¿Y este cuento es el que le contaba Shyamalan a sus hijas? Pues menuda paranoia y pobres crías. Menudo trauma que tendrán para el resto de sus vidas gracias a la fantasía de su padre. Tremendo y absurdo cuento. El principio es lo único que se salva, con esa pequeña introducción en plan leyenda en dibujillos de pizarra. El resto una extraña, pesada, y en ocasiones aburrida historia, llena de personajes secundarios aún más absurdos. El bloque de apartamentos parece una pequeña ONU, con inquilinos de todas las nacionalidades, intentando organizar un plan que salve al mundo sin parecer conseguirlo.
Lo único que se salva, el cartel de la película que promete otra historia totalmente diferente.

Qué pereza da esta peli. No me esperaba demasiado de ella, puesto que ninguno de los protas me dice nada. Pero que cada poco tengas que mirar el reloj a ver si le queda mucho no es algo demasiado positivo. Además, es que es un lío. Espera... estoy en el 2004, el 2006 o qué año es? En cuanto te vuelves a sincronizar, la peli ya ha avanzado y te vuelves a perder. Alguna incoherencia comparte con Frequency, peli que también comienza de modo interesante y luego se convierte en un pestiño pelín absurdo.

Como han dicho por alguna crítica anterior, lo mejor el buzón, que tiene el papel más estelar de la cinta. Que sin una sola línea de diálogo supera ampliamente al inexpresivo Keanu.

Si la casa de cristal se les hubiera caído encima a alguno al menos hubiéramos tenido una secuencia espectacular.

Más que aceptable biopic del músico Ray Charles, que de la más mísera miseria llegó a lo más alto en el mundo de la música.
Jamie Foxx hace una excelente recreación del fallecido cantante, cuya vida se vio rodeada de bellas mujeres, buena música y el peligro de las drogas que casi termina con su familia y su carrera.
Excelente banda sonora que acompaña la cinta, recordando importantes éxitos de la carrera del músico.
Muy acertada la inclusión de flash backs en las que se recuerda la infancia desgraciada de Charles, su ceguera temprana y la educación que le dio su madre para que se valiera por sí mismo en la vida.
En cierto modo me recuerda al biopic sobre Johhny Cash, En la Cuerda Floja, pero con más música gospel. Es curioso que todos los grandes músicos del siglo XX tengan un pasado de miseria y desgracia.

Pues no se puede decir mucho de esta peli que no suena diferente a otras críticas para películas similares.

Es previsible (¿en cuantas otras cintas hemos visto escenas de casas familiares en días de 'pre-boda' de alguno de sus miembros?), tontorrona, a la mayor gloria de la ex señora Pitt (que tras 'Friends' se repite y se repite...), rescatando del olvido a un guapo oficial (Costner, muy elegante en su smoking blanco tipo camarero) que resuelve de manera más o menos adecuada su papel dentro de la historia de la familia, y a Shirley MacLaine, uno de los grandes nombres del cine americano, que se ve obligada a aceptar papelitos como este para seguir existiendo dentro del star system actual. Mark Ruffalo, el pobre, hace lo que puede.

Película recomendable para llenar dos horas de sábados o domingos aburridos sin otras perspectivas.

MI no es CSI ni ER por más que se empeñen en publicitarla como heredera del estilo de estas dos grandes series. Se deja ver, pero los protagonistas no pueden hacer mucho con unos guiones y diálogos mediocres.