En el momento de publicar esta crítica corre el año 2023 pero todos tenemos muy frescos los acontecimientos acaecidos en la crisis del 2008 y que todavía tienen repercusión en la sociedad española (de hecho, varios de los partidos políticos actuales nacieron fruto de aquella crisis y del movimiento 15M). Es difícil pasar página cuando uno ha visto con sus propios ojos desahucios de ciudadanos honestos que se habían quedado sin trabajo y no podían pagar hipoteca o alquiler, trabajadores esclavizados, pequeñas empresas quebradas, etc.
Pues bien, mientras todo esto sucedía un vividor que ha tenido todo lo que ha querido desde la cuna, un señor que se supone que nos representaba a todos y en cuyo obsceno salario se incluía la ejemplaridad, se iba a cazar elefantes a Botswana, era infiel a su mujer con una golfa de lujo, aceptaba regalos ilegales y ocultaba millones en cuentas opacas de Suiza. El presente documental se centra principalmente en este tema y plantea la siguiente pregunta a cualquier español que aspire a vivir en un país serio y tenga sentido crítico: ¿Queda algo de autoestima en los españoles o ya nos la han robado toda? En mi opinión, el hecho de que el caso de Urdangarín y su mujer y el del rey demérito no hayan provocado aún la caída de los Borbones responde a la pregunta. Un sencillo lavado de cara quitando un Borbón y poniendo otro fue suficiente para mantener en el poder a la familia que más daño ha hecho a la marca España en sus más de 40 años de democracia. Habrá que esperar a que desaparezca una generación de ancianos y se incorpore otra de jóvenes para que al fin podamos despojarnos de esta lacra.
Recomiendo encarecidamente el documental a quien aún tenga alguna duda sobre la cara oculta de esta familia y también a quien ya conozca la realidad porque se relatan los hechos con claridad y abundante documentación. Es una pena que nadie en España haya tenido el coraje de producir un contenido que era tan necesario. Al igual que solo un fiscal extranjero ha seguido los pasos al demérito, han tenido que ser varias productoras extranjeras las que sacasen los trapos sucios: Gebrueder Beetz Filmproduktion, Leonine, SKY Studios. Y además hay que recurrir a plataformas privadas para verlo porque obviamente jamás figurará en el menú de documentales de RTVE.

Después de ver esta película uno no puede evitar quedarse con la sensación de que el cine español está herido pero de muerte. Cuántas propuestas realmente interesantes surgen al año? Cuántas ideas frescas capaces de sorprendernos? Si un realizador quiere mostrar al público en qué consiste un trastorno de la personalidad de manera realista, el género ideal es el documental. Si elige el cine debe intentar hacer algo artístico porque si no puede meter al espectador en una experiencia angustiosa, larga e innecesaria. Dicho todo esto, quiero que conste que aprecio el esfuerzo realizado por la actriz principal.

A ratos bonita, a ratos divertida, pero en general a mí se me ha hecho larga. La idea está bien, las interpretaciones correctas, pero adolece de los clichés de todas las comedias románticas: chico conoce chica, ella gusta a los padres de él, él gusta a los padres de ella, compran casa, tienen hijos, hay alguna tragedia en la familia y final feliz. Todo ello aderezado con canciones insufribles utilizadas sin ninguna mesura y el mensaje facilón de "disfruta de cada día como si fuera el último". Recomiendo esta película solo a fanáticos (que suelen ser fanáticas) del género. Los demás seguramente no lograrán llegar al final sin la misma cara que se le queda a uno después de comer dos tartas de merengue.

La culpa de que en Hollywood se sigan haciendo estos bodrios es de todos los espectadores que los consumen. Parece que nunca no cansamos de ver películas que más bien parecen pases de modelos o anuncios publicitarios interminables que no aportan nada nuevo a la historia del cine ni a nuestras vidas. Yo tengo que decir en mi favor que suelo abstenerme de probar platos que ya he comido antes y sé que me dan asco. Me atreví con esta versión de "Desafío total" por el buen sabor de boca que me quedaba de la original y porque daba por hecho que las bases argumentales de aquélla se mantendrían en ésta. La decepción ha sido mayúscula. Nada de lo que he visto merece la pena. Ni interpretaciones, ni diálogos, ni banda sonora... ni siquiera la ambientación futurista. Un consejo: no pierdas el tiempo viendo esto y atrévete otra vez con la versión original aunque sea por tercera vez.

Don Jon es la película más realista que he visto en muchos años. Me he reído a carcajadas varias veces (cosa muy rara en mí cuando veo una película a solas) y a ratos me preguntaba: "me río porque esto me parece absurdo o porque me están contando la realidad tal cual es sin tapujos?" Gordon-Levitt ha logrado reflejar una realidad social evidente: cada vez nos relacionamos más con las máquinas y cada vez nos resulta más pesado relacionarnos con otras personas. No es casualidad que en el mismo año otro director, Jonze, haya querido expresar lo mismo (con otro lenguaje) en su trabajo "Her". Ambas películas han aparecido como si alguien en Hollywood hubiera abierto las ventanas y hubiera dejado que entrase algo de aire fresco.