problema es que esto no hay por donde cogerlo. Pero yo te quiero. Porque eres un puto genio.

O he jugado una película. Aún no lo sé. Y al principio me estaba aburriendo mucho, porque yo no soy de rubitas modosas ni de corsés y medias de encaje. Tampoco soy de heroínas falsas (huy qué bien mato entre trincheras con mi faldita y mi escote) ni de películas de acción asiáticas. Ni entendía muy bien qué coño hacía ese avión metido en el señor de los anillos. Estaba empezando a reflexionar sobre los posibles problemas psico-sexuales del señor Snyder pero al final el muy cabrón consiguió atraparme. Porque finalmente Amber y sobre todo la jodida rusa están buenas y aún más si cabe, porque Oscar Isaac lo borda. Y bueno que al final o bien yo me dejé convencer, o la historia consigue entonarse. Pero claro, a estas alturas me había comido una hora y media de personalísimas fantasías erotico-violentas del amigo Snyder.


Con lo cual, concluiré condescendientemente que el videoclip es, a ratos feo, a ratos cutre, a ratos aburridillo, a ratos molón que te cagas. Sigue así Zack, tú vas a hacer algo grande.