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España España · Montcada i Reixac
Críticas de Kamil
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
8
6 de septiembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Madera y roca y hierro, cubiertos de sangre y crudo. De eso se componen los inicios del negocio del petróleo y ese es el traje y el contexto que luce esta película dirigida por Paul Thomas Anderson: "There will be blood".

Y, efectivamente, "there is blood". Producto de la rabia que los protagonistas exhalan, la violencia acompaña a la trama y la guía. Los principales personajes están marcados por el odio y el resentimiento. En consecuencia, buscan la ambición más humana y primitiva, el poder. El poder. Su búsqueda la realizan de maneras distintas, aprovechando las oportunidades que el oeste americano a principios del S.XX les brinda. O bien de la mano de la antigua fe, con Dios en la boca congregando a los fieles en la iglesia, o bien impulsada por los motores de vapor que traen el progreso y una nueva religión: el capitalismo. En cualquier caso, para los personajes, estas no son más que herramientas con las cuales desarrollarse. Caminos que estas almas furiosas toman para darse sentido.

El conflicto en la cinta surge del choque de estas ambiciones y de los sacrificios que conllevan. En la carrera de egos, para correr más rápido hace falta librarse del peso de los valores, y cuanto más se acelera, a más se tiene que renunciar. Así, galopando tan solo con lo indispensable, los competidores más aventajados se ven aislados, prácticamente enloquecidos, azuzados por la ambición y el odio mutuo. Con tal velocidad, una caída no solo significa la descalificación de la competición, sinó también la muerte.

Esto vemos en el film encarnado en el protagonista, el exitoso empresario petrolero Daniel Plainview (un colérico Daniel Day-Lewis) y en el estelar secundario, el joven sacerdote Eli Sunday (un viperino Paul Dano). Seguimos el ascenso de Plainview como hombre de negocios y su llegada a un pequeño pueblo donde inicia la explotación de un gran yacimiento de crudo. La oportunidad de riqueza que significa el pozo de oro negro y la rivalidad entre el petrolero y el cura imponen un tenso clima de desconfianza alrededor de la mina. Poco a poco, en la árida California, la avaricia y la necesidad de poder arrastran al petrolero Plainview a una burbuja de mezquindad y misantropía.

El abrasador sol del desértico oeste americano ayuda a impregnar los sucesos de un aura cálida y sobria. El contexto de falta de autoridad de aquel oeste salvaje permite que la amenaza de violencia permanezca subyacente a lo largo de toda la cinta. La sensación de peligro se ve aún más reforzada por la crudeza de la época, evidenciada en las pesadas condiciones de vida y en los terribles accidentes que van sucediendo, filmados realistas pero brutales.

Paul Thomas Anderson, aparte de haber escrito un excelente guión, dirige con la sabiduría que caracteriza a un director consagrado. Pese a la duración del film, mantiene un ritmo que no aburre. Como en otras de sus películas, por ejemplo Boogie nights (97), mantiene una estructura argumental clásica, en el sentido de que se mueve en una cronología lineal y las partes de introducción, nudo y desenlace están claramente diferenciadas y definidas. Esto ayuda a que la película se sienta redonda, conclusiva: vemos el claro final de los personajes que conocemos desde sus inicios. También es digna de halago su inteligencia al colocar la cámara. Da la sensación de que el plano siempre es el que tiene que ser. Su mano no se deja sentir hasta el momento que uno reflexiona que la belleza de las imágenes no puede haber sido accidental.

La elegancia de los planos y la detallada fotografía conforman un apartado visual de mucha calidad. Los tonos ocres del oeste americano y la tenue textura de visceralidad realista confieren una excelente estética a esta historia de violencia y ambición. Las brillantes interpretaciones de Daniel Day-Lewis y de Paul Dano y la inteligente dirección sin duda le dan la consistencia suficiente para poder ser descrita como una buena película.

No obstante, todo el mundo tienen su propio criterio y sus propios gustos. Por tanto, pese a que la ejecución es muy buena, la esencia y trasfondo del film en si mismas pueden comprensiblemente gustar más o menos. Entiendo cómo un ojo crítico, desilusionado y escéptico, puede acusar a los protagonistas de histriónicos y ver la historia como un drama vacío, e incluso aburrido, sobre un alienado empresario violento. Pero a la vez comprendo cómo un admirador fascinado por el el olor a petróleo, el crudo oeste y la furia de sus complejos protagonistas puede celebrar la trama como un brillante retrato de la ambición y el odio, mientras clama convencido que Thomas Anderson ha vuelto a crear una obra maestra.

En mi opinión "There will be blood" es una película redonda. Notable. Me convence y me entretiene. El contexto y el mundo del petróleo son interesantísimos. La historia presenta con efectividad la forma en la que la ambición arrastra y degenera a sus personajes. Los protagonistas y sus relaciones son complejas y sugerentes. Es una gran película: emocionante, inteligente y con personalidad; ejecutada a la perfección por un director genial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kamil
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