Cuando uno estudia Historia y ve ejemplos como éstos no puede hacer nada más que desilusionarse. No tan sólo por la cantidad de aberraciones históricas que existen en el film, sino por el propio mensaje que encierra.
Aberraciones como una visión de los romanos como si fueran nazis en tiempos anteriores a Cristo. ¿A acaso gran parte del ejército desplazado en “Hispania” no tenía una gran parte perteneciente a la misma zona? Pero no tan sólo eso, la multitud de pueblos que existían simplificados, la libertad de las mujeres en una sociedad machista, etcétera. Inclusive, a uno le vienen ganas de haber vivido en esa época sólo por la cantidad de veces que están copulando.

Pero asimismo es la herramienta para fomentar los pilares de un nacionalismo español existente desde tiempos romanos. Un nacionalismo inexistente en ese tiempo, al igual que muchos otros, hasta la creación de los Estados modernos en el siglo XVIII y XIX.

Pues no, lo siento. Esto no es Historia y cualquier persona que haya visto esta serie habrá visto una película inclasificable y alteradora de la realidad pasada. Y es que, servidor se frustra cuando intenta analizar un período histórico mientras un director cualquiera tiene las libertades de explicar un pasado de cualquier forma.

Pese la calidad de los actores, los cuales es fácil notar que actúan, no niego que no esté bien realizada. Un gran despliegue de medios, de ambientación y de filmación usando el entorno (el reflejo del agua en las cuevas, la arena levantada, etcétera). Pero tampoco tiene una base sólida ni los propios actores no tienen el físico como para representar a quienes se proponen representar.

Y si. Debemos valorar históricamente, porque si ya no nos proponemos a hacer una recreación por lo menos cercana: ¿Qué serie saldrá? Sólo habría una escusa, si la serie no hubiera tenido un asesor histórico. Pero como en este caso lo ha tenido, como ha pretendido eso, se lleva de mí una puntuación de tres.

“Sigan ustedes con el mensaje de una unión española para luchar con el extranjero. Sólo los que se queden allí se lo creerán”

Real, pulcra, genial, magnífica, esplendida, clásica, profesional, grandilocuente, elegante, delicada, terriblemente bella.
¿Lo oyen? Es Händel ¿Lo ven? Es el hermoso cuadro de Raphael bajo la cámara de Kubrick.
¿Lo sienten? Sí, ustedes están sin género de dudas en el siglo XVIII.

Eximia película, lastimera por su violencia. Una violencia que no necesita de fuego, acción, explosiones. ¡No señores y señoras! Necesita de tensiones, de silencios y de miradas.
Traigan sus maletas porque les espera un viaje largo, un viaje en pendiente descendiente hasta la puerta del infierno. La muestra de una sociedad que corrompió a un joven irlandés. Una sociedad obstinada, del lujo que fue apagando una vida. Y traiga muchas tierras porque a donde usted va a ir cuenta el amor pero sobretodo el patrimonio personal.


Por otro lado. Como humilde aprendiz de historiador de 19 años, veo en esta película un ejemplo claro de obra maestra histórica. Se que muchos dirán que no es importante, no obstante, para mí siempre que se use la historia mínimamente en serio es preciso analizarlo. Pero es que esta obra acierta en todo. Desde la forma en que se sienta uno a comer y el mismo protocolo (recomiendo la lectura de Historia de la família de James Casey) como asimismo la inseguridad de los caminos. Tratamiento exquisito de todo y de todos, acierto histórico y, a pesar del debate que comportaría la importancia de los duelos, no hay casi ningún lugar por donde ver una mala calidad.
Spoiler:

Antes que nada, esta es una buena obra pero le falta un plus que no sabría uno describir del todo. En mi caso le ha faltado chispa, el ritmo o los diálogos quien sabe, hay otras películas que me han impresionado más. Probablemente no me ha interiorizado emocionalmente lo que yo deseaba.
¿Qué observo en Taxi Driver? En primer lugar el miedo y el desprecio a las masas suburbanas. El asco a la inmundicia que uno puede leer en obras como “La peste” de Albert Camus. Un odio que lo acabó transformando en otro ser peor o igual que acaba haciendo un acto deshonroso. Una crítica a los políticos que se llenan la boca para referirse al pueblo pero no conocen ni un ápice de esa “inmundicia callejera”. Puede ser que este taxista tan especial, primero tímido y vergonzoso y luego loco, pensaba que al hablar de ayudar al pueblo ayudaba a los apestosos proxenetas. O es probable que pensaba que su discurso era falso e hipócrita, quien sabe.
En segundo lugar observo un descontentamiento hacia la mujer (cuando ve en la televisión una mujer y de rabia le mete una patada). En definitiva, la crítica a la liberalización de la mujer mal entendida.
Es un film bastante deprimente, señores y señoras, en que uno observa como la convivencia con la peste de la ciudad puede llegar a cambiarte. Una metamorfosi tan fuerte como la de llevar a una chica que te gusta a un cine porno (donde la belleza reluce, entiendan ironía o no). Porque sólo te mueves en un ambiente y el antiguo ambiente que recordabas lo has perdido. Un ser solitario, que no sabe relacionarse, que cree que morirá solo y no se da cuenta que era espléndido en el inicio para luego perder la cabeza.

Aportación magnifica la de Stanley Kubrick a la historia del cine aunque gran parte viene gracias a la propia novela. De este modo, hablamos de una película en que se plantean varios interrogantes: ¿Por qué somos violentos? ¿Cómo podemos evitarlo? ¿Debe evitarse?
Grosso modo, es una filmación en que uno puede conservar, a parte de una exaltación erógena y desenfrenada, un gran conflicto. Este problema es principalmente el límite que tiene el Estado y las sociedades humanas para corregir a los malvados. Observamos un ejemplo en los dos policías que cogían a Alex como los romanos a Jesús. Cabe añadir, esa náusea que Alex siente, no es nada más que el desprecio a la violencia, una violencia reprimida por la fuerza y no la convicción.

Pocas palabras pueden definir semejante encrucijada por parte de Berlanga. Por un lado observamos un homenaje al humor absurdo, al humor de Mihura, Álvaro Delaiglesia, etcétera. En el otro lado, contemplamos una crítica a la España vieja, o no tanto, formada por marqueses vividores, industriales catalanes y párrocos cascarrabias.

Buen ritmo, buena película pero no es de las grandes películas de nuestro cine. En mi criterio, para nada experto en el cine, ha habido películas mejores y con críticas aún más directas a nuestra sociedad. Es más, ¿estamos seguros que es una crítica o más bien una descripción?

Humor absurdo, algunos puede gustarles y a otros no.