Aportar algo, aunque sea controvertido, malo, que tenga mala leche, que escupa a la cara al espectador, siempre desde el punto de vista sonrojante y maquiavélico, intentar hacer remover al espectador viendo pasar los fotogramas. Nada de eso ocurre con la película de Peter Cornwell, un proyecto sustentado en unos sucesos, al parecer, reales. Y te lo ponen ya desde el principio, para engancharte. Creo que hay muchas maneras de enganchar al espectador y bajo mi punto de vista, ésta no es la apropiada. El morbo de querer saber más y más no creo que funcione en el formato cinematográfico con un sólo mensaje expuesto. Creo que se tiene que mostrar más, ser más explícito y montar una cinta narrativamente coherente. Ni la fase de investigación está bien llevada ni la dirección de ciertas escenas raya al nivel deseado.

La fórmula es la misma de siempre, una familia con problemas, que necesita alejarse de su lugar de origen para irse a una casa maldita y ya está todo el rollo formado. Tópicos, personajes con los mismos pilares de siempre, etc. No innova ni aporta nada a lo ya visto. Lo único salvable sigue siendo la actuación de alguno de sus personajes, que no están nada mal.

Nada que objetar desde el punto de vista técnico. Se nota una barbaridad que Bayona sabe jugar con lo visual y nos trae una cinta que desde el punto de vista artístico raya muy buen nivel, sobre todo en un primer tercio de la película donde nos narra esa parte del desastre y la supervivencia de la familia, donde está metido todo el grueso de artificio técnico-visual.

Los principales inconvenientes de la película empiezan a surgir una vez que Bayona intenta desarrollar más la historia, evolucionar los personajes desde un pilar mucho más sentimental, una vez que todo ha ocurrido y la película se resiente muchísimo. Todo se basa en realizar estratagemas sensibleras para conmover al espectador, sin el mínimo talento necesario para ello y recurriendo a ciertos clichés que ya hemos visto infinidad de veces, en cualquier película al uso de desastres naturales de un sábado o domingo por la tarde. En lo más complicado del film, en esa parte, era donde Bayona tenía que echar todo, donde lo ha intentado, pero que ha errado una vez más, tal y como también pasó con El Orfanato (una cinta que en el aspecto de valores de producción, factura técnica y demás era espectacular, pero en su estructura narrativa fallaba).

Es lo que pensaba antes de ver la película. Que seguramente me encontraba ante un telefilm de sábado o domingo por la tarde con una trama, ritmo y narrativa basada en una historieta entre médicos residentes indagando crímenes y poniendo trabas de por medio para dificultar investigaciones. En cierto modo es así, pero muy bien montado desde el punto de vista narrativo y con un ritmo muy bien llevado. Si simplificamos la crítica a niveles nimios podemos decir que la cinta cumple con creces su cometido, divertir, no caer en el aburrimiento más exagerado que podamos pensar. Encima se agradece que se muestren determinadas escenas de sangre, sexo o lo que sea. No cae en la provación, sino que traslada una trama rocambolesca y poco creíble a unos parajes muy atrayentes, aún a sabiendas de que puede resultar en cierto modo una cinta previsible, los cambios de guión que nos encontramos son bastante coherentes con el corte típico de película, ya que todo se basa en un juego que se tiene entre los médicos residentes del hospital, con lo que es lógico que viendo cómo es la película, gane enteros para que sepamos por dónde van a ir los tiros. Es fiel a su idea desde principio hasta el final.

Lo que no me ha terminado de gustar y por eso le resto unos enteros es el introducir determinados elementos eróticos y de sensualidad, chica de por medio siempre, que mete en problemas al protagonista. Esto hace que en el fondo la cinta vaya por unos derroteros tópicos que hemos visto muchas veces así como la interpretación de Milo Ventimiglia, que en determinadas ocasiones y viendo lo que sucede, no se le ve la conmoción necesaria. El resto, bajo mi punto de vista, es notable.

Muchas veces vemos las películas de diversas maneras, podemos atender a su compendio y degustarlo cuan café en la sobremesa o fijarnos de manera más pormenorizada en detalles individuales del mismo. Creo que ambas maneras son muy factibles, aunque después finalmente hagamos o realicemos una aseveración final de qué nos ha parecido a grandes rasgos, siempre hay proyectos que si separamos ciertos hechos o planos, la cinta o largometraje gana muchísimo más que si hacemos un dibujo final y general. Creo que estas connotaciones le vienen ni que pintado a la cinta de terror que el japonés Ryuhei Kitamura ha dirigido en este caso.

Es una verdadera gozada encontrarnos con algunos aspectos visuales en este proyecto. Y se puede apreciar en lo macabro que se puede llegar a ser situándonos en determinadas perspectivas para observar una determinada escena. Muchas películas han basado su mensaje en el apartado visual y físico, pero de manera tremenda, The Midnight Meat Train realiza otro trabajo parecido, situándonos en ocasiones en los ojos de la víctima, cuál es su visión, qué le espera, qué puede hacerle el carnicero y de verdad se agradece tal impacto de ingente cantidad de imágenes viscerales y amaño directivo, aunque se echa de menos algo más de casquería inusitada, sobre todo en la escena de una determinada muerte, fantástica a mi humilde parecer. Otro asunto importante, que en momentos de tensión, sigilo y demás la cámara se sitúa de manera notoria para ver todo el desarrollo de la acción, sin olvidarnos de verdaderas peripecias como cuando se intercala en algunos momentos, planos alejados viendo la acción a través de la ventanilla de los vagones del metro y de pronto, un plano interior y así sucesivamente conforme van cambiando los fotogramas. Una auténtica delicia.

Termina de ser innecesario intentar abarcar tanto, a nivel argumentativo, con ese final tan apresurado. Me tendrán que perdonar ustedes, pues no sé cómo era el relato de Clive Barker, este largometraje se basa en la adaptación de uno de los relatos de los Libros Sangrientos del afamado escritor, pero me resulta demasiado a corre-calles ese final. ¿Qué pasa? ¿Que no puede haber alguien que mate por matar, por el mero hecho del disfrute del acto en sí? Siempre desde el punto de vista cinematográfico. Parece que esta película ha navegado en dos mares muy distintos y alejados. Ha presentado buenas maneras, fantásticas desde el punto de vida de la forma, pero el mensaje se ha ido diluyendo conforme pasaban los minutos de visionado. No ha habido una buena mezcla entre forma y mensaje. Por supuesto que podía haber expresado todo su poder narrativo en la forma, lo que es la sangre, violencia, pero entonces no establezcas o denotes un mensaje final un poco pretencioso para mi gusto.

Recomendable a todos los niveles.

Creo que ese es el pilar principal de la película, el amor. Ya sea por proteccionismo, por pasión o por cariño. La cuestión es que la cinta que dirige el señor Shyamalan narra de manera sublime las cotas que podemos alcanzar cuando el amor se interpone ante nosotros, incluso cuando existe terror o peligro. Parece que las notas sinfónicas que James Newton Howard compone exclusivamente a nuestros oídos ya lo pronosticaba, nada se puede hacer ante el amor. No sé si es una cinta de terror, si es un drama o una mezcla de ambas, lo que sí sé es que esta cinta no deja indiferente a nadie, que transmite, que llega al espectador desde muchos puntos de vista, ya sea desde los sonidos, desde la imagen, maravillosa fotografía o desde el guión y el trasfondo argumentativo, donde los actores rayan a muy buen nivel. Un clasicismo por el mensaje sobresaliente y una puesta en escena y factura excelsa. No se puede pedir más.