A pesar de que no me gustan las películas de miedo, llenas de tonterías y nada creíbles, la verdad es que esta película consigue realmente lo que busca, que pasemos un mal rato, por lo menos en mí si que lo consiguió.

Lo más interesante de esta película, es la forma de grabarla, pues en ningún momento te da la sensación de estar ante una película, si no ante una filiación casera, que le aporta un espectacular realismo y hace que estés en tensión y con miedo durante toda la filiación. Porque el guión es bastante pobre, poco creíble y con los mismos clichés que casi todas las películas del genero.

Por ultimo un dato a destacar es la interpretación de Manuela Velasco, esta chica para mi bastante insoportable cuando la veía algunas veces en los programas de música de TV, ha sido toda una sorpresa, pues nunca me habría imaginado a esta actriz haciendo una actuación tan buena.

Basada en el libro autobiográfico de Bauby, esta película es una muestra de cómo afrontar el camino entre la vida y la muerte, en la línea vida-muerte de otras obras como Mar adentro o Las alas de la vida, esta destaca sobre todo por su magnetismo con las imágenes, que hacen en todo momento olvidarme de lado trágico de la vida de Bauby.

El comienzo parece un video ensayo experimental, dejándote abrumado e incluso hastiado de imágenes tan cercanas, difusas e inquietantes, genial para una innovación de 30 minutos, pero para una película me parecía excesivo, sin embargo solo es el comienzo para conseguir una empatía total con Bauby, disfrutando y viviendo a través de él, sin caer en ningún momento en el drama.

Todo gracias a Schnabel que crea una obra que impacta y crea afinidad al mismo tiempo, y donde se ven escenas difíciles de olvidar, te guste o no la película, y es que nunca un ojo transmitió tanto.