Meryl Streep es una de mis debilidades. Siempre actúa a la perfección y hace que cualquier personaje resulte natural en la gran pantalla. La película de Nora Ephron, no pasa de ser una comedia más, pero resulta "apetitosa" de ver. La trama simple, nos da a conocer la vida de dos chicas que más que por un sueño, luchan por una meta a conseguir, por cabezoneria. Streep por conseguir un libro sobre la cocina francesa en inglés, y Adams, por realizar todas las exquisitas recetas que la anterior publicó.
Otro apartado se merecería Stanley Tucci, el perfecto acompañante, extraordinario actor secundario. La película tiene un ritmo correcto, y el interés del espectador no llega a decaer. O, en mi caso, por sentirme identificada con la protagonista (Adams) puede que la vea mejor de lo que es. Una historia con un principio y un final, y nada más, todo queda cerrado, todo se ha cumplido, no hay más que interpretar.

Recomendable para terminar el día con una sonrisa en la cara.