Sí perturbado pues no sé que decir, en realidad no se porqué estoy redactando una crítica cuando no tengo ideas para hacerlo; quiero pero no puedo.

Normalmente no soy vulgar ni ofensivo pero no tengo ideas y no se me ocurre nada bonito y yo quiero dejar una opinión sobre esta cosa. Por ahí vi unos 10es y leí que hay quienes dicen que esto es arte, entonces si a las 8:00 a.m. me despierto en un día muy frío estoy desnudo (y bueno todos saben lo que el frío le hace al cuerpo masculino) y tengo una cámara de video a mano me desprendo de la cobija y hago una toma sostenida y en un glorioso primer plano hago una grabación del orgullo de mi familia(sí así le digo y qué) hasta que el frío deje de mantenerlo en alerta, eso sería arte.

No puedo creer semejante brutalidad, cómo pudo existir una mente tan desocupada y existen personas normales que le llamen arte a esto...

Perdón ya no puedo seguir "está haciendo mucho frío..."

No estoy de acuerdo con los que catalogan esta película como una comedia romántica pues el humor que aquí se nos presenta no pretende hacernos reír, sino más bien nos introduce en la historia de manera sutil y nos hace enamorarnos de los personajes aún antes de que ellos se enamoren. Este es un film de amor, nó es más esto es “amor” en su máxima expresión; bueno disculpen mi equivocación porque la máxima expresión del AMOR es el sacrificio.

Entrando nada más un poquito en aspectos técnicos Lee Daniel aprovecha con la fotografía todos los paisajes que la ciudad de París puede ofrecer para un encuentro romántico y vaya que tiene muchos. Es una película romántica sin contacto físico o sexual, no hay besos, te quieros o música que nos engolosinen banalmente y eso se agradece. Ethan Hawke y Julie Delpy le imprimen una escandalosa espontaneidad interpretativa que a fin de cuentas es lo que nos termina de transportar tanto a Viena en “Antes del amanecer” como a París en “Antes del atardecer” y nos convierte a los chicos en Jesse y a las chicas en Celine.
Su marco temporal es por demás complicado para la dirección pues toda la película se desarrolla en tiempo real y siempre con escenas de hasta 12 minutos. Otro ingrediente del film es la (urgencia) pues ambos saben que tienen solo un par de horas para soltarlo todo sin reservas, sin pausa y con la atenuante del reloj, situación que da validez a la por demás GENIAL tormenta de diálogos. El guión es un torrente de inteligencia y sutileza, dice tantas cosas aún sin decirlas realmente.

Quien no disfrute del amor, el enamoramiento, el flirteo que aquí se nos muestra es porque está muerto y aún no lo sabe o porque sus propias experiencias han sepultado toda ilusión y anhelo de encontrarse de frente con el amor y cuando lo ven se esconden para no mirarlo a los ojos. Jesse parece que destila miel de sus ojos cada vez que ve a Celine no tanto así ella que parece a sido más castigada por el inclemente tiempo que no perdona ni la belleza física ni a ese corazón sediento de beber de la fuente de su amor.

Película para enamorados del amor así como yo que disfrutan y agraden una puesta en escena como esta, pero que además esperan que se concrete el proyecto de "Antes del anochecer" que ya está en conversaciones entre sus creadores.
Y recuerden que "Mirar al pasado es bueno a veces pero mirar al futuro es vivir sin temor"...

Dedico ésta crítica a mi usuaria favorita. Ella sabe quien es…

Primero que nada quiero explicar mi votación. Yo sé que mi voto no es objetivo ni mucho menos pero vamos todos tenemos nuestras debilidades y muchas veces valoramos una pelicula, serie, o fabula como es el caso más con el corazón y sin el beneficio del intelecto. Tenía yo 5 años cuando vi por primera vez esta serie y la ví otra vez entera 2 años despues. Luego esperé mas de 12 años para poder ver la continuación y cuando por fin pude verla sentí una alegría tan grande que no podría explicarles y es por eso que no puedo usar el látigo de la objetividad para azotar al gran Oliver ni siquiera contra Steve.

Hoy me encontraba en una situación bastante difícil e incomoda; iba a ver una peli con una chica y claro que mis intenciones iban más allá de las 2 horas de cinta y era sabedor de que contaba con la complacencia de mi acompañante, lo “único” que tenía que hacer era sobrevivir el rato de la película sin cagarla con comentarios de aprendiz de erudito cinematográfico, (a veces nos cuesta eso verdad).

Bueno el sufrimiento dio inicio, era la última de la Aniston que ni siquiera se ha estrenado en el cine pero qué mas da, mi querida Jennifer hermosa como siempre no me haría sufrir si me concentraba en ella y no en la trama. Todo iba bien; una risa por aquí, una sonrisa por allá, eso sí al ritmo de mi damisela para no desentonar e ir creando ese clima de sintonía de amor en el ambiente, pero de repente… como diría Kevin en Los años maravillosos, “entonces sucedió” una estupidez a la cual no pude esbozar una sonrisa sino más bien un, (de qué te ríes no estás viendo que trucos de dirección más previsibles y qué uso más banal de la belleza de dos protagonistas para hacernos sentar, reír y llorar como tontos durante dos horas), de repente comencé a sudar como desesperado, O NO la cagué otra vez…
Desde luego lo único que conseguí fue un irónico, “te llamo después” pero bueno eso me pasa por confiar a ciegas en mi adorada ex Friends.

Ahora bien, me dispongo a votar y me encuentro con un total de 14 votos, 4 de ellos SÍ 4 de ellos votados con un 10 y si bien es cierto que tener a Jennifer Aniston encima de ti y esposada a la cama tiene su valor, yo no puedo darle más que un 2 y sólo por esa escena.

Ni hablar de dialogos, dirección, actuaciones, ni nada que se le parezca porque aquí eso no existe. Talvez sean mis pretensiones de coito interrumpidas pero esta película apesta.

En mi próxima cita pediré identificación de cinéfila...

Las grandes historias se escriben sobre el reguero de la sangre, o del miedo colectivo, o quizá sobre los corazones desolados. Francis Ford Coppola consigue con El Padrino retratar de una forma brillante el mundo de la mafia. En este caso la Familia Corleone, una familia de famosos asentada en New York y de sus conflictivas derivaciones internas y externas, involucrando en su vorágine de poder, corrupción y violencia a sus propios miembros.

El Padrino cuenta con un reparto de lujo: El gran Al Pacino en el papel del hijo menor (Michael Corleone) del cabeza de familia , James Caan, que interpreta magistralmente a Santino "Sonny", otro de los hijos y que esta llamado a ser el sucesor como Padrino de la familia. Robert Duvall da vida a Tom Hagen, consejero de la familia Corleone, Diane Keaton como la novia de Michael Corleone, y Por ultimo Marlon Brando con una interpretación histórica, que ha pasado a la historia del cine se convierte en el mismísimo Don Vito Corleone.
Don Vito Corleone es uno de los monstruos que se escondían agazapados en el armario de la América Dorada. Pero quizá por eso le amamos, por su insoportable muerte, huérfana de grandeza, sólo comparable a la tragedia de ese ídolo que fue Marlon Brando y por el cual el cine nunca supo llorar como estaba mandado.
Don Vito Corleone era una marioneta salvaje de sí mismo, un tipo familiar que llevaba un negocio familiar, lo que después de todo no era sino una salvaje compraventa de cuerpos y de almas. Eso no le redime frente al ojo de la cámara, pero sí le redime frente a un espectador que, inmerso en el desfile de violencia, siente una lejana y extraña compasión por el hombre de la voz ronca, por el implacable verdugo italiano al que imaginamos como un hombre del saco lleno de fantasmas, capaz de llorar en silencio por el detalle más efímero del mundo y de empuñar una pistola con la misma mirada.

También destacar el impecable aspecto técnico del film con una banda sonora deliciosa compuesta por Nino Rota un habitual del cine de Fellini, una ambientación soberbia y una fotografía maravillosa de Gordon Willis (Manhattan), una dirección con unos planos y secuencias memorables que Coppola solo pudo igualar en la segunda parte de esta y todo esto acompañado de un impecable guión adaptando de forma brillante la novela de Mario Puzzo, hacen que para mi El Padrino sea la mejor obra cinematográfica de la historia. Uno de los pocos clásicos modernos indiscutibles, de una maestría sobrecogedora y de una intensidad pocas veces vista en el cine.

Coppola nos hizo una oferta que no pudimos rechazar: la de sentarnos bajo la piel de un maestro del crimen para escuchar el latido de su corazón.