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Críticas de Piano y yo
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Críticas 87
Críticas ordenadas por utilidad
10
2 de abril de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran comedia y más cosas -ver spoiler-
Y si yo os dijera
1 - Simplemente que Kim Novak (Gillian 'Gil' Holroyd) sale tan guapa como siempre vistiendo de bruja recatada como sale de guapa de vecina en celo en la impactante Un extraño en mi vida (del mismo Richard Quine, Strangers When We Meet, 1960). ¿Me creerías?. Supongo que sí.
O a lo mejor no, de todos modos, -y esto va dirigido a los hombres, en especial a los incrédulos-, os diré que Kim, se ponga lo que se ponga de vestido, o ponga la cara que ponga (de mujer aturdida en la superlativa Vértigo, de mujer carnal en la ya citada Un extraño en mi vida, o de mujer con la sangre fría, incapaz de amar, como ella misma declara en esta gran comedia que comento), ya sabemos todos que es un placer inconfesable verla en pantalla.
2 - Simplemente que James Stewart (Shepherd 'Shep' Henderson) repite el papel que bordó en otras películas como en Qué bello es vivir de americano medio de buenos sentimientos, con su trabajo y a punto de casarse, al que más tarde los vuelcos de la vida le hacen tambalearse y desear desaparecer, -aquí en vez de suicidarse, quiere irse a vivir solo a un hotel-. ¿Me creerías?. Supongo que sí.
3 - Simplemente que Jack Lemmon (Nicky Holroyd) repite papel de músico muerto de hambre muy consciente de que su profesión de músico no le sacará de la ruina, como en Con faldas y a lo loco (Some like it hot, Billy Wilder 1959). Y que hace además en esta Me enamoré de una bruja tantas migas con el más tarde citado Ernie Kovacs como las hace con Joe E. Brown (Osgood Fielding III) en dicha Con faldas y a lo loco, ¿Me creerías?. Supongo que sí.
4 - Simplemente que Elsa Lanchester (Aunt Queenie Holroyd) repite papel de mujer adulta y más bien fea, pero a la que las ganas de cotillear la mantienen con ilusión por la vida, como en la siempre genial Testigo de cargo (Witness for the Prosecution, Billy Wilder 1957). ¿Me creerías?. Supongo que sí.
5 - Simplemente que Ernie Kovacs (Sidney Redlitch) repite papel de escritor borrachín y solo interesado en los lujos, el dinero, la vida fácil, pero que llena de luz todas las escenas donde aparece, como en la ya citada Un extraño en mi vida (del mismo Richard Quine, Strangers When We Meet, 1960). ¿Me creerías?. Supongo que sí.
6 - Simplemente que Janice Rule (Merle Kittridge) borda su papel de mujer a punto de casarse que se ve desplazada por los encantos de otra, como le ocurre por ejemplo a la también genial Jean Peters en la imprescindible Niágara (Henry Hathaway 1953). ¿Me creerías?. Supongo que sí.
7.- Aunque sea difícil de creer, que esta película tiene tantas partes bien diferenciadas como podría ser la ya citada Qué bello es vivir, y que pega tantos giros cómicos como la en cierto modo también cómica y ya mencionada Testigo de cargo. ¿Me creerías?. Puede que no.
8.- Aunque sea difícil de creer, que esta película encierra bastantes mensajes o reflexiones sobre el amor, la vida, el matrimonio, y la incomprensión por parte de la sociedad hacia los que son diferentes, en este caso, una simple familia de brujillas. ¿Me creerías?. Puede que no.
Simplemente os diré que, en mi humilde opinión, deberías todos responder que si a las 8 preguntas anteriores, y, como no, dejar de leer críticas y, como digo siempre al final, encender la tele y música maestro, vean esta película.
Mi nota 10 sobre 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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9
20 de noviembre de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy bonita película que narra la vida del matrimonio entre los dos compositores y pianistas, Robert Schumann (1810-56) y Clara Schumann (1819-96) –Clara Wieck de soltera-, desde que se enamoran, oponiéndose el padre de ella, también músico, al matrimonio de su hija (que se celebró en 1840, él con 30 y ella con 21), pues en ese momento Robert no era todavía un músico consagrado, pasando por los años felices del matrimonio, (1840-5) -que tuvieron 7 hijos, los regalos de música compuesta por él para ella-, hasta llegar a la depresión (a partir del 1845) y posterior muerte de Robert, -el cual acabó volviéndose loco, muriendo en un manicomio-, momento en el cual ella parece desviar su corazón hacia otro joven compositor, Johannes Brahms, 1833-97, por lo tanto 14 años más joven que Clara, el cual desde hace tiempo vive en la propia casa del matrimonio, pues admira la música de Robert y está enamorado de Clara-.
Esta misma historia se cuenta en una película llamada Clara, también comentada por mí en FA, y que ha tenido muy poca difusión, por desgracia, en España.
En el spoiler, indico las diferencias abismales que existen en como cuentan ambas películas la vida del matrimonio Schumann.
Nota de Pasión inmortal:
9 sobre 10.
P.D. Así que corten esta crítica, enciendan el televisor y música maestro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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10
3 de julio de 2010
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión la película tiene 3 tramos completamente diferenciados, todos perfectos:
En el primero, es perfecta, toda la familia del asesino tío Charlie está retratada al detalle: 1.- La sobrina también llamada Chalie es una chica despierta y muy inteligente, que se aburre porque su familia está en decadencia, a pesar de que a su padre oficinista en un Banco le acaban de subir el sueldo, y que revive al saber que llega a casa su tío desde la otra costa de los EEUU. 2.- La madre de la chica, -que añora su infancia que pasó con el ahora asesino- Y 3.- Los comentarios tan certeros y divertidos por un lado de los niños, y por otro lado del padre de la joven Charlie -Henry Travers, Jim en la película- y de su amigo Herb, divagando todo el día cual sería el mejor método para matarse el uno al otro sin ser atrapados por la justicia.
En el segundo tramo, cuando ella confirma sus sospechas de que su tío puede ser un asesino, sigue siendo una gran película, porque Hitchcock no olvida introducir la duda en la trama, ya que la policía duda entre dos sospechosos.
Y en el tercer tramo, cuando la policía se decanta porque el asesino no es el tío Chalie, sino el otro, y el tío Charlie, por si acaso, decide acabar con la vida de su sobrinilla, ya que es una mujer que sabía demasiado, la peli adquiere una grandeza superlativa. Porque al tío Charlie no le queda más remedio que intentar matar a la antes adorada sobrina, aunque por un momento pensemos que va a abandonar el pueblo sin intentar asesinar a su sobrina.
Y el final pues genera sus disputas, como cualquier gran película: hay quien opina que sería mejor final el que muera el tío y hay quien dirá que es preferible final que muera asesinada la sobrina, pero en mi opinión la película es tan perfecta y está tan bien contada y llena de humor, que cualquiera de los dos finales me vale. Y es más, creo que el escogido por Hitchcock hace juego, es decir, encaja con el resto de la película: Ciertamente es la suerte la que decide quien se cae del tren en marcha. Y es que Hitchcock insiste en que el asesino Charlie durante toda la película aborrece el mundo exterior y la película nos lo muestra como un asesino de viudas ricas, pero no por dinero, sino por odio a la vida misma, a la monotonía de la vida. Un inadaptado, que, dato éste que no hay que olvidar, sufrió un accidente de bicicleta siendo un chiquillo, lo que le ha trastornado el cerebro, de modo que su comportamiento es admitido y comprensible según Hitchcock. No estoy de acuerdo con quien opina que la película lo muestra como un asesino sin piedad que no merece compasión ninguna, -la película no se interesa en mostrarnos las bondades de las viudas, más bien parece que está de acuerdo con matarlas-.
Nota: 10 de 10.
Piano y yo
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2
29 de marzo de 2013
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es este el tipo de cine que me gusta, pues prefiero con gran diferencia casi todo el cine de desde los años 30 al 75. Pienso que en realidad el cine murió allá por el 1.975 con la gran película Alguién voló sobre el nido del cuco. Además dentro del cine que me gusta, me decanto más por el cine negro clásico –Bogart, Edward G. Robinson, con sus guapísimas acompañantes, Turner, Bacall y en ambos casos un larguísimo etcétera por todos conocido-, por la comedia clásica norteamericana –Stewart, Grant, Tracy y en mujeres Colbert, Katherine Hepburn y otra vez dos largos etc-, por las películas clásicas de amor –Audrey Hepburn, Grace Kelly, Ava Gardner, y de nuevo etc-, por la intriga del gran maestro del suspense Hitchcock, con sus siempre bellas rubias –Novak, Eva Marie Saint, etc-, y por los melodramas de Douglas Sirk. Además tampoco soy un gran fanático de las películas del Oeste, ni siquiera las clásicas.
Fui al cine con mis jóvenes sobrinillos de 20 años, que pese al diminutivo miden 1’90 metros cada uno; de vez en cuando les acompaño a sufrir algún que otro suplicio cinéfilo, ya de antemano pronosticado por mí. No suele ser su caso, pues ellos sí disfrutan de lo lindo con el cine actual, -diferencias generacionales-. Yo prefería ver Grandes esperanzas sobre la novela de Charles Dickens.
Por tanto, en mi opinión, y brevemente:
Le sobran como poco 1 hora de tiros, los chistes de los blancos sobre los agujeros de los sacos con los que se tapan la cara para vengarse de los negros, la escena de los perros matando a un esclavo negro, etc, etc.
Lo único que me gustó algo fue la interpretación de Christoph Waltz como Dr. King Schultz, que al igual que en Malditos bastardos, creo que se come con patatas la actuación del protagonista Jamie Foxx, como Django.
En resumen, película que no hay por donde cogerla, salvo que tengas unos 20 años.
Piano y yo
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10
24 de mayo de 2010
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi la película hace 2 años, pero como tanto por el guión como visualmente es una obra maestra, me atrevo a recomendarla sin reservas. Tan divertida como siempre, -Billy Wilder es el rey-. Matthau borda su papel. Y la mejor escena: como siempre en Wilder: el personaje en posturas inverosímiles, esta vez el inválido Lemmon bailando sobre una silla de ruedas.
No la critico más porque es TOTALMENTE INNECESARIO.
Rápido, no pierdan tiempo en leer más críticas.
Enciendan la televisión. Es otra JOYA más de la factoría Wilder-Diamond-Matthau-Lemmon.
!Qué pena que ya no se hagan películas así, ni siquiera parecidas!
Y la chica muy mona. Se ve que Wilder tenía buen gusto para escoger, en lo que coincide con el también inolvidable e insuperable Hitchcock-.
Piano y yo
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