Vista y requetevista, pero que nunca cansa volverla a ver. Grandiosa historia del Hollywood más epopéyico, punto y aparte en la historia del cine y, desde luego, una de las que por derecho propio pertenecen al catálogo de las películas imperecederas. Solamente una reflexión: ¿cuántos Oscars se llevaría si se hubiera producido, tal cual, en el año 2006?.

Un oficial británico (el apuesto Robert Taylor, que luce todos los atributos de los galanes de los 40, incluído un cuidado bigotito) conoce circunstancialmente a una guapísima bailarina (papel que corre a cargo de la hermosa Vivien Leigh, la que nos cautivó en "Lo que el viento se llevó") y por obra y gracia de Cupido se enamoran perdidamente...; pero en medio está la guerra y sus endomoniados efectos maléficos. Los hados se concilian para que el par de tórtolos tenga que separarse y para que se produzcan hechos irremediables, propios de los folletines trágicos, que tantas lágrimas arrancan a las almas inocentes. Pese a todo, digna película de aquellos años en que se hacía un cine tan distinto al actual.

Paul Newman no realiza en esta ocasión uno de sus mejores papeles, pero sabe sacarle jugo a una historia criminal, en la que tiene que hacer frente tanto a peligrosos asesinos como a guapas mujeres qué, como no, se rinden a sus encantos, aunque él resiste estoicamente sus asedios. El título de la película se ajusta a una de las secuencias más notables, en la que, efectivamente, el agua le llega peligrosamente al cuello, pero el héroe siempre se reserva el recurso inesperado para salvar la difícil papeleta. Discretamente entretenida.

Ya es dificil que un "thriller" (para mí más una película de auténtico terror) arrase como lo hizo este, y se gane, con todo merecimiento, nada menos que cinco Oscars. Si la actuación de Jodie Foster es de las de quitarse el sombrero, la de Hopkins me parece realmente antológica. Nadie como él para el papel de cínico, despiadado e inteligente psicópata que le corresponde en esta extraordinaria película.

Cuando críticos solventes y experimentados aficionados coinciden con irrefutable unanimidad, es que estamos ante una película genial, excepcional, excelente... (se nos agotarían los adjetivos). Tiene ciertos paralelismos con las historias de "los Padrinos", y su misma grandeza, aunque esta de Scorsese para mi gusto es, además, mucho más entretenida. Todos los personajes (De Niro, Liotta y Pesci, principalmente) realizan unas perfectas, sensacionales representaciones. Para no perdérsela ni olvidarla.