Lo mejor: la persecución en el aparcamiento, mantiene un buen nivel de tensión.
Lo peor: cuando Kevin Bacon despierta en el hospital, habla con su hijo en coma y mira al frente con cara de determinación, y todos pensamos...¡mierda!¡ahora viene la parte absurda! Y efectivamente, ahí está: memorable el rapado de Kevin Bacon (podían haberse ahorrado enseñar el pecho, ya no está para esas cosas), memorable la conversación con el padre del pandillero, memorable la frase "va armado hasta los dientes" (sí, seguro que cualquier pandillero que se precie suelta esas chorradas...será el doblaje...), y por encima de todo, sublime... el momento final en el banco sentados Papi bueno-Pandillero malo (que el tío realmente es un filósofo...). Pa descojonarse, oigan.
Que la disfruten!!!!

Los momentos musicales son totalmente prescindibles, y te hacen pasar vergüenza ajena. Las comparaciones con Jesús tienen poco sentido. Odette acaba resultando de una cursilería insoportable, y ciertos diálogos tienen unos tintes de machismo – conformismo femenino que te hacen sentir ganas de abandonar la sala (si tu marido te engaña, ¡no importa!, sigue siendo una mujer absurdamente feliz!). En fin, que como pelicula de sobremesa para toda la familia podría pasar... pero nada más.