... han homenajeado o parodiado en varias ocasiones esta gran historia de Charles Chaplin. El "hombrecillo" dirige una película llena de gags conocidos ya por todos los cine aficionados, aunque no hayan visto la película. Una gran película, de perfecta duracción. Chaplin encarna a "el hombrecillo" dispuesto a comerse un zapato como si fuera el manjar más exquisito que hubiese probado nunca.

Aunque se mantiene, como en muchas de sus películas, la trama entre el hombrecillo bonachón y la chica de sus sueños, y el amor por ella será su objetivo a seguir. En está ocasión, el final no consigue tener la fuerza que consigue en otras de sus películas, como en "Luces de la ciudad".

Una pellícula agradable, divertida y entretenida. Acompañada de una gran música, como suele ocurrir en todos sus trabajos.

El cine se separa por temas y podemos decir que "Richard Nixon" es uno de ellos. En esta película como se dice en alguna crítica, podemos ver como un filme que empieza por meternos en el mundo de la comunicación y la importancia de saber vender un proyecto en este (o la de en caso de no encontrar comprador, saber buscarse la vida) acaba convirtiendose en un thriller. Claro está que la música compuesta por (el gran) Hans Zimmer ayuda a crear esa sensación, ya que en los momentos finales, cuando Nixon ha caído derrotado por el "showman" ligón, no puede quedar mejor la partitura compuesta por Zimmer.

Me ha gustado la sensación de combate de boxeo que me ha dejado la película, tenemos 4 asaltos, en los que hay tiempos muertos donde los "boxeadores" reciben consejos de sus "entrenadores". 4 asaltos, en 3 de ellos Frost sale derrotado y Nixon confiado, pero nada está decidido aún, ya que, "sin querer" Nixon le abre la puerta de la victoria a Frost, en clave de "hamburguesas con queso" acompañadas por un poco de alcohol. En el lado de los entrenadores me gustaría destacar el papel que hace Sam Rockwell (en mi opinión uno de los mejores de la película, junto a los dos protagonistas), otra clave importante en la victoria del periodista.

Una película amena de ver, con buenas interpretaciones y buen ritmo que nos enseña la entrevista realizada tras el caso "Watergate" (sería lo que vendría después de "Todos los hombres del presidente" (1976))

Basada en la novela "Never let me go" de Kazuo Ishiguro (algún día la leeré), la película nos muestra un triste drama de ciencia ficción mezclado con romance. Kathy (Carey Mulligan), Tommy (Andrew Garfield) y Ruth (Keira Knightley) son tres niños que pasan su infancia internados en Hailsham. Han nacido con un objetivo y función. Son objetos de una sociedad acomodada que depende de ellos. Su destino está marcado.

Kathy, Tommy y Ruth han sido "criados" para ser donantes. Cuando alguien necesite un órgano allí estarán ellos para cedérselo, hasta que finalicen con su labor. Kathy es la narradora de la historia. Ella nos cuenta la vida que ha vivido junto a Ruth y Tommy. El amor, la soledad, la amistad, los celos, el peso del pasado... distintos son los temas que tratará el director Mark Romanek en está deprimente, triste y fría historia.

La sociedad no les considera seres con alma. Son clones, objetos, ratas de laboratorio. La sociedad es fría frente a ellos, ignoran su existencia, permiten su sacrificio. Romanek mostrará a Kathy, Ruth y Tommy como seres con sentimientos; humanos que sufren, que están frustrados en un presente sin futuro alguno, un presente que pronto caducará.

Carey Mulligan (inmensa) es Kathy. Una chica tímida y dulce, con una mirada expresiva que refleja tanto tristeza como amor y comprensión (también me ha gustado la actriz que hace de Kathy de pequeña). Andrew Garfield destaca en su interpretación de Tommy, un chico inseguro y atormentado. Su personaje es inquieto y en sus gestos y expresiones parece mantener su inocencia. La tercera pieza del trío es Ruth, interpretada por Keira Knightley. Ruth es una chica caprichosa y celosa, dispuesta a fastidiar a su mejor amiga con tal de no quedarse sola. Sus actos del pasado se convertirán en una carga, de la que intentará librarse buscando el perdón.

Con un ritmo lento, colores apagados y buenas interpretaciones. Romanek nos traslada a un mundo en el que una sociedad fría está dispuesta a permitir atrocidades por 'sobrevivir', por su propio interés. Los protagonistas tienen fecha de caducidad, son conscientes de ellos. Cualquier pequeña ilusión por cambiar su destino es rápidamente aplastada por la sociedad. Deprimente. ¿o no?

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Meryl Streep es una de mis debilidades. Siempre actúa a la perfección y hace que cualquier personaje resulte natural en la gran pantalla. La película de Nora Ephron, no pasa de ser una comedia más, pero resulta "apetitosa" de ver. La trama simple, nos da a conocer la vida de dos chicas que más que por un sueño, luchan por una meta a conseguir, por cabezoneria. Streep por conseguir un libro sobre la cocina francesa en inglés, y Adams, por realizar todas las exquisitas recetas que la anterior publicó.
Otro apartado se merecería Stanley Tucci, el perfecto acompañante, extraordinario actor secundario. La película tiene un ritmo correcto, y el interés del espectador no llega a decaer. O, en mi caso, por sentirme identificada con la protagonista (Adams) puede que la vea mejor de lo que es. Una historia con un principio y un final, y nada más, todo queda cerrado, todo se ha cumplido, no hay más que interpretar.

Recomendable para terminar el día con una sonrisa en la cara.

Nunca me canso de ver esta película. En mi opinión uno de los mejores musicales que hay, con unas canciones míticas, que se han convertido en himnos. Canciones como "Let the sunshine", "Aquarius" o "I got life".

No me convence la interpretación de John Savage como Claude, un joven cuyo único objetivo es alistarse en el ejército para ir a luchar a Vietnam, dejando los valores pacifistas que le ofrecen una pandilla de simpáticos hippies, con un Treat Williams luciendo melena como nunca. Toda la simpatía recae en el personaje de Berger. Y esa simpatía es la que hace que el final de la película sea perfecto e impactante.

Un musical con muchisimas buenas canciones, correctamente rodado y bien interpretado.