Acabo de ver, sé que con retraso, la tan esperada "Boyhood" (Adolescencia) que han traducido por "Momentos de una vida" siguiendo la manía, ya consuetudinaria, de cambiar los títulos originales. Esta película estuvo nominada al Oscar que, al final, obtuvo "Birdman". Yo había puesto muchas esperanzas en ella porque Linklater se encuentra entre mis realizadores favoritos a raíz de la trilogía que comenzó con "Antes de amanecer".
Adelanto que no ha colmado mis expectativas y que me ha defraudado bastante. la cosa es que no sé por qué. Le admito el "tour de force" que supone abarcar la vida de doce años de los actores, que todos ellos están muy bien y que la dirección es fluida y sin altibajos. Pero no sé, no sé... ¿Demasiados "tópicos americanos"?

Comencemos por el título. Si la traducción española alude al último concierto que dará el cuarteto, debido a la jubilación voluntaria de uno de sus miembros, con un principio de Alzheimer, vale. Pero entiendo que no esa la intención del original "A late quartet" (Un cuarteto tardío). Beethoven, a lo largo de su vida, compuso dieciséis cuartetos de cuerda, siendo los números 13, 14 , 15 y 16, los últimos, en su última etapa, por ello se les suele denominar los "últimos cuartetos", los cuartetos tardíos que, por cierto, son los mejores. Concretamente, en la película se exhibe la portada de la partitura donde podemos leer: cuarteto en do sostenido menor, opus 131, n 16. Ya sé que estoy hablando de música, y de música clásica, no de cine, pero a eso voy. A aquellos espectadores que no les guste esta música o les aburra, les recomiendo que se abstengan y no la vean, pese a que el argumento es interesante y está muy bien interpretada. Pero la cuidadosa preparación musical de un concierto y parte de la música, por cierto, para muchos, la obra suprema de Beethoven, forman una parte importante de la trama. Por lo demás, es buen cine, quizá excesivamente serio, pero a mí, melómano de toda la vida, me encantó. Así que ya están advertidos.

Jean Becker, hijo del gran Jacques Becker, del que llegó a ser su ayudante en algunas películas, vuelve a dar en el clavo, gracias a un estupendo guión y una magistral puesta en escena, sencilla y sólida. Dado el sorprendente final, que no revelaré, pero que explica e ilumina la conducta del protagonista, se hace necesario volver a ver la película, como he hecho yo. Y os aseguro que resulta mucho más dramática esta segunda visión, cuando se conoce ya la causa de los motivos que llevan a nuestro personaje a abandonar su empleo, su familia y sus amigos, e ir en busca de sus raíces, a visitar al padre cuya carácter nunca comprendió. Becker sigue haciendo el mismo cine de siempre, muy pegado al hombre y sus problemas, con un punto de humor muy francés, a lo largo de la historia, y siguiendo la línea de films anteriores, como puede ser "Conversaciones con mi jardinero". Una excelente película de un gran director, que no dudo en recomendar vivamente.