Contrariamente a lo que dice alguien por ahí, aunque no soy católico-romano (soy protestante, un "rara avis" en España); la película no me ha hecho echar pestes de la iglesia de Roma. Me ha parecido bonita, emocionante y agradable de ver; y muy honesta (por ejemplo el drama del otro cura que no tiene vocación ninguna, etc.).

Las actuaciones realmente geniales... creo que debería optar por lo menos a un Oscar al mejor maquillaje (cuando el padre Stu va enfermando, es espectacular lo bien que lo hacen). Mel Gibson muy buena actuación también, de padre quemado y alcohólico.

En este tiempo donde los valores están al revés, ver una película así, levanta el ánimo.

Las escenas del comienzo me gustaron, me dieron más miedo que el resto de la cinta. Produce más miedo el ver a estos chavales bajo el fuego alemán dispuestos a saltar tras las líneas enemigas antes del desembarco de Normandía, que el petardo en que se convierte la película después, que no da miedo, ni ná de ná.

Para mundo que yo me bajo... miro el ranking de este toston en Filmaffinity y veo que le dan más de 6. No me lo puedo creer: Es un coñazo insufrible, sin sentido, sin trama, sin guión, en lo que únicamente destaca son las bombas, explosiones y algún que otro monstruo cutre.
Supongo que es a lo que nos están llevando con películas de este tipo, redes sociales cada vez más idiotizantes y otros opios diversos, a mensajes rápidos, sin sentido, un scroll infinito de explosiones y fuegos artificiales donde el pensamiento y la reflexión están proscritos.
Me quedé hasta el final sólo por un familiar que no quería dejar de ver el final, pero sufriendo cada segundo de este bodrio que te hace perder 1h45m de tu preciosa vida (sólo tenemos una).
Por favor, hazte un favor y no la veas.

La película más que entretenida. Además de humor tiene mucho de drama y nos manda un mensaje brutal, demoledor y quizá muy reaccionario; con una mala uva tremenda que hay que saber leer entre líneas.
Los "salvadores del planeta" son literalmente "enanos". Enanos que no se dan cuenta que junto a ellos y su egoísmo buenista, hay gente que sufre y lo pasa mal. Es más fácil pensar en cosas abstractas como el cambio climático y el eco-apocalipsis que en la gente que nos rodea.
Resulta que la mejor persona del asunto es una inmigrante y coja, que además asiste (¡tócate las narices viniendo de Hollywood!) a una iglesia evangélica pentecostal o carismática de lo más cutre: Esa al menos sí hace cosas concretas por los demás, que cambian las vidas de manera práctica aunque sean simples granos de arena frente a los proyectos de los "bien pensantes".
Los diseñadores del plan mundial para salvar a la humanidad se presentan como una especie de secta hippie, y terminan donde deben (no "espoileo") bien lejos del mundo real. Ahí ya me partí la caja...
En fin; si sabes leer entre líneas, verás que el mensaje tiene mucha cola.

Como ya he comentado en otras críticas, no hay película que habla de bosques profundos y del terror que la llamada de la naturaleza pueda causar en nosotros, que yo no vea. Todo ello porque un día, en mis viajes literarios leí el excelente "Wendigo" de Algernon Blackwood. Pequeñas joyas actuales serie B como Bigfoot County, Exists, El Ritual, etc. son una delicia en un día de lluvia cuando estás solo en casa porque la pariente trabaja.
Esta película empieza bien: Unos tipos de un programa de TV por cable tipo Iker Jimenez van a un lugar en la América Profunda (supongo que los Apalaches) acompañados de una joven que nació allí como protagonista y actriz del programa. Un guía local los mete en el bosque para grabar el programa.
A partir de aquí los anglosajones se nos ponen místicos y la película pierde. Una sensación onírica, una "espiral" cuyo comienzo es su fin, el principio el final, y la llamada atávica de la madre naturaleza, no me han convencido por petardo, manido y pretencioso.
Termina siendo plomiza. Puedes pasar de ella, pero lo dicho... si una tarde oscura de lluvia...