El Cuarto mandamiento fue la segunda película de Orson Welles, y como en la primera, demostró nuevamente que nos encontrábamos con un genio, y no sólo hablo de la técnica de la película, sino de la descripción y el tratamiento de los personajes, que hace el que fuera marido de Rita Hayworth.

Es admirable la fotografía e iluminación de la película, el claroscuro y la luz, se entremezclan ofreciendo planos inolvidables. Banda sonora es igualmente buena, y todo el reparto está espectacular, destacando Agnes Morehead, como la tía Fanny, un personaje lleno de matices.

A pesar de que he visto la versión "mutilada", me dejó muy buen recuerdo, seguramente, no tanto como el que le dejó a su director, quien vio como Hollywood daba la espalda a esta obra maestra.

Chicas Malas es un producto fácil de consumir que no deja de ser la típica comedia norteamericana "made in usa" mil veces vista por todos, sin embargo, hay algo en ella, quizás varios diálogos ingeniosos y algunas escenas irreverentes, que hacen que esta película se desmarque, aunque solo sea un poco, de otras películas del mismo estilo.

Y es que como se da a entender en el filme, la vida adolescente en un instituto norteamericano puede ser más peligrosa que la misma selva. Celos, envidias, rumores infundados... se mezclan con personajes de sobra conocidos, como la rubia que sueña con ser la reina del baile, los inadaptados, los empollones o la profesora enrollada.

En fin, más de lo mismo, pero con un toque más malicioso y envuelto en una crítica hacia ese comportamiento, pero no nos engañemos, solo envuelto, porque las escenas bobaliconas y pastelosas siguen estando ahí, al igual que su banda sonora destinada a quinceañeras amantes del maquillaje y las barritas dietéticas.