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España España · Zaragoza
Críticas de Escar
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Críticas 66
Críticas ordenadas por utilidad
9
21 de marzo de 2006
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kim Ki-duk es, sin lugar a dudas, uno de los mejores directores del momento. El surcoreano bohemio que se dedicó a vender cuadros pintados por él mismo en las calles de París, ha trazado un nuevo gran film en esta conmovedora obra, galardonada en el último festival de Venecia con el premio al mejor director.
Y aunque sus films anteriores y el de ahora son totalmente distintos, el amor de Kim ki-duk por la violencia poética resalta con finas pinceladas en esta película, con los palos de golf como principales protagonistas de las agresiones, continuando con los títulos de su filmografía que encuentran en la violencia su mayor forma de expresión. Pero la violencia de este Kim Ki-duk actual es muy distinta a la violencia de sus inicios. Ahora, no se busca el morbo, ni siquiera el dolor del personaje. Ahora la violencia está bañada con colores suaves que permiten ser difuminada entre la enorme belleza del film, sin ser innecesaria ni desechable, sólo mostrando la dureza de una realidad que viven los personajes protagonistas.
Pero no es desde luego la violencia la síntesis del film. La película desborda belleza por todos sus fotogramas. Una belleza visible... e invisible, como actúa el personaje principal en determinados momentos. La originalidad de la propuesta es un valor importante del film, que aún enriquece más el trabajo final, esté bien pintado o no: un hombre que se cuela en las casas mientras sus propietarios se encuentran ausentes, sin robarles ni provocarles desperfectos. A cambio de esta estancia, arregla los aparatos rotos o lava la ropa, en recompensa por su permanencia allí. En una de sus visitas, se encuentra con una mujer maltratada por su marido. Ambos deciden huir y continuar juntos una historia que se torcerá en otro de los alojamientos.
El amor de ambos es un elemento fundamental de expresividad de Kim Ki-duk, y nos muestra un amor sin palabras (los protagonistas no hablan entre sí), sólo gesticulando. Quizá así es la mejor forma de conocer el amor. Sólo con los gestos, con las miradas. Las palabras a veces engañan. Fascina su historia, al igual que sus vivencias. Y si es bueno el desarrollo del film, no lo es menos su final. Toda una oda al amor.
El autor sirve de nuevo una bocanada de aire fresco al espectador, dentro de la atmósfera de blockbusters y película con historias ya mil vistas. Esta es una película diferente, original y... ante todo, muy hermosa.
Es verdad, encontramos ciertos brochazos no muy certeros pero que, en el conjunto de la obra, no ennegrecen el resultado. “Hierro 3” es otro éxito del coreano, y lo convierten en uno de los referentes más importantes de cara a poder alimentarnos de un cine alternativo que ya sólo muy pocos directores son capaces de dibujar.
Ahora, estoy deseando que llegue el 31 de marzo de 2006 para poder ver su última película, "El arco" de la que ya he podido leer grandes críticas.
Escar
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6
15 de febrero de 2006
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no he visto ninguna otra película de Tsai Ming-Liang, aunque por su cosecha de premios parece que es de lo más interesante del panorama internacional. Así que me fui a ver esta película con la sensación de que acudía a ver una gran obra. Pero se quedó en eso, como la nota que le he puesto, en algo interesante, pero sin nada más.
Es verdad. Hay escenas muy bonitas. ¡Esa habitación inundada de burbujas o ese baile en el tejado! Las piezas musicales... un poco raras, pero lo peor llegó al final de la película. La última secuencia (de la cual no desvelo nada) es para gente que no quede impactada por cualquier cosa, porque ahí creo que Tsai Ming-Liang se pas´´o bastante.
De todas maneras, igual que no entiendo las estupendas críticas que se le han hecho, tampoco entiendo las tremendas críticas negativas. Es una peli para un aprobado, que merece la pena ver, aunque siempre consciente de estar predispuesto a ver un espectáculo muy poco común (la originalidad es lo mejor de la película) pero al que le falla el remate final que hubiera bordado una gran obra. Una pena.
Escar
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7
25 de julio de 2006
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo largo de la historia ha habido interpretaciones memorables. El cine ya puede contar con una más: la que hace Bruno Ganz en "El hundimiento". Su intepretación es perfecta, sublime. Logra convencer de que estamos viendo al verdadero Hitler. Toda una proeza interpretativa que salva una película bien dirigida y con buenas premisas, pero que se pierde en su lentitud y en su necesidad de explicaciones. Quería contar tanto que, al final, cuenta poco pero muy dilatadamente. Se entiende la actuación del pueblo nazi, se entiende la desesperación del propio Hitler ante la derrota, la fe ciega de su secretaria... Se entiende todo, pero no termina de enganchar.
Escar
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7
21 de marzo de 2006
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado ya seis años del dulce début de Benito Zambrano en el largo, con “Solas”, aquella ópera prima suya que se ha convertido, sin lugar a dudas, en una de las mejores películas españolas de los últimos años. Ha pasado mucho tiempo. Entremedias a este segundo largo tan esperado, una tv-movie, “Padre Coraje”, que reafirmó que el sevillano tenía mucho más talento por dar. Y lo confirma aquí, en “Habana blues”, un homenaje a la isla cubana que aborda con gran talento y maestría. Los desgarradores personajes de “Solas” ahora se transforman en otros desgarradores personajes, con otros problemas y vivencias, pero el fondo es el mismo. Zambrano intenta adentrarnos sin estereotipos ni prejuicios al corazón de La Habana. Y lo consigue desde un principio. Quizá ayudado por la magnífica naturalidad de los actores que construyen la historia, que nos hace parecer testigos de unos minutos de la vida de estos personajes como si fueran realidad, como si hubiéramos viajado hasta allí y nos hubiéramos dedicado a observarlos, a escuchar sus inquietudes, a apasionarnos con su amor a la música. Todos los actores están estupendos, en especial, Yailene Sierra, todo un descubrimiento.
La banda sonora es otra característica a destacar para esa incursión al corazón cubano que Benito Zambrano nos invita a realizar. No es un musical, pero no hubiera importado serlo, porque la película está bañada ante todo de hermosas canciones, perfectamente integradas en la historia y capaces de contar más que los propios diálogos de los personajes. Y es que a veces la música provoca ese milagro...
Pero no todo es maravilloso en el film de Zambrano. El sevillano no teme tocar en momentos determinados de la película la política cubana. Lo hace con valentía pero también con cobardía, como si quisiera quedar bien con todo el mundo. A fin de ello, los personajes finalizan su historia en el film de tres posibilidades muy distintas derivadas de esa ambigüedad que Zambrano provoca. Un equilibrio admirable pero impropio de él.
Y, por conclusión, no alcanza la sublimidad de “Solas”, su ópera prima que tanto me emocionó hace en 1999. Pero, es verdad, muchos cineastas que triunfan con su ópera prima, naufragan en sus siguientes proyectos. Benito Zambrano ya ha demostrado con “Padre Coraje” y “Habana blues” que su talento no se agotó en su primer film y que es una promesa presente y futura de nuestro cine. Si su futura filmografía va a estar impregnada de trabajos tan admirables como los ya realizados, no dudo en que el sevillano pueda convertirse en uno de los grandes de nuestro cine, asemejándose con los consagrados Amenábar, Almodóvar o Trueba. De momento, va por buen camino.

LO MEJOR: Los actores; en especial, Yailene Sierra
LO PEOR: Que no alcanza la sublimidad de “Solas”
Escar
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7
14 de febrero de 2006
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que esconde el silencio. Las palabras entrecortadas. Los gestos involuntarios. Miradas perdidas...
Me dispuse a ver este film, eclipsado por la tremenda belleza de su predecesora ("Mi vida sin mí", la mejor película que he visto en mi vida). Temí la decepción, porque el listón estaba muy alto. Isabel no lo ha logrado. No ha conseguido la brillantez de su anterior film, pero todos aquellos que nos enamoramos de "Mi vida sin mí" hemos reconocido la esencia (y no imitación) que se desprendía en aquella película en esta última.
Sarah Polley, por el contrario, está aún mejor interpretando a esta enfermera con heridas en su corazón que la Ann de "Mi vida sin mí" guardando su secreto vital.

Fue la mejor peli española del año anterior (la calidad no fue muy alta) y me alegro mucho por Isabel Coixet por los Goyas obtenidos por esta película. Porque esta mujer (a la cual admiro) ama el cine y sus películas son pequeñas joyas que nadie debe dejar de ver.
Escar
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