La historia de 'Outcasts' sigue la línea de otras producciones apocalípticas en las que la Humanidad destroza el planeta y tiene que buscarse una forma de sobrevivir.

Si 'Blade Runner' podría ser la precuela de Galáctica, 'Outcasts' podría ser su secuela, ya que comparte unas ideas (fin del mundo, civilizaciones en guerra continua, la dualidad entre inmoralidad y bondad del ser humano, la lucha por la supervivencia y la autosuperación), una estética (tonos, personajes, fotografía) e intenta reproducir las tensiones y características de los personajes sin perder lo que les hace únicos. ¿Lo consigue? A medias. Si bien los fans de Galáctica encontrarán interesante la historia, no es ni de lejos tan buena como ésta.

Yo diría que es una producción más casera en el sentido de que tiene menos aspiraciones, la veo más dirigida al entretenimiento ya que todos los puntos que discute han sido tratados antes más y mejor. No aburre, y hasta interesa en ciertos momentos, que ya es más de lo que se puede decir de muchas.

La aparición de Jamie Bamber, probablemente el personaje más interesante de la serie, le da un nuevo nivel mientras él está en pantalla; sin duda el mejor acierto de reparto. El resto de los actores no la dejan mal, pero son en general más grises, menos llamativos -con la excepción de un par de ellos.

Me sorprende el comentario de Espectador_ingenuo y, aunque tampoco comparto con Carlos su visión tan cómica, sí la considero una gran película: espejo de lo que puede llegar a ser la industria del cine con su doble moral, sus tiburones y las reglas que nos va dejando Buddy a lo largo de la película. Con una gran carga dramática y violenta, las dosis de realidad se van intercalando con los insultos y las broncas que Buddy le dirige a Guy (que en ocasiones te sacan como mínimo una sonrisa) y con otras escenas más amables (no soltaré detalles de la trama pero con esto quiero decir que para nada la película es un continuo bulling contra el empleado nuevo ;).

Eso sí: si le dais una oportunidad aseguraros de quedaros hasta el final porque es esencial, sin él no habréis entendido la mitad del mensaje.

Previsible, monótona, plana y sin apenas argumento. Jennifer Love Hewitt no es que se luzca en la actuación (siempre hace lo mismo) y hay momentos en los que incluso hace gracia (cuando se supone que debería estar transmitiendo drama). Esto a parte, en ocasiones resulta entretenida si no hay nada más que ver (y sí, yo también he de reconocer que a pesar de lo superficial que es la serie, alguna vez me ha sacado alguna lágrima).

Aún a pesar de las reflexiones de monigote86, que nos ayuda a ver un poco más lo que se puede sacar bueno de la película, y aunque me entretuvo lo suficiente para verla de principio a fin sin mirar el reloj o bostezar, tengo que decir que a mí se me hizo algo absurda: un poco como lo que se preguntan los protagonistas, ¿para qué hacer una película de estas características, sólo porque se nos ocurrió un día, borrachos? Seguramente esté siendo algo injusta o no valorándola lo suficiente, no lo sé, pero a mí se me hizo algo absurda.

La premisa es bastante buena, ¿qué pasaría si dos amigos heterosexuales deciden hacer una porno? Pero casi todo se queda ahí. El principio de la película es algo más estimulante y los personajes y las situaciones que aparecen la enriquecen, pero en cuanto el argumento se centra más en los dos amigos y cuando nos acercan al momento decisivo, pierde bastante, para mí.

Hay una reflexión que sí me gustó (tanto como para llamarme la atención: "¿merece la pena hacer algo porque sea tu mayor temor?"), pero salvando eso, y en resumen, me parece que esta película fue más bien una pérdida de tiempo, cuando hay tanto material bueno por rodar y pensar. Ni la técnica es atractiva ni tiene fondo, apenas. Hay alguna escena que es mejor, pero otras están metidas con calzador (ni vienen a cuento ni aportan gran cosa, a mi parecer). Y para rematar, un final bastante cojo, muy repentino, que - aún a pesar de que no lo quiera parecer - se me hace hasta inconcluso.

Esta ópera prima de Martín Rosete, rodada con números récord (presupuesto mínimo, filmada en 15 días), nos recuerda a muchas otras historias de intriga y acción: desde la brutal Funny Games, por el juego retorcido y la aparición del protagonista, hasta la reciente 7 Horas, por la negociación interminable y tensísima. En este caso, los creadores van en una dirección algo diferente; hay un par de ingredientes de la película bastante originales que la hacen mejor de lo que te la puedes esperar leyendo la sinopsis; pero sobre todo gana por el carisma de los actores protagonistas y el buen guion de Josep Ciutat.

Merece la pena si os gusta el cine de intriga, de ladrones, espías y ese tipo de personajes que se mueven en los grises. Imprescindible en VO (el doblaje le mata la voz a Jamie Bamber y su personaje pierde mucho con la voz española: más de señor mayor o tipo duro).