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Críticas de FEnrique
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
10
13 de diciembre de 2023
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Nunca me sentí, Peter Pan, Julio. Stan Lee y su honda y comprometida literatura me hizo pensar que, simplemente, era un niño perdido anónimo, y he aquí que sigo siéndolo y no me duelen prendas reconocer que este autor me habló al oído de la pesadilla del sueño americano y me invitó a evitarlo, pocas cosas son más patéticas que alguien crecido en el Desarrollisno español que tenga semejantes ínfulas. Su mejor guion es, sin duda, cuando el tebeo había pasado ya a formato de revista, cuando el monstruo recorre la América profunda junto a un vagabundo sabio y negro. Esta relación extraña y forzada por las circunstancias se convierte en el luminoso canto a la amistad entre dos marginados que todo lo han perdido.

Sab, 14 May 2022 17:54

Una sonrisa loca en los brazos de otro
te dice que tu herida se adentró en la tormenta.


Sé, Raúl, que soy un viejo boxeador del que se echa mano cada vez que es conveniente que se pierda un combate, que mi historial tiene muy pocos números en verde, es una sala que espera a Godot, que lo más bello de mi vida fue ensombrecido hace ya demasiados años aquejado por un mal que estoy seguro de que podría haber evitado si no hubiera recordado que la suerte no se acordaba de mí, y aquí estoy elogiando al De Niro más prodigioso, en la senda de Meryl Streep que, durante el rodaje de una película dejaba de ser ella para hablar con otro acento, para enamorarse de quien no amaba sino al viento, de quien se permitió una sola aventura en su vida, a un Scorsese (solo nuestro Jaime Chávarri ha sabido hacer películas pseudo-documentales a la altura del bajito director italo-americano) que apostaba al riesgo de perder todo lo que su Taxi-Driver había ganado en credibilidad, en como puede jugar a ser revolucionaria un alma reaccionaria y un catolicismo mal asimilado por desconocimiento real, por la agresión persistente del protestantismo representado por aquellos a los que pretendía emular y admiraba sinceramente y un Paul Schrader genial, haciendo que durante dos horas creyéramos en sus equivocaciones, en la cumbre de la gloria de los perdidos.

La tragedia de Jack LaMotta reside en que no fue su mayor virtud (ni él mismo comprendía porqué atacaba con rabia, ni contra qué luchaba), la que le reservó un lugar en la gloria sino su capacidad para sufrir. De Niro nos muestra con toda crueldad su grandeza como actor fetiche de leyenda (La pérdida del campeonato del mundo ante el que que dicen que ha sido el mejor boxeador de la historia, Sugar Ray Robinson. Cuando gana peso y pierde la figura es un cómico que hace reír por la acumulación de disparates que acumula y airea en sus desgracias vividas.

LaMotta encontró a la mujer de su vida e hizo todo lo posible para perderla, aún nos duelen sus maltratos, sus cambios de humor, la depresión constante contra la que luchaba con rabia y agonía cada vez que se subía subía a un ring y el mundo dejaba de ser algo que oprime, cuando recordaba la niñez que es posible que nunca tuviera. Todo esto permitía que algunos secundarios hicieran el papel de sus vidas. No puedo evitar recordar el vaticinio que su dubitativo hermano pronuncia frente al televisor cuando presagia que todo se ha perdido, a pesar del dominio que había tenido hasta entonces, la belleza de un tiempo que representa su esposa que, propiciada por un trato injusto, pasa de la ingenuidad de Norma Jean a la resabiada sin cabeza de Marilyn Monroe.

No me cabe la menor duda de que la noche, al boxeo le gusta la oscuridad, que perdió el campeonato, perdió mucho más que eso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
FEnrique
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10
24 de agosto de 2023
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Voy perdiendo la memoria, cada vez desconozco más de los nombres y de los hitos en los que suelo apoyarme. Un hecho desagradable ha provocado que vuelva a acercarme a Bigas Luna y que comprenda que es el cineasta español más minusvalorado, con años luz de diferencia sobre el resto (Jaime Chávarri es adorado por una minoría de exquisitos para quienes el director y guionista catalán no existe, se le niega la autoría de dos obras maestras absolutas; esta película y "La camarera del Titanic", y otra dubitativa, Volavérunt, que se supera por el hecho de que, quizás, era lo perseguido, dado que a nuestro autor no debía agradarle la aristocracia, ni la minoría arribista y endiosada que coqueteaba con ella y en la que aparece un bello cadáver, aunque, al fin y al cabo, de ellas emanaban los pequeños focos de luz en un país que había aprendido a desenvolverse entre las espinas de la penumbra, ¿Y Goya? ¿Qué pasa cuando la vida hace que nos convirtamos en más profundos todavía, a pesar de la superficialidad de la gente que nos rodea? Que nos reflejamos en el abismo de la mirada triste de un volatinero con un toque muy acusado de aristocracia sentimental en que la quiere no creer…

Bilbao es cutre, obsesiva, transgresora, aún hoy cuando creemos que ya lo hemos visto todo. En ella juega el director con la variedad de matices que suelen tener las sombras en un fetichismo vesánico, en el que lo aconsejable sería qué el protagonista pensara que su mundo debe apartarse de sus pensamientos. Es escalofriante que el protagonista absoluto (la otra es solo objeto, acertada y dificilísima proposición de un guionista incomprendido) ) quiera llevar un fetichismo brutal tintado de delitos en el que convierte a la mujer de sus sueños en una muñeca cuando le arranca, con morosidad y placer maldito, la voluntad y el vello púbico, esa blancura sórdida que se convierte en el culmen de su perdición; no hay sitio para prisioneros en los sótanos donde se marginan los perdedores en la persecución empírica de sus obsesiones más desviadas.

Bilbao, casi sin aliento y recursos, comparte, con “El Desencanto” y “El espíritu de la colmena”, el podio de las películas de culto del cine español. Está lejos de ellas en la apreciación de la crítica, pero las apariencias no nos pueden desviar, es una gran obra donde el autor logra plasmar, abrumado por las limitaciones materiales, justamente lo que quería.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
FEnrique
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Leonard Cohen: Live in London
Concierto
Estados Unidos2009
8,0
124
Documental, Intervenciones de: Leonard Cohen
10
16 de junio de 2023
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Leonard Cohen empezó muy tarde en esto del mundo de la música, tenía unos 34 años, cuando los monstruos asustados que, aún hoy, nos siguen nos siguen arrastrando con sus miedos, lo habían hecho apenas superada la veintena. “Las canciones de Leonard Cohen” es un álbum mítico que le aseguró para siempre el respeto, quizás no la comprensión, entre críticos, músicos y poetas. Pero vivió profundas decepciones a lo largo de su carrera.

Pienso que sus mejores creaciones, cuando ya se veía amenazado por el tiempo y temblaba con la misma intensidad cuando miraba el pasado y no encontraba el futuro, son una crítica poética y amarga de ese mundo al que ya no podía ver distinto a los otros, a los que veía precipitarse sobre las ruinas de los sueños que habían sido cubiertas con el manto de la vulgaridad en la que iban cayendo los nuevos medios de comunicación. Los versos más afortunados y terribles de la segunda parte, se dice que nunca fueron buenas, de su primer resurgimiento se los reserva para los asuntos que le eran más queridos; el dolor por el paso del tiempo, el alejamiento, sin que se perciba apenas, de los amigos y la muerte de un gran amor, porque son los que siempre acaban en ruptura; es difícil recuperar cada día la resurrección de los primeros momentos. Es imposible que los seguidores del poeta olvidemos a Marianne Ihlen.

***
Me emocionó, también a mí se me escapaba alguna lágrima, sobre todo cuando evocaba al músico español que le enseñó a tocar la guitarra española y cuando brillaban sus ojos taciturnos mientras pronunciaba con morosidad y temblando el nombre de su poeta. Estos versos que te dejo es muy posible que nunca los hubiera escrito si no fuera por Cohen. Lo tengo a él y a Saint-Exupéry como los maestros que me enseñaron a perder el miedo a volar al adentrarme en la alegoría. No creo que tenga sitio en la Torre de la canción, pero nadie puede impedir que escriba lo que veo cuando estoy mirando el mundo desde lo alto de ella.

Dejas en las arenas el rastro de un recuerdo
que vibra acompasado
en la huella del alma plena que no se pierde,
en revistas que llegan vestidas de fracaso,
ilusiones sin voz que gritan en el muro
donde esperas que vuelva mi nombre entre las piedras.

Creo que le cogí el pulso a Cohen hace unos meses después de años intentándolo, incluso empecé a escribir un poemario; "According to Leonard Cohen" que se quedó en un puñadito de poemas de escaso mérito. Si quieres te busco alguno de ellos para que veas que no miento. Fue visitar Hydra, milagros de la Red, y todo empezó a ir mejor, fue comprender su delicadísima situación con respecto al estado de Israel, su pasión por las mujeres que le alejó de Marianne, su sincero rechazo del star-system, su relación con la poesía como algo necesario para aferrarse a la vida...

(2018)
FEnrique
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Lou Reed Berlín
Concierto
Estados Unidos2007
7,2
280
Documental, Intervenciones de: Lou Reed
10
15 de junio de 2023
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Mirando el álbum de fotografías
se parece a María, reina de Escocia,
la veía tan regia;
esto solo muestra lo equivocado
que uno puede estar.

Voy a dejar de perder el tiempo,
algún otro le hubiera roto los brazos.

Canción triste, canción triste
canción triste, canción triste...

Mi castillo, mis niños y el hogar...
creía que ella era María,
reina de Escocia,
lo intentaba con desesperación,
esto muestra lo equivocado
que uno puede llegar a estar.

Voy a dejar de perder el tiempo,
algún otro le hubiera roto los brazos.

Canción triste, canción triste...
(Lou Reed - Canción triste)

Te agradezco, Simón, el comentario, empecé a contestarte sin saber lo que quería decir, desde qué perspectiva abordar una obra sin luz y lacerante, quizás lo que buscaba era capturar la atmósfera sombría de la canción, ahondar sin contemplaciones en lo que pasó para imaginar lo que podría haber sido, expresar que nunca un cumpleaños feliz había sonado tan amargo, incluso aterrador y profetizando la venida del infierno de las drogas, de una ciudad corrupta y dividida.

Lou Reed era un gran poeta y podía articular un poema con analogías turbadoras y exigentes, metáforas inquietantes, paradojas doloridas, consciente como era de que ya habría otros que exaltaran el lado brillante de la vida y su falta de implicación con la realidad.

Pero, una pequeña concesión a la esperanza, para él Europa no debía ser el edificio en ruinas que había quedado seccionado después de la guerra más terrible, seguía siendo una parte esencial de nuestra forma de ver el mundo. Pero, para que tomara consciencia de ello, era preciso hurgar en las heridas, identificarlas, digerirlas, para encontrar una posible redención. Una obra devastadora y trágica que, desde los abismos, busca desesperadamente una salida, dejar atrás unos tiempos que nos mostraron el lado más perverso del hombre, que abrazaron los uniformes y la represión arrinconando la libertad y la palabra.

La canción triste lo sería aunque tuviera el nombre más festivo que podamos imaginar, su música planea sobre los humedales del sótano más tétrico y oscuro donde habitan el dolor de vivir y el tormento aterrador del olvido que nunca llama a quien camina por las llagas de la culpa, por el espíritu de una memoria flagelante. Lou Reed había escrito esta canción para el último disco con los Velvet Underground y la desechó como haría con unas veinte más, había auténticas obras maestras. Lo demostró insertando algunas de ellas en sus tres primeros álbumes en solitario.

*** *** *** *** ***

Bob Dylan trató la City como un mito que permitía la injusticia, y lo exponía de una forma más razonada de lo que pudiera parecer teniendo en cuenta su deriva metafórica, Paul Simon en la alienación de los individuos que luchaban contra sus limitaciones en la soledad más tumultuosa de la isla, Cohen, en su segunda etapa de esplendor, como el faro ciego, insolidario y pretencioso de Occidente y Reed insistió entre la indiferencia o el desapego de sus compatriotas, en el perfil sórdido y más oscuro, lleno de desesperación inundado por el alcohol y otras drogas duras, la ambigüedad y las perversiones sexuales, hablaba, simplemente, de aquellos a quienes conocía de primera mano y se desenvolvían a toda prisa. Algunos de ellos, entre el arte y el desenfreno, no llegarían a cumplir los treinta.

*** *** *** *** ***

Carlos Marcos habla sobre el Lou Reed de 1973 y sobre el Berlín. 10 de enero de 2023.

¿Quién es? El éxito arrolló a Lou Reed en 1972 con la edición de Transformer y temas como Walk on the Wild Side. Motivo de felicidad para cualquiera, pero Reed se consideraba demasiado artista como para vanagloriarse de sonar en las radios. Su próxima entrega sería compleja y poco radiable: Berlin.

¿Por qué es tan bueno Berlin? Un álbum que cuenta una historia, la de la relación tóxica de una pareja que se topará con el sufrimiento y la muerte. Como Reed casi siempre describe realidades, en las letras del disco hay muchas similitudes con la destrucción de su propio matrimonio con Bettye Kronstad, que se estaba produciendo justo cuando escribía las letras. Un disco que ofrece una narración sombría, un trabajo duro e intenso. La propia Kronstad dijo que escucharlo era “una experiencia devastadora”. Una curiosidad. Reed nunca estuvo en Berlín antes de publicar este álbum. Lo que atraía al músico de la localidad alemana era la metáfora de una ciudad dividida (en aquella época) por un muro: dos personajes, dos mundos separados.

*** *** *** *** ***

Mensaje sin leer por Pablo Ibáñez » Mar, 18 May 2021 8:10

Yo soy muy fan de Lou Reed. Me gusta mucho la Velvet, claro, y me gusta casi más su prolífica carrera en solitario, especialmente la serie de discos que sacó en los años 80-90. New York, Magic & Loss, Songs for Drella (el homenaje a Warhol que hizo con John Cale) son mis favoritos. Auténticos poemarios musicados, recitados más que cantados, con esa voz poderosa, grave, profunda. Como dices, el poeta urbano por excelencia. Me gustan muchísimo Dylan y Cohen, por supuesto, pero me quedo con Lou Reed. Un placer haber leído esta reseña.

Yo encontré una razón
para seguir viviendo,
y eso nena tú lo sabes,
eres tú.
(Lou Reed - Encontré una razón)

Creo que haces muy bien, Pablo, que perteneces a la minoría que ha encumbrado a Lou Reed; culta, fiel y desprejuiciada que sabe muy bien que, a veces, es necesario apartar al arte de la moral (a menudo supuesta). Los americanos que frecuentan una gasolinera no quieren saber nada de los poetas que escriben una espectacular apología de la droga del nirvana o se recrean hasta el final con el placer maldito que encierra el sadomasoquismo.

Me acuso de haber dicho que Lou Reed disparaba al objetivo elegido con unos versos sin alma. Este no es el caso; Candy ha aprendido a odiar su cuerpo, a vivir en la resaca, aunque hay mañanas en las que se rompe, llora y quisiera ver los pájaros azules que le enseñaran a volar y que se han muerto,.
FEnrique
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Pete Seeger: The Power of Song
Documental
Estados Unidos2007
--
Documental, Intervenciones de: Joan Baez, Johnny Cash, Bill Clinton, Bob Dylan ...
10
14 de junio de 2023
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¡Viva la quince Brigada!

Probablemente Pete Seeger no fue el mejor en nada, no tenía el talento de Woody Guthrie o Phil Ochs, no tenía el lirismo íntimo y escalofriante en los duros momentos de Paul Simon o Bob Dylan, no tenía el encanto lleno de sal y muerte de Serrat, ni la laboriosidad casi mórbida de Paco Ibáñez en la búsqueda del acorde oportuno. No, no era un genio como Brel ni un portento como Brassens, ni siquiera tenía la herida sempiterna del Sur de Modugno y su clase.

Pero a todos nos ganaba en ese hacerte sentir que era el hombre con el que te cruzabas en la parada de autobús todos los días y, sobre todo, por su obstinación en recordarnos con cariño a sus compatriotas caídos, es decir todo hombre libre, en la contienda en que la democracia empezó a evaporarse durante la Guerra civil española, esa en la que absolutamente todos perdimos.

Cuando murió en paz como un buen hombre, lejos de un malditismo que nunca tuvo ni buscó, era simplemente un cantor de todos los pueblos de la Tierra, lloré como si hubiera perdido a alguien que estaba dispuesto a escucharme y supe amargamente que ya no le podría ver dándolo todo sobre un escenario.
FEnrique
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