¿Por qué esta nota tan alta? Pues porque hoy estoy de buen humor y porque Yann Tiersen se lo merece.

Respecto a la película.
Me encanta la idea de que dos desconocidos se dejen mensajes en la calle, cómplices de un juego que sólo ellos conocen.
Me encanta la idea de que dos desconocidos deseen encontrarse y a la vez sea eso lo que más temen.
Me encanta la atmósfera en la que Jean-Pierre Jeunet envuelve la vida de Amélie y logra envolver al espectador.
Me encanta la puesta en escena y la estética de la película, en parte por sus colores y en parte por ver calles y casas familiares.

Diré que esas dos horas de película casi no se hacen pesadas; y digo casi porque hay momentos de la película, especialmente al principio, que llegan a hacerse algo lentos con tanto narrador. Sin embargo la película es lo que pretende y da justo lo que esperas, ni más ni menos.


Y por último, no puedo evitar poner algunas de las mejores frases que he oído en mucho tiempo.

"Verá, mi pequeña Amelie, usted no tiene los huesos de cristal, podrá soportar los golpes de la vida. Si usted deja pasar esta oportunidad con el tiempo su corazón se ira haciendo seco y frágil como mi esqueleto. ¿A que espera? ande, vaya a por él."

"Es curiosa, la vida. Cuando eres niño el tiempo no acaba de pasar, y luego sin darte cuenta tienes 50 años, y de la infancia lo único que te queda cabe en una cajita oxidada."

"La suerte es como el Tour de Francia, lo esperas todo el año y luego pasa rápido. Las oportunidades hay que atraparlas deprisa, sin dudar."

Porque en Europa también se hace muy buen cine.

Sencilla, pero no por ello simplona o mala. Es en este tipo de películas donde se ve que a veces menos es más. A pesar de su sencillez la focalización en los puntos claves hace que la película no se pierda en tramas sin sentido y rellenos innecesarios.
Su mayor atractivo es la manera en como está contada, pues es pura POESÍA AUDIOVISUAL. Con una gran importancia y atención en los detalles, el sonido de la naturaleza -de la lluvia- y los maravillosos dibujos mediante los que está contada hace que la película te atrape. Es por esto que también la sencillez del argumento es un acierto. Se muestran de una forma intensa a la vez que bella sentimientos como la soledad o la búsqueda del propio camino cuando uno está perdido.
Es cierto que le puede faltar algo de profundidad o desarrollo en ciertas partes de la película, pero parte de su atractivo también radica en la insinuación sutil de la trama, sin llegar a mostrarla de forma explicita, dejando que el espectador rellene los puntos que por otro lado no son realmente importantes.
Una película con muchos matices que merece la pena ser vista y disfrutada de forma tranquila.

Un inicio que no está mal.
Un desarrollo que puede ser interesante, entretenido.
Un formato ya muy visto (ese falso documental ya está muy trillado).
Demasiado melodrama para ser una peli de estas características. En parte se agradece que haya un trasfondo en una peli de suspense o terror, pero esos dramas de sobremesa de Antena 3... no me terminan de convencer.
Y un final... por una vez que Shyamalan tiene para jugar y sacar un punto de giro final original y que no chirríe demasiado, tira por lo más soso, coherente pero soso. Eso sí, ciertas incongruencias siguen estando presente en el guion. Más en spoiler.

No hay demasiadas sombras (tenebrosas o no) en esta película. Su originalidad es tan manida como la del título, sin embargo ese es también parte de su gancho. Realmente es una película que pasa sin pena ni gloria. Básicamente es la misma historia de vampiros, familia esperpéntica y protagonista desubicado temporalmente que nos han contado tantas veces. Si bien suele dar buen resultado para pasar el rato, el ver la historia por décima vez de la misma forma puede resultar aburrido. No sé por qué pero el guión no termina de cuadrar; no está bien desarrollado. Hay buenas partes y de vez en cuando logra hacer reír, pero el resto del tiempo es algo sosa.
Por otra parte la estética y atmósfera es 100% Burton, lo cual es un punto a favor. Es lo único que le da un punto de originalidad a la historia, y yo diría que ese toque Burton es lo que la salva.
En general me gusta Tim Burton, pero esta vez han ido a lo seguro sabiendo lo que funciona y sin arriesgar, y por tanto, el resultado es pasable, pero sin más. No es que digas "qué bazofia", pero tampoco es su mejor película.

Este es el único de los tres capítulos de la quinta temporada que guarda algo de la esencia de lo que solía ser Black Mirror.
El él nos encontramos a un par de amigos que a través de la inmersión total de los videojuegos, concretamente uno tipo street fighter, comienzan a experimentar otras realidades (por decirlo de alguna manera) que en el mundo real ni se plantean.
El planteamiento no está mal, y se podría decir que en cierto modo tenemos otro San Junipero (salvando las distancias) pero su ejecución ha sido bastante floja.
Al capítulo le falta la esencia. Ese estilo aséptico, ecléctico y frío que representaba la tecnología no se encuentra en este capítulo. Tiene casi más de telefilm que de serie de ciencia ficción, e incluso diría que el capítulo ha sido bastante repetitivo.
También hay varias incongruencias que hace que la historia se quede en una mera anécdota e impide que te metas, y sobre todo te creas, la historia que se cuenta.
A un planteamiento así se le podía haber sacado bastante más jugo, y con un buen guion como los de antes y un estilo bien hecho se podría haber quedado uno de esos CAPÍTULOS que representan la serie.
Sin embargo, dentro de lo que cabe sí es un capítulo que podría haberse dado en las anteriores temporadas, no sería de los mejores pero sí se puede meter dentro de lo que es Black Mirror (teniendo en cuenta la bajada de calidad).