Haz click aquí para copiar la URL
España España · Cáceres
Críticas de Sinhué
Críticas 1.379
Críticas ordenadas por utilidad
7
3 de marzo de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha tocado, así, a voleo, hablar de una película que posiblemente viera hace 35 años, o más, pero no creo que esto sea un obstáculo insalvable para ejercer el derecho a la crítica. Es más, lo considero un ejercicio más que interesante, ya que el tiempo ha sido incapaz de borrarlo todo. Quiere decir, esta ligera permanencia en algún recóndito microsurco de mi cerebro, que lo que ví en su momento me agradó o me horrorizó y, como averiguaréis por la calificación, hay bastante más de lo primero que de impacto negativo.

A John Boorman no se le puede negar, y es de agradecer, una vertiente aventurera y extrema en sus planteamientos cinematográficos, así como un culto militante hacia la diosa naturaleza; también es muy dado a acentuar la parte ridículamente animalesca de la condición humana. Creo recordar que algo de todo esto aparece en Infierno en el pacífico, una de sus primeras obras que indagan en los seres humanos y las circuntancias adversas. ¿Qué puede pasar entre dos enemigos irreconciliables, aislados en una pequeña mancha arbórea que flota en el Pacífico?, ¿triunfará el instinto salvaje, o la supervivencia necesitará de algún tipo de entendimiento?. Estas preguntas se las plantea el director irlandés, proclive a retorcer los argumentos, aunque en esta ocasión, creo recordar, cede algo de su impronta ante la presencia avasalladora de dos intérpretes de tanto calado y personalidad: Lee Marvin y Toshirô Mifune.

A mí, entonces, aquella isla no me pareció tan infernal comparada con lo que estaba pasando fuera de ella (Segunda Guerra Mundial) y aún hoy pienso en la suerte de quienes tienen la posibilidad de escaparse, si así lo deciden, de la opresiva civilización, aunque tengan que retomar las viejas costumbres: trepar a los árboles y tirar cocos.
Sinhué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
18 de octubre de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprovechando una de las artes que mejor se maneja en la ficción, la del cine, llegan los Dardenne y se marcan una historia próxima, hiperrealista y que impresiona profundamente. Partiendo de una sencilla idea, el despido de una trabajadora, los hermanos belgas hacen todo un tratado de comportamiento humano y una pericia forense sobre el mundo laboral y sus implicaciones sociales.
Desafortunadamente el acorchamiento de parte de la ciudadanía impide una identificación plena con los problemas de Sandra que, hoy en día, son los nuestros, los de nuestros hijos y vecinos y que desembocarán en el homicidio consentido de la clase trabajadora.

Maestría demuestran los artífices de este drama al conseguir que acompañemos, de casa en casa, a una víctima del sistema; una miguita en las fauces de la productividad y que sonriamos ante la pírrica victoria de la dignidad sobre la cuenta de resultados.

Marion Cotillard brilla, tal vez de manera excesiva, acostumbrados como nos tienen los autores a que las creíbles interpretaciones salgan de actores más desconocidos, con la graduación de soldados rasos. Destacar el mínimo papel que reservan para uno de sus fetiches, el "sargento", en este caso capataz, Olivier Gourmet; y por supuesto el bien resuelto, grisáceo y desafectado protagonismo del marido (Fabrizio Rongione).
Sinhué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
7 de octubre de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que, dentro de su sencillez, aporta bastantes cosas dignas de reseñar. La rutinaria vida de una joven indígena que huyendo de Guatemala acaba en Guatepeor, pero que debe hacer creer a los suyos que está en el camino del triunfo, y en el de la digna independencia que corresponde a todo ser humano; sirve para mostrarnos la vida de los otros, de la que tan alejados estamos habitualmente. Sí, hay mucha gente sola, sobre todo en las ciudades; hay muchos que por un poco de atención se entregan en cuerpo y alma; porque duele más un triste polvo que invita a compartir vómitos junto a tu circuntancial "compañer@" de actos fisiológicos", que un pellizco, unas ligaduras de cuero y un par de tortazos; sobre todo si después del relincho y los bufidos te arropan con un abrazo. Os puedo asegurar que no soy sadomasoquista, pero sí que (como tú) soy una potencial víctima de la soledad y no me gustaría tener que elegir. Entiendo, no obstante, a quienes no les queda más remedio que hacerlo.

Es el tipo de historia que ofende y escandaliza a quienes consideran que no hay que hurgar tanto en la infelicidad, a aquellos que se levantan de las butacas lanzando exabruptos, y huyen a la calle como si el problema de los que están en pantalla pudiera contagiarlos. Parte de estos han entrado en la sala precisamente por la fama de controvertida y la morbosa leyenda que rodea a la cinta; pero suelen acabar defraudados porque la etiqueta (erótica) y las expectativas que les había creado el cartel, no se corresponden con sus anhelos que, aunque muy legítimos, ¡vete a saber cuales serían!.

Este retrato naturalista de la vida de Laura, del principiante Michael Rowe, no necesita, bajo mi punto de vista, hacer visible el trauma que anida en una fecha del calendario; aunque comprendo al director y guionista empeñado en explicar y esclarecer algunas motivaciones de la chica de Oaxaca, por no enfadar más a los espectadores blanditos.
Sinhué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
30 de septiembre de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con "El viejo y el niño" inició Claude Berri su carrera de largometrajista. Un digno debut para quien posteriormente firmaría obras como: El manantial de las colinas o Germinal.

Las relaciones entre un viejo gruñón, conservador hasta la náusea, pero poseedor de una rara bondad innata, y un niño judío al que salvaguardará, en su casa de campo, en los días más terribles de la Segunda Guerra Mundial, resultan tan creíbles, cálidas y próximas, porque es más que posible que el guión esté basado en los propios recuerdos del director.
Queda patente, en la película, que por encima de ideologías, religiones o bandos hay valores más consistentes: el cariño, la lealtad, el compartir la escasez, la ternura que transmiten los débiles e inocentes..... Una lección de humanidad que convendría repasar cuando, aún hoy, hay quien justifica las guerras, sabiendo la cantidad de seres indefensos que las van a padecer.

Además de su fotográfica memoria, yo no dudaría de la influencia en el director francés de la impresionante Juegos Prohibidos de René Clément que en 1952, también en un blanco y negro revelador, nos relata una historia con muchas coincidencias.
Sinhué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
2 de julio de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta buena cristalización cinematográfica de Tavernier sobre una sangrienta crónica social que tuvo lugar en 1984, en Francia, nos conduce de manera inmediata a la reflexión del porqué suceden estas cosas y a mí, que estoy voluntariamente distorsionado por el cine, la búsqueda de la respuesta me lleva a otra película en la que un hombre entre loco y sabio decía algo así como: "... entrenamos a estos chicos para matar, pero nos escandaliza que escriban joder en el fuselaje de sus aviones". Ese hombre, ya lo sabéis, era el renegado coronel Kurtz (Marlon Brando).
A lo que os quiero llevar, sufridos lectores, en el caso que nos ocupa, es a una supuesta explicación que dé cuerpo a un desencadenante tan catastrófico como el de "La carnaza", que suele estar arropado por un "yo no he sido" cuando se le pregunta a la sociedad.

Precisamente, lo que es terrible en la escenificación del gran realizador francés, es el hecho de que los protagonistas no son tarados o psicópatas, son jóvenes normales producto de una sociedad consumista e insolidaria y con unos principios basados en el "tanto tienes tanto vales" que les hemos tatuado en el alma, a través de la publicidad y los mensajes políticos de las últimas décadas. ¿Cómo recuperar el terreno perdido? ¿Cómo inocularles unos valores que combatan estos feroces virus capitalistas? ¿Cómo reconvertir a quienes han incorporado a su ADN la insensibilidad como arma defensiva?
Puede resultar grandilocuente, e incluso pretencioso, mi discursete pero cuando algo te queda sin palabras te pones a buscarlas aunque sea empuñando picos y palas.
Sinhué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow