Cuando vi al infiel Gavin (Charlie Hunnam) colgar de la cornisa auxiliado por el ingenuo y engañado policía Hollis Lucetti (Terrence Howard), inmediantamente supe como iba a terminar todo, y no es que haga alarde de capacidades psíquicas o adivinatorias, es tan sólo la lógica aplicada a un filme predecible, poco complejo y muy mal desarrollado.

El filme a los pocos minutos pone sus cartas sobre la mesa, y lo hace mal. El comienzo quiere ser contundente, tal vez lo mejor de todo, pero el desenlace es a penas recordable.

El argumento gira en torno a la caracterización y desarrollo de unos personajes un tanto estereotipados y muy "rebuscados". Los protagonistas se muestran como caricaturas lineales, en blanco o en negro, nunca grises o similares: el antagonista estúpido a los ojos de todos, radical y represor; la protagonista ingenua, sumisa y víctima; y el galán "cool", liberal y tolerante, el hombre perfecto para cualquier mujer.

La trama es predecible desde el primer momento en que se cruzan los protagonistas. La historia secundaria (la del policía y su esposa) un poco más desarrollada hubiera fortalecido altamente el cuerpo argumental de la temática de la infidelidad y sus cuestiones éticas. Por lo demás, tengo que decir que "The Ledge" es un filme 'light' sin gran complejidad estética, actoral y de guión.

Los acontecimientos finales del filme pueden resultar interesantes o no, eso depende de los gustos de cada espectador, lo que si puedo decir es que no están bien llevados y tiran por la borda lo que se pretendió construir con el transcurso del metraje (spoiler).

No hay que ser un genio para descubrir que Too Late está influenciada por Pulp Fiction. Desde un principio se percibe que la cinta utiliza una narrativa y estructura propia de Tarantino, aunque por obvias razones que la similitud solo se queda en la forma.

La historia va de Sampson (John Hawkes), un detective de Los Ángeles que, atormentado por sus excesos y su pasado, decide buscar redención vengando la muerte de una streppers que conoció en una noche de copas. Para contar esta historia, Hauck se vale de cinco actos no cronológicos, al estilo de la ya citada Pulp fiction, y se apoya de una violencia sin sentido, diálogos estúpidos y una estética setentera. Un ejercicio pretencioso que no alcanza para encubrir las deficiencias de una producción de bajo presupuesto y de deficiencias técnicas y artísticas.

En el reparto aparecen caras conocidas que trabajaron con Tarantino, como la de Robert Foster y Jeff Fahey, este último toda una leyenda del cine serie B yanqui y habitual de las películas de Robert Rodríguez. Hay que decir que Hawkes también compartió reparto con Tarantino en la infravalorada Del crepúsculo al amanecer (1996).

Hay una buena banda sonora, en especial la de Bob Dylan.