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Argentina Argentina · Buenos Aires
Críticas de Styrax
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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
8
27 de diciembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película fascina. Visualmente es estupenda. Es fuerte como pocas películas pueden llegar a serlo. Es cruda. Golpea emocionalmente. Uno tiene que apartar la mirada de la pantalla, no tanto por lo explicito de algunas escenas, sino por el desenlace que van teniendo los personajes.

Se supone que es una película sobre el consumo de drogas. Que tan lejos te puede llevar la adicción. Pero cuando uno lee el libro en el que se basa, el excelentísimo libro de Hubert Selby Jr, empieza a encontrar en la película cierto tufillo moral. Cuando digo moral, no me refiero a la moral de iglesia, sino a la moral hollywoodense.
Esta claro que un director tan talentoso como Aronofsky utiliza recursos de impacto para tapar, pero la diferencia entre el libro y la película es notoria.

El libro está despojado de toda moral. No te cuenta una historia, te sumerge en ella para que veas el horror de las drogas en primera persona. El libro es un infierno donde a los protagonistas les pasan cosas y ni siquiera son conscientes de ellas porque están sumergidos en un espiral del que no pueden salir ni pensar ni razonar. La película, sin embargo, es un cuento con comas y puntos. Es una narrativa hollywoodense perfectamente diseñada que, de no ser por las escenas duras (pocas veces se ven escenas así en una película de Hollywood), no tiene el suficiente peso para tomarte de la mano y meterte en el infierno que si te mete el libro.

Mencionada diferencia. No deja de ser una gran película. Una de esas películas que gustan a todo el mundo. Por que su crudeza es genuina desde lo visual. Es una película que busca impactar... y lo logra. Y ahí radica su grandeza.
Styrax
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6
15 de octubre de 2022
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que ser honesto y decir que esta conclusión de la interminable saga me ha tomado desprevenido. Porque "Halloween Ends" propone un giro argumental que desconcertará a varios, frustrará a muchos y gustará a unos pocos.
Sin ser un fan incondicional de esta última trilogía de películas que inicio en 2019, admito que me entretuve con la primera y padecí la segunda. Por lo tanto, fui a ver este final con muy pocas expectativas.

Sin entrar en spoilers solo puedo decir que me hubiera gustado que esta "Halloween Ends" sea la primera de una trilogía y no la última. Porque lo propuesto aquí (al menos en la primera hora de metraje) es lo mas original que ha visto la saga desde 1978.
Rob Zombie intentó también en su momento ir por otros caminos, mostrándonos la infancia de Michael Myers (descubrimos, por ejemplo, que era fanático de Kiss) en una película que, al igual que esta, gozaba de una primera hora muy buena para luego caer en todos los clichés conocidos.

"Halloween Ends" intenta eludir esos clichés. Por momentos lo logra con creces y nos hace pensar que puede ser una película más que digna. Pero poco a poco empieza a torcer el brazo la misma vieja narrativa del slasher con todos sus caminos ya transitados. Como si los guionistas (que son cuatro) se arriesgaran un poquito, solo hasta "ahí", y después, por las dudas, volvemos a lo mismo. Una lástima.

Otro asunto es la inverosimilitud de la historia respecto a la anterior entrega (Halloween Kills). Prácticamente no parece una continuación. Recordemos que la película previa terminaba con la voz en off de Laurie diciéndonos que Michael Myers era la encarnación del demonio. Nos decía que su fuerza provenía de las muertes que provocaba, mientras en las imágenes nos mostraban como una turba de vecinos enojados (el film hablaba sobre la ira) le disparaban, le pegaban, le apedreaban, para que después Michael se levantase como si nada y continuase su noche de furia. Nos dejaba, aquella película, con una suerte de declaración de principios hacia el desenlace final; Michael Myers no es humano. Es un demonio. Una suerte de Depredador con fuerza sobrehumana capaz de aguantar todo tipo de vejámenes.

En esta "Halloween Ends" Michael está cerca de la jubilación de manera literal. Es que aquí ya no se aguanta un golpecito, el pobre Michael. Que lo agarra un muchacho de baja estatura y lo taclea como jugador de football americano. Para matar a alguien se desbarata dos dedos. Si toca un martillo arma una carnicería. Lo convirtieron en un inútil. Todo el mundo lo pilla por inocente. Prefiere estarse quieto, Michael, no agitarse demasiado porque lo corre una arritmia. Un paso a la vez o se marca un mareo.
Después la Curtis/Strode lo hace morder el polvo. Se la tiene junada, que va. Lo surten bonito. No le dejan pasar una ya. 40 años molestando a la gente se paga tarde o temprano. La sensación es que si se aguantaban un par de meses lo mataba una insuficiencia cardíaca y era todo mas fácil.

En fin.

Si obviamos estos pormenores, la película entretiene de principio a fin. Ideal para ir al cine con amigos.
La crítica "especializada" parece estar destrozándola, pero no es para tanto. La recomiendo. Vale la pena. No porque el guión haya sido escrito por el mismísimo Costa-Gavras, sino porque los fanáticos del cine en general y de la saga en particular, podrán observar como Hollywood nos muestra la punta del cuchillo de la creatividad para luego volver a guardarlo donde mejor sabe; en las viejas recetas que siempre (¿siempre?) funcionan.

Recomendada si te gustó "Prey".
Styrax
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9
27 de diciembre de 2021
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para aquellos que tienen un espíritu religioso, la mano creadora del universo ha sido la mano de Dios.
Para los que aman el futbol, la mano de Dios es el gol mas importante de todos los tiempos, realizado por el jugador mas grande de todos los tiempos.
Para Paolo Sorrentino, la mano de Dios es una cámara cinematográfica que lo va captando todo a su paso, a través de su adolescencia, hacia el paso a la adultez y al Sorrentino que hoy conocemos; el gran cineasta italiano de nuestro tiempo.

Uno de los mejores cuentos de Borges (lo que ya es decirlo todo) se titula "La escritura del Dios". Allí, el viejo sabio encontraba los enigmas del universo en las manchas oscuras de la piel de un jaguar, al cual solo podía observar por unos escasos segundos, una vez al día, cuando la luz lo iluminaba en su oscura prisión.

El cine, en algunas muy escasas ocasiones, es una luz que se filtra hacia nuestra propia vida, brindándonos momentos de claridad, ensimismación, y un poco mas tarde; revelación. Ilumina los callejones menos transitados de nuestro propio ser, con el fin de indagar las cuestiones humanas mas profundas: ¿Qué estamos haciendo aquí?. ¿De donde hemos llegado?. ¿Donde está el origen y la finalidad de nuestra propia existencia?.
Para Fabietto, el protagonista de la película, es un jugador de fútbol sudamericano. Una promesa que espera con mas ansias que su propio debut sexual, pero una promesa de la cual no está seguro que llegará para salvarlo de los dramas cotidianos.

Lo mejor de la juventud son los cambios. No la fotografía intacta e inmaculada de esa cáscara envejecida en la que inevitablemente se transforman todos los adultos. Fabietto, que quiere ser cineasta, ya lo sospecha. Su musa; la Tía Patrizia, ya lo ha confirmado.

O talvez el secreto llegue tardíamente cuando comprendemos qué las grandes tragedias de nuestra vida poco importan al curso del universo, y que eso, que en un principio nos puede resultar trágico, es precisamente lo que nos hace libres, lo que nos da un propósito para disfrutar de la vida, aún con los yerros propios del ser humano, aún con todas las complejidades del día a día.

A lo mejor, la respuesta sea la de una anciana mujer a la cual Fabietto parece contemplar como si estuviera descubriendo un secreto escondido en los pliegues de la realidad; no me mires, dice la anciana, no hay nada que mirar.

En definitiva, la vida es aprender dolorosamente a distanciarnos de las cosas y las personas que amamos.

De todo eso y mucho más trata "Fue la mano de Dios". La mano invisible que nos salva incluso cuando dibuja tragedias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Styrax
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6
6 de enero de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que tenemos aquí es una falla de comunicación, decía Strother Martin en La Leyenda del Indomable, aquel film con Paul Newman convertido en un clásico. Y algo parecido sucede con Rojo y con los críticos. Es decir, la única razón por la cual varios usuarios de filmaffinity (o cualquier foro) entran y le dan un puntaje de 1, de 2, de 4, a esta película, es por la desmedida glorificación que algunos críticos (teléfono para Diego Batlle, por ejemplo) tienen para este tercer film del siempre interesante Benjamín Naishtat.

Algo sucede con las palabras. Cualquier persona que aprecie el cine -sea un cinéfilo consumado o simplemente un espectador asiduo- sabe que Rojo es cualquier cosa menos una obra maestra. ¿Obra maestra?, ¿en serio?. Que es lo que pasa que ya nadie le da su justo valor a cada palabra.

Por ejemplo. Rojo es una buena película.
Una buena película significa que no es una película excelente. A la vez, significa que no es una mala película. Es simplemente buena. ¿Qué tiene de malo que una película sea simplemente buena?.

Esto es lo que sucede con Rojo. Es un buen film. Con momentos logrados (los primeros 15 minutos, por ej.) y con algunos baches en su desarrollo. Algunas escenas seguramente funcionaban de maravilla en el guion, pero en el corte final de la película no aportan absolutamente nada mas que agregar minutos al metraje.

Con una buena fotografía, el siempre sólido Darío Grandinetti se destaca por encima de un elenco que no desentona pero que tampoco brilla. Andrea Frigerio en un papel irrelevante y la hija de Grandinetti haciendo de... hija de Grandinetti; con algunas escenas que parecen ser mas un pedido de su padre (en la vida real) para que la carrera de su hija tome impulso. En fin.

Recomendable para fans del cine argentino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Styrax
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8
30 de diciembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hollywood muere. Muere en 1969 y en el 2019, pero por distintos motivos. Y esto no es Once Upon a Time in Hollywood... pero Rick Dalton y Cliff Booth podrían cruzarse tranquilamente con Doc Sportello, el detective fumeta que interpreta deliciosamente Joaquín Phoenix en esta triste, melancólica y estupenda adaptación de Paul Thomas Anderson de una novela de Thomas Pynchon.

Es 1969 y el sueño llegó a su fin. Charles Manson es el encargado de darle la apuñalada final. Y ahora estamos en el 2019 y el público, la crítica y Carlos Boyero le dan una nueva puñalada al sueño. Una puñalada sin piedad y compasión a una forma de hacer cine, aun viendo quien firma al pie de página el guión de esta película.

Inherent Vice es el último film de una época. Muy valiente tuvo que ser Paul Thomas Anderson para adaptar una novela de un escritor imposible de adaptar. Pero mucho mas valiente tuvo que ser para hacer una película tan pero tan poco comercial, con nulos elementos atractivos para el gran público. Por supuesto, la película se estrelló estrepitosamente en la taquilla a pesar de un tráiler endiabladamente bueno pero hipócritamente manipulador en el que se nos presentaba una película que en realidad no existe. Porque "Vicio Propio" o "Puro Vicio" es puro ensueño, pura sustancia, pura niebla.

Intentar seguir la historia es frustrarse una y otra y otra vez. Puro Vicio obliga al espectador a re-educarse, y hay que insistir e insistir para que una película tan densa como ésta no lo arrastre a uno al fondo de la desilusión y la bruma, y termine quitando el blu ray antes de la primera hora.

Pero en estos tiempos en los que Tarantino estrenó su genial versión del fin de una era, sería bueno que los cinéfilos vuelvan a dar una oportunidad a esta otra versión del fin de una era, que hizo el otrora genio de Anderson. Ambas películas se complementan y tienen muchos puntos en común mas allá de los 70mm y de situarse en el mismo año. Anderson y Tarantino son los grandes genios del cine moderno norteamericano. Anderson mas intelectual, intimista, mas cerca de Robert Altman. Tarantino mas explosivo y épico, cerca de Leone, Peckinpah y compañía. Pero ambas versiones funcionan. Ambas películas derrochan amor por un tiempo que se fue, por una cultura que desapareció y por una forma de hacer y entender cine que está agonizando hoy, en nuestros días.

Cuando todo este tiempo pasé necesitaremos otra vez a Dennis Hopper, para empezar un "New New Hollywood", un Hollywood donde el cine de autor mas que en peligro de extinción, esté en peligro de tomarlo todo con su creatividad, su libertad y su búsqueda irrefrenable de encontrar respuestas a una sociedad repleta de preguntas.
Styrax
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