Una joven cerillera sale la helada noche de Fin de Año de su chabola al centro de la ciudad a vender su menuda mercancía. El tiempo pasa y no consigue que le compren nada. Un agente de policía, con quien ha estado viendo un escaparate de juguetes mecánicos, hace ver a la chica que tiene los pies empapados por la nieve y le recomienda que se vuelva a su casa. Muerta de frío y hambrienta, y tal vez con mucha fiebre, cae al suelo y delira con una vida mucho mejor que la que le ha tocado vivir; pero incluso en el sueño se le presenta la Muerte.

Mediometraje basado, muy libremente, en un cuento homónimo de Hans Christian Andersen. Y quizá el mayor inconveniente que se le puede encontrar a esta cinta de Jean Renoir radique precisamente en que el público que la vea conozca el cuento en que se basa; éste es mucho más bonito, con mayor variedad argumental, que la pequeña película del director francés; una de sus primeras obras en un comienzo de su carrera el cual, aunque era su propio productor, no tuvo mucho éxito ni reconocimiento y pareció ser bastante dubitativo; todo fueron adaptaciones de obras literarias y sin mostrar aún un estilo determinante. No obstante la película en conjunto es aceptable, toca el argumento sin caer en el folletín, muestra la indiferencia de la gente ante la necesidad ajena, aún más marcada por ser una noche especial, y consigue darle al relato un aire distinto, dentro del drama que expone, con las secuencias oníricas que, si bien se ven muy señaladas por las limitaciones técnicas de aquel tiempo, marcan cierta creatividad de su autor. La mejor época de este director comenzaría unos años después al rodar ya con el cine sonoro y adoptar el realismo que le caracterizaría en esos primeros años suyos de la nueva era del cine.

Por último, decir que la actriz protagonista, Catherine Hessling, su verdadero nombre era Andrée Madeleine Heuchling, fue la primera esposa del director, a quien conoció por ser una de las últimas modelos con quienes trabajó su padre, de hecho se casaron en 1920, antes de que su marido se dedicase al mundo cinematográfico.

Daniel Mantovani, cinco años después de ganar el Premio Nobel de Literatura, vive en su lujosa residencia de Barcelona sin que desde entonces haya vuelto a escribir. Lleno de compromisos sociales que rechaza (con ese dato junto al contenido del discurso que dio al recoger su galardón en Estocolmo) demuestra ser una persona poco sociable; no obstante decide aceptar la invitación del alcalde de su localidad de nacimiento, una pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires, de donde salió a los veinte años y, después de casi cuarenta, a la que no ha vuelto nunca, para pasar allí cuatro días y ser públicamente reconocido por sus paisanos. El recibimiento no será el esperado, ni su estancia tampoco.

Con guion de Andrés Duprat, Mariano Cohn y Gastón Duprat dirigen esta comedia bastante negra, en la que se hace una crítica muy ácida de las relaciones personales, de la cerrazón de unos seres aislados, satisfechos en esa situación, y sin ningún ánimo de cambiar; del poder político, del caciquismo rural y de la cultura como institución.

La dirección es de una sobriedad absoluta la cual se engrana perfectamente con una puesta en escena muy austera, incluso demasiado a mi parecer, que consigue, eso sí, acrecentar el sentido mezquino y cutre de los personajes y el entorno en que se desenvuelven; si bien el exceso de discursos, de moralina, por parte del protagonista, además de molesto, deja ver la dificultad que sienten los directores de expresar de una manera más dinámica (en realidad más cinematográfica y menos literaria) la idea argumental.

El resultado de todo lo anteriormente citado es una historia que resulta exagerada en aquello que denuncia, tanta vileza acumulada, sin ningún elemento que contraste con tanta negritud, degenera en artificio, si bien ése, el de no encender ni una cerilla entre tanta tenebrosidad, es el propósito de los autores de esta película.

Buena interpretación de Óscar Martínez, aunque sin variedad de registros. Destacable también la actuación de Dady Brieva.

Conor O'Malley es un niño de 13 años que vive con su madre, enferma de cáncer, y, últimamente, con la continua presencia de su abuela materna a quien no acepta por lo estricto de la forma de ser de la señora. Conor sufre constantes pesadillas fruto del temor a perder a su madre. Todo comenzará a cambiar en la vida del pequeño cuando éste empieza a tener las apariciones de un tejo cercano a su casa, convertido en monstruo, quien le ayudará a afrontar la dura y dolorosa nueva vida que se le presenta.

Juan Antonio Bayona se sirve de la novela homónima de Patrick Ness, el propio autor firma el guion, nacida de una idea de Siobhan Dowd, para dirigir esta película con la que cierra su trilogía sobre las relaciones materno filiales.

'Un monstruo viene a verme' es un cuento dirigido a los niños que llegan a la pubertad y tienen que enfrentarse, en ese espacio en el que se ha dejado de ser niño, pero donde aún falta mucho camino por recorrer para llegar a ser un hombre, ante la inminente pérdida de la madre; en este caso el suceso es aún más doloroso, pues el padre reside muy lejos, los progenitores están divorciados. Historia recogida en un brillante guion que el director desarrolla de forma espectacular y con gran acierto, haciendo de este largometraje un prodigio en cuanto a despliegue de efectos técnicos y visuales, pero también en lo relativo a ternura y encanto aun dentro de un género, el fantástico, en el que ese sentimiento parece más difícil de mostrarse acertadamente. Bayona consigue alcanzar esa dulzura, algunos incluso le achacarán que, en parte, exagerada en el tramo final del filme, en un producto que casi llega a rozar lo terrorífico, obteniendo un equilibrio, a mi juicio, casi perfecto. No obstante, desde mi punto de vista, lo mejor de esta notable producción es la lección que se da de reforma, redirección, del carácter del muchacho, para que consiga escapar del pernicioso sentimiento de frustración al que le lleva el dolor (imposible de aceptar) que está padeciendo, admitiendo la realidad irreversible haciéndose fuerte, al tiempo que creciendo, y todo ello gracias a un figurado cordón umbilical que sigue uniendo a la madre y al hijo, algo que une esta película también con las anteriores de este director, 'El orfanato' y 'Lo imposible'. La trilogía que se cierra con esta obra queda concluida como un magnífico canto a la unión madre e hijo, la cual perdura incluso después de la muerte de uno de estos dos seres.

Como ya he señalado, estamos ante un alarde portentoso de técnica audiovisual, efectos especiales, sonido, animación...; pero también ante un gran montaje, fotografía y, por último a destacar, la maravillosa música compuesta, y dirigida, por Fernando Velázquez. Las interpretaciones, todas ellas, resultan convincentes.

Jack cumple 5 años en compañía de su madre, Joey, ambos viven encerrados en un pequeño cobertizo sin ventanas, pero con una claraboya; el trozo de cielo visto a través de dicha claraboya es la única visión del exterior que tienen. Joey, cuando tenía 17 años fue raptada por un hombre que desde entonces la ha tenido allí enclaustrada, Jack nació dos años después del secuestro, fruto de las violaciones que sufría Joey, casi a diario, por su secuestrador. Jack se ha criado en un ambiente entre real e imaginario con los únicos patrones que le han dado su madre y la televisión; pero ahora, en su quinto aniversario, Joey piensa que es el momento de empezar a tratar a su hijo de una forma menos infantil, tanto por la edad recién cumplida como para planear la fuga.

Película basada en la novela homónima de Emma Donoghue, la misma escritora es la autora del guion (que escribió antes de que la novela se publicara, eso es tener fe en sí misma), su doble nacionalidad, irlandesa y canadiense, debió de influir bastante para que la producción fuera igualmente de esos dos países. Como dato a no pasar por alto hay que reseñar que aunque la acción se sitúa en EEUU, la película fue rodada en Toronto, el motivo se debió a que el director, Lenny Abrahamson, irlandés, pensó que el argumento podría entorpecer, de alguna manera, el rodaje con personal estadounidense y en ese país.

Además de lo más reseñable de este filme, como han venido siendo las interpretaciones de Brie Larson y Jacob Tremblay, hay que resaltar su buen argumento y guion, firme, sin aristas, en una calculada progresión constante, que nos narra algo que no resulta fácil, el proceso psíquico que viven tanto madre como hijo, juntos en todo momento, pero cada uno desde su perspectiva personal, siendo este factor, la evolución de dos mentes que han sufrido tan traumática experiencia, el núcleo y valor principal de esta obra, sin despreciar la también eficiente creación de los personajes secundarios (abuelos maternos de Jack, y segundo marido de su abuela), así como la interpretación de estos. Si hay que poner algún 'pero' a esta obra casi redonda, lo haría con las reflexiones de Jack, que parecen de alguien bastante mayor de un niño de 5 años.

Nick Dune y Amy Elliot, un joven matrimonio residente en Misuri, se dispone a celebrar su 5º aniversario de boda cuando ella desaparece. La actitud del marido, aparentemente poco preocupado por la desaparición de su esposa, los rastros de sangre de su mujer, torpemente limpiados, y lo ordenada que aparece toda la casa para haberse cometido en ella un crimen, apuntan a éste como sospechoso. A través de continuos flashbacks iremos conociendo la vida de este matrimonio, así como lo que ocurre en paralelo a la investigación y situación en el lugar de los sucesos.

Película basada en la novela homónima de Gillian Flynn, la misma escritora hizo la adaptación de su obra convirtiéndola en el guion del film, que nos pone ante un thriller con aspectos psicológicos dentro de un suspense que se quiebra pronto y que se mantiene, durante la mayor parte del largometraje, para conocer tan solo la resolución de este.

Obra, dirigida por David Fincher, especialista en el género, que resulta muy artificiosa y de difícil credibilidad, si bien el director sabe manejar con destreza los distintos giros que contiene el guion para causar constantes sorpresas, algunas disparatadas, al espectador. Destacaría, como parte positiva del argumento, la relación existente entre los dos hermanos gemelos, Nick y Margo, aunque se profundiza poco en ella, pudiéndosele haber sacado mayor partido (brillante interpretación de Carrie Coon en el papel de Margo). La actuación de Rosamund Pike, en el papel de Amy, también resulta destacable.