No soy una gran cinéfila, por lo que no puedo comentar sobre los aspectos más técnicos del film, pero sí soy una ciudadana de a pie y puedo dar mi opinión como tal.

Hay una cosa que no me explico, y es el por qué de tanta popularidad y tanto "exitazo" que tiene este film. No comprendo cuando las personas se ríen de los diálogos simples, vacíos y vulgares de la película, que siempre buscan la risa fácil en el público. También como española pienso que abordar los temas de la independencia, de los estereotipos de las diferentes regiones y las diferencias entre ellas con tanta libertad y tan despreocupadamente es tener mal gusto. Creo que la situación actual no es para tomársela a risa y hay personas que lo están pasando realmente mal... aunque también es verdad que el cine es un arte y que todavía tenemos algo de libertad de expresión.

En resumen, me parece una película fácil, sin ningún fondo ni mensaje sólido, una pérdida de tiempo el haberla visto. Lo que más lástima me da, es que a la mayoría de personas les guste.

La serie da impresión de original e interesante ya que el ambiente de hospital llama la atención y capta al público. Aunque la serie es entretenida y mantiene a uno expectante, al cabo de las temporadas se vuelve aburrida y repetitiva. Uno se da cuenta de que todos los capítulos son muy parecidos, excepto uno o dos por temporada que se salen de lo ordinario y sorprenden al espectador.
Es una serie que comenzó relativamente bien, y cuyo fallo fue el haberla alargado tantísimo, hasta el punto en el cual todos los personajes han mantenido relaciones entre ellos, ya no quedan más enfermedades que abordar y ya no queda ningún mecanismo original para enganchar al público que no sea el sexo o el drama.

Una vez más el anime japonés me deja alucinada. Una película en la que no se pueden adivinar los acontecimientos, lo predecible no existe y las sorpresas abundan. Sin duda alguna ha hecho falta una imaginación magnífica y única para desarrollar el argumento y las imágenes. Aunque a veces no se encuentre el sentido a lo que ocurre, uno se da cuenta de que ésa es la gracia del film y es lo que gusta.
Se agradece ver algo tan diferente al resto del cine. Es una película que he visto muchas veces y por supuesto volveré a ver, porque vale la pena.

Gran película de François Ozon, llena de sentimiento, de misterio, de reflexión.

La trama, original e interesante hasta el final, destaca por su misterio, ya que realmente no hay nada que el espectador pueda predecir. Durante toda la estancia de Adrien en Alemania nos preguntamos cuál era exactamente su relación con Frantz, cuál es el motivo de su visita a Alemania, y esta incertidumbre se ve alimentada por el lento transcurso de los acontecimientos (¡hay que tener paciencia y aguantarse la curiosidad!). La gran interpretación de los actores (destaco: Paula Beer y Pierre Niney, los protagonistas) y el lento desarrollo de los actos nos hacen conocer mejor a los personajes y sentir una gran simpatía por ellos, especialmente por Anna. Puede ser difícil reflejar cómo debe sentirse Adrien en la situación en la que se encuentra, pero desde luego en la película se transmiten muy bien sus sentimientos e ideas. En general se consigue en el film un nivel alto de complicidad con los personajes.

El film además hace reflexionar sobre algunas ideas como por ejemplo el perdón, la guerra, sus consecuencias para los soldados, sus familias, su sociedad... la relevancia de el hecho de ser un bando u de otro... qué se celebra en realidad si se gana una guerra? Quién es realmente responsable de la muerte de los soldados? También sobre la idea de anclarse en el pasado o sobre seguir viviendo y pasar página, tanto en lo referente a la vida privada (¿Cuánto tiempo puede uno llorar la pérdida un ser querido?) como a la guerra (¿sigue siendo justificado el recelo entre las diferentes nacionalidades aún si la guerra ya ha terminado?).

Además estéticamente la película está muy bien estructurada; la banda sonora bellísima y llena de sentimiento, la imagen en blanco y negro con los cambios a color en escenas puntuales dan el toque. Muchas personas están descontentas con el final dado que es algo abierto y deja lugar a la imaginación, pero yo creo que es el mejor final que puede haber tenido (¡no siempre tenemos el final que esperamos!).

Definitivamente recomendable a las personas que disfruten con películas humanas, de guerra, de amor, de sentimientos, de la familia, de las amistades.

Una película perfecta para pasar una tarde tranquila y despreocupada. A simple vista parece una trama muy normal, pero es sorprendente cómo el conjunto de los detalles crea una historia enriquecida de magia, ternura, ingenio, picardía... como la vida misma.

Uno no pierde la atención mientras disfruta de los personajes excéntricos, los avivados colores de París, la dulce y acertada banda sonora, y la ola de sentimientos que arrolla a la protagonista cuando se cruza con un joven que colecciona fotografías desechadas de los foto-matones. También incita a la reflexión sobre cómo tomarse la vida, si vale la pena arriesgarse a hacer aquello que nos da miedo...

Recomiendo mucho este film a las personas que disfruten con películas de este género.