Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Hernán Valladares Álvarez
1 2 3 >>
Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
2
24 de diciembre de 2023
37 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué es tan difícil encontrar una película española de calidad? En primer lugar, porque no hay autocrítica sino autocomplacencia. Directores, guionistas, actores, productores, sospecho que todos se creen que hacen buen cine. Los malditos diálogos impostados, con los tonos y una prosodia siempre igual, de líneas ni siquiera teatrales —acaso lo fueran—, sin una sola línea con las naturales interrupciones del habla común, sin musicalidad ni realismo, sin pisarse unos a otros la palabra como es lo normal, sin ambientes conversacionales creíbles, de narración visual nula, superposición pueril de planos escena y transiciones totalmente convencionales, como si lo hubiera hecho un colegial aprendiendo a planificar; conversaciones anormalmente planas, entregadas a narrar lo que la cámara no es capaz de hacer, y personajes cliché. No hay una sola escena de naturalidad que nos componga un poco el contexto de los sucesos. Los actores y actrices dan la impresión de leer línea a línea el guión: me toca a mí ta ta ta ta tata; ahora hablo yo, ta ta ta ta tata.
Todo convencionalidad: cómo se comporta un taxista, cómo se comportan las fuerzas del orden, cómo se comportan los artificieros, cómo se comportan los terroristas; dese el trazo más grueso sobre cada uno de estos estereotipos y escójase el peor de todos. No falta ni la pulserita con la bandera de España por parte de la capitana de la guardia civil, o lo que sea.
El guión, espantoso. Retorcido, sin costuras narrativas y abuso del recurso de la tecnología todopoderosa. Sentimentalismo de relaciones familiares ñoñas, previsibles, inverosímiles y fuera de lugar, rompiendo completamente los puntos en los que era imprescindible el mantenimiento de la tensión. Emocionalidad pueril, en suma. Mensajes buenistas para un terrorismo atroz. —Señoras, sintiéndolo mucho, pero si se operan los morros perderán también la expresividad—. Para un sueco, un senegalés o un coreano, algunas de las actrices difícilmente serán distinguibles. Me imagino el casting: «vamos a buscar a las que más se parezcan».
No podemos olvidar algo bueno: cuando se quiere alcanzar un clímax, máxima tensión en la trama, con alguna que otra buena imagen de la ciudad y música ad hoc al uso (esas trompetas del apocalipsis que se han puesto de moda), la inverosimilitud, cursilería y pésimas opciones del régimen emocional de los personajes, nos suelta la carcajada. Esto es, parece casi una broma. ¿A nadie más le sucede? Porque en mi caso, vi la película con dos personas más, mi mujer y mi cuidadora, y los tres explotamos de risa ante las mismas situaciones, pletóricas de ridículo. Patetismo. Vergüenza ajena. A punto de darle al botón de «salir» todo el tiempo, uno aguanta hasta el final, como si se le quisiera dar una oportunidad; pero la cosa va de mal en peor. Nos queda el resabio triste de habernos reído de un producto en el que habrán puesto esfuerzo, supongo que algo de cariño y no poco dinero.

Pero parece que es lo que tenemos.

Desperdicio de actuación de un gran Luis Tosar desgastándose poco a poco en piezas inanes.

Espero olvidarla cuanto antes.
Hernán Valladares Álvarez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
13 de octubre de 2016
31 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resultan detestables las películas donde los ambientes rufianescos se convierten en el decorado perfecto para hacer circular sangre, droga, excesos etílicos, banalización del sexo y de la violencia, disparos, etcétera, por personajes sin alma. Esta película es todo lo contrario y todo cuanto hay de sangre y crueldad está sometido a las reacciones anímicas. Lo humano somete al protagonista a una constante duda sobre cada una de sus acciones. No como en esas películas donde el poli bueno resulta una burda máquina sin aparentes fisuras éticas y que sin embargo se pasa el tiempo desviscerando a los malos a balazos. No recuerdo que en toda la película el protagonista toque una pistola siquiera.
Resultan detestables las películas maniqueas, con una panda de traficantes degenerados y los policías que, degenerados o no, representan, desde la lógica interna de la narración, el bienabsoluto, hagan lo que hagan, cuando en realidad son criminales abyectos despoblados de sistema anímico. Al contrario, supongo que por derivación de la novela de Robert Mazur, la atmósfera moral queda difuminada por la autenticidad de la complejidad humana.
Resultan detestables las películas basadas en hechos reales que pierden su condición de obra de arte ficcional, se olvidan del ritmo, dan por hecho que sus personajes resultarán verosímiles y acaban resultando de cartón piedra, con una trama que vive a trompicones de un referente externo con el que se piensa solventar el esfuerzo de un guión tenso, un encadenamiento bien trabado de sucesos. Muy al contrario, esta película sobrevive al margen de su referente histórico. De nuevo, con toda probabilidad, gracias a la novela en la que se basa, rezuma autenticidad. Se reflejan relaciones humanas complejas. Sin sobreactuación y sin representación de meros arquetipos.
Todos los actores desempeñan bien su papel; no hay afectación, no hay histrionismo.
Tampoco hay caídas de tensión, mesetas de aburrimiento o cabos sueltos. Es una pieza coherente. No se abusa de la música para engañar al espectador: el truco de magia que supone dar brillo con una buena banda sonora sin que la acción por sí misma, si se ensordeciera, pudiera tener el más mínimo interés; sin embargo, también tiene una buena banda sonora.
En definitiva, una gran película con una valoración de crítica y público, a mi parecer, poco sagaz y muy rácana.
Recomiendo verla abiertos a la conmoción.
Hernán Valladares Álvarez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
3 de septiembre de 2018
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está plagada de detalles que sobran y más llena todavía de detalles que faltan. Es afectada, abusa de la emocionalidad más cursi, en muchos aspectos es inverosímil, sobre todo por sus ausencias antes citadas (analfabetismo médico básico). Está planteada como un cuento del principito tetrapléjico, con castillo y todo, y una humilde cenicienta sin madrastra. Está basada en una novela de una tal Jojo Moyes, escrita en 2012. Resulta demasiado evidente que la individua, que también ha perpetrado el guión del film, ha visto la película Intocable, 25 veces superior a ésta. Claro que, desde mi perspectiva, por lo que me toca, se ve hasta el final, casi diría que por obligación, por ser víctima señalada.

¿Hace llorar! Sí, si no lo evitas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Hernán Valladares Álvarez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
8 de octubre de 2022
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevados por el número tan bajo que aparece en esta estimada revista de cine electrónica de Filmaffinity —a mi juicio, la mejor de habla hispana y a la altura de la anglosajona y muy afamada IMDb—, a punto estuvimos de quitar la película de la pantalla de un solo plumazo. Pero aguantamos y nos llevamos una grata sorpresa, sin poder explicarnos, a medida que iban avanzando los minutos de metraje, la razón de su tan baja nota crítica. ¿Estábamos viendo acaso otra película?

¿Por qué salvamos y le ponemos una nota tan alta a esta cinta considerada mayormente como pieza frustrada de un cierto género? Pues por valores probablemente extracinematográficos, una actitud deplorable desde la perspectiva de la crítica narratológica derridiana. Tal vez no sea lo más correcto, porque reconocemos lo fallido desde un punto de vista estrictamente técnico; sin embargo, la película logra mantenernos en un cierto vilo, me parece que gracias a sus valores humanos (seguimos siendo apóstatas de la crítica fina de Jacques Derrida y epígonos). La relación padre e hijo, cuando el primero siente su vida destruida por la muerte de su mujer; todo el sentido que pueda conferir a la existencia, y esto se trasluce mediante una diáfana, sencilla interpretación, lo deposita en el amor a su hijo, una entrega trémula, respetuosa, sin exigirle nada a cambio. En segundo lugar, la relación de un niño con un viejo misterioso, parece que amante de la literatura, que infunde valores que fortalecen a un muchacho que termina siendo un joven valiente, honesto y moral. Pero la honestidad y la recta moral no son valores muy en alza, sobre todo cuando se encuentran en una pieza que se espera terrorífica, siniestra, donde el mal sea nuevamente el protagonista y vencedor —argumental—. Tal vez por esto defraude a muchos. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, se convierte precisamente en su mayor valor. Lo que consideramos a priori como algo aborrecible, el espiritualismo, termina desdibujado por la normalidad que persigue el protagonista. Esto, también la pone de nuestro lado. Lo que la mayoría de la crítica considera fallido, el terror no consumado, se convierte igualmente en otro de los ingredientes que enriquecen la receta de esta historia; parece que la falta de costura determinante, lo sugerido, lo no explícito es otra de las notas de doble filo: el espectador, quizá guiado por el padre de esta historia, Stephen King, no iba buscando esto, y esto, esta suspensión, casi indeterminación del destino, de nuevo se nos transforma en valioso. Más allá de esto, está la crítica más o menos lograda de lo que ha traído a la existencia humana el teléfono inteligente, las redes sociales, el mundo de la sobreinformación, por gratuita, sospechosa de inveracidad. Sobre todo bajo la lupa de un anciano conservador y solitario, que parece buscar la paz frente a un pasado que intuimos algo más que turbio.

Francamente recomendamos la película, porque es mejor de el número crítico que la precede, porque acaudalada valores morales, entre otros, el del conocimiento (la profesora de biología, en un papel de cortos minutos, logra hacerse epicentro en el nódulo que alimenta la moral, el eje axiológico de un protagonista joven que valora de un modo personal y limpio, desde el amor paterno filial, pasando por el amor romántico, la amistad e incluso el modo en que debemos tratar a nuestros enemigos. Un chico complejo y sencillo al mismo tiempo.

Por eso veo necesario este intento de heroísmo crítico redentor. Veánla y júzguennos después.
Hernán Valladares Álvarez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1
5 de enero de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cierto que no es el terror nuestro genero predilecto; guiados por las buenas reseñas podemos cometer el error de ver esta cinta sobre la cual, de puro ininteligible, cada quien puede elaborar sus propias metáforas, a cual más tópicas. Lo mejor de la película, más allá de una sordidez indudablemente bien recogida por la cámara, es su corta duración. La próxima vez que quiera ver una película de género terrorífico repetiré con Nosferatu. Pero no haré caso de la nota que aparece en FilmAffinity, donde, sin embargo, suele funcionar tan bien la inteligencia colectiva, esa disolución de pareceres que dan por resultado una aproximación más que fiable a la naturaleza «verdadera» del objeto de estudio.
Hernán Valladares Álvarez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 >>
Más sobre Hernán Valladares Álvarez
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow