Haz click aquí para copiar la URL
España España · Granada
Críticas de Kikivall
Críticas 2.021
Críticas ordenadas por utilidad
3
13 de mayo de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película, sucintamente, es así. Dos jóvenes supertitulados, con varias carreras, másteres, etc., Hugo y Braulio, cansados de buscar trabajo sin éxito en suelo patrio, toman la decisión de emigrar a Alemania. Ya en Berlín, que es la ciudad concreta a donde han llegado, las cosas no están fáciles. El idioma, el hecho de que el trabajo tampoco abunde allí y los problemas económicos de los propios padres en España, obligan a los flamantes universitarios a tener que trabajar en un restaurante turco y a vivir en un piso compartido. Todos los singulares personajes de esa “comuna”, el turco, su esposa, el psicópata que ya habitaba el piso con su bonita hermana, el vecino español con Alzheimer, y los recién llegados constituyen personajes de sainete, con diálogos supuestamente graciosos y un desarrollo de la película mediocre.

Abusa de los tópicos, de la frase hecha y del chiste fácil. A lo cual se añaden algunas chanzas de mal gusto, como el de que lo único que España ha logrado inventar es la fregona.¿Qué es de los de la ciencia, el arte, el humanismo y el pensamiento español?. Ramón y Cajal, Severo Ochoa, Isaac Peral y Juan de la Cierva y el autogiro, etc., sin contar nuestras aportaciones a la pintura, la literatura, la jurisprudencia, la filosofía… en fin, sin comentarios. Impresentable.

Lo que sí es “guasa”; guasa social, burla familiar, bromas amorosas, chacota entre los jóvenes sobre el tema laboral, etc. Para supuestamente provocar la risa sin mayor compromiso.

A Nacho G. Velilla se le nota mucho que viene del terreno de la TV, con un tipo de realización más propia para este medio que para el cine; el guión no tiene entidad y sobre todo carece de personalidad, lo cual que no es extraño pues está escrito por un ejército de autores entre los cuales se incluye el propio director: Antonio Sánchez, David S. Olivas, Oriol Capel y Nacho G. Velilla; es un guion elemental, funcional y algo torpe. La música de Juanjo Javierre es común, por no decir otra cosa; y no está mal la fotografía de Isaak Vila.

En lo que respecta al reparto, pues bueno, regular: Yon González, Julián López, Blanca Suárez, Miki Esparbé, los mismísimos José Sacristán –ya mayor- y Javier Cámara –ídem-, Úrsula Corberó, la omnipresente del cine español de hoy Carmen Machi, Younnes Bachir y Arturo Vallas. Y la verdad, pues no lo hacen mal, pero tampoco para aplaudir demasiado.

O sea, película pretendidamente de “cachondeo”, sin trascendencia, sin ambición, salvo el entretenimiento fatuo y el éxito facilón de un público que puede acogerla entre risas y palomitas.

Ya sé que las cosas no son simples, pero si yo tuviera que concluir con alguna idea, como suele ser mi gusto, yo diría así. Si eres concienciado con la crisis, con la lacra del paro juvenil, si te sientes protagonista en el cambio de los acontecimientos, si te haces reflexiones sociales o morales sobre este difícil momento histórico que vivimos, si no te van los guapitos y guapitas a gogó ni los chistes facilones, si el Alzheimer es para ti una pandemia preocupante, si tienes un poco de respeto por nuestro querido país, y en fin, si no quieres tú también perder el norte, no vayas a verla.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
8 de mayo de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cien años de perdón se desarrolla en Valencia. Es una mañana de lluvia torrencial, las calles con embotellamientos de tráfico y una mujer que se baja de un Taxi y corre a la Sede Central del Banco Mediterráneo de Valencia. Es su Directora y acaba de enterarse de que va a ser despedida. En las puertas de la misma sede bancaria entran en forma organizada seis hombres con máscaras y fuertemente armados, dispuestos a atracar el Banco. Pero las cosas empiezan a complicarse y no salen conforme al plan. Hay también una caja de caudales de un político de nombre Soriano y esa información dada por la Directora ahora retenida, va a provocar recelo y enfrentamiento entre los dos líderes de la banda. A partir de aquí la trama nos llevará por caminos insospechados.

Daniel Calparsoro, es un hombre con una trayectoria en cine y TV de más de veinte años, un director con fuerza, que sabe retratar sensaciones. En esta película que ahora comento teje una tupida red que involucra a políticos corruptos, banqueros y policías a las órdenes de las altas esferas del poder.

El guión de Jorge Guerricaechevarría sabe llevar al libreto un cine de atracos con implicaciones sociales, que traslada al espectador el malestar imperante de la corrupción rampante que existe en nuestro país, y en muchos otros, también en Argentina, a cuyo público irá destinada esta película particularmente con toda seguridad, por estar coproducida en parte por el país austral.

Entre los actores participantes, dentro de un reparto excelente, destacan un espléndido e inquietante Rodrigo de la Serna que se luce y lidera la historia; Luis Tosar, que está genial en esa especie de sujeto duro y a prueba de bombas que ya se ha labrado en otros filmes; Raúl Arévalo hace un trabajo serio y con matices en sus registros como político corrupto; Patricia Vico excelente como bancaria que se vende por unos diamantes; José Coronado le da enjundia al film. Acompañan a los principales protagonistas un equipo actoral hispano-argentino muy capaz con figuras como Joaquín Furriel, Mariam Álvarez, Luciano Cáceres, Luis Callejo o Joaquín Climent.

Calparsoro hace una película con eficiencia, con tintes de thriller tenso, visceral y penetrante. Una película de ejecución brillante y osada en sus contenidos. Además, la obra va ganando en complejidad y en cuota de emoción e intriga conforme avanza la trama.

Pero el film, a pesar de estar bien construido y con buenas hechuras, es capcioso y profundamente inmoral. El noventa y nueve por ciento de los presentes en la sala, desea que escaparan los “buenos ladrones”. Sin embargo, estos ladrones iban armados y eran todo un peligro. De acuerdo que algunos políticos y policías de la película son muy “malos”. Pero el título, que proviene del dicho: “Quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón”, al igual que el planteamiento del film es moralmente equívoco e indeseable.

Pero la película tiene su mérito en el plano del pulso narrativo, del montaje, actores, etc. Sí, nuestro dolor de estómago se llama paro, unido a fraudes y robos de guante blanco a troche y moche.

Yo recomiendo la película, que compone un complejo relato poliédrico para meternos en una espiral de acontecimientos con intriga y tensión. Película está bien hecha, se hace amena, tiene suspense y se puede ver con la seguridad de pasar un buen rato.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
21 de junio de 2014
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película de 1957 narra una historia en el encuadre del final de la Guerra de Secesión en Norteamérica, allá por los años (1861-65). Como es sabido, es el Norte quien gana la contienda. Tras la victoria se inicia el Periodo de la Reconstrucción (1865-1877) del país. Esta reconstrucción que implica reconciliación, no se produce de la noche a la mañana, sino que tiene un proceso largo plagado de venganza y de saqueo económico de los estados del Sur, y represalias. Y es que, aunque Abraham Lincoln había proyectado amnistiar a los confederados para facilitar el apaciguamiento entre vencedores y vencidos, al ser asesinado éste en 1865, se formó un Gobierno Provisional que ordenó la ocupación militar del Sur junto a la demanda de duras reparaciones de guerra. Junto a los militares norteños llegaron al sur una serie de especuladores y gente sin escrúpulos dispuestos a hacer el agosto con el negocio del expolio. La historia en cuestión y yendo a lo concreto, se linicia cuando el capitán Colt Saunders (Charlton Heston), recién casado llega a su rancho de Texas, y tendrá que enfrentarse a serios cuestionamientos y contrariedades como el pasado dudoso de su mujer (Anne Baxter), el problema de un hermano díscolo y conflictivo (Gilbert Roland), amén de la codicia de los funcionarios del Gobierno que pretenden apoderarse de sus tierras.

Estamos ante un Western dirigido con oficio por Rudolph Maté -uno de los más grandes directores de fotografía de la historia del cine-, con guión de James Edward Grant basado en la novela de Leonard Praskins y Barney Slater; buena música de Walter Scharf y excelente fotografía en color de Loyal Griggs.

El reparto está sostenido sobre todo por un Charlton Heston llenando pantalla en un papel de hombre rudo y a veces desconsiderado, acompañado de una preciosa y expresiva Anne Baxter ante un personaje difícil y contradictorio. Y también es de destacar a Gilbert Roland, en el papel de hermano menor manco por un viejo accidente, que es el producto de la sobreprotección de su hermano mayor; Roland realiza un trabajo notable que confiere a su personaje la bipolaridad sumisión-rebeldía o lealtad- traición de manera muy digna. El resto de actores arropan con gran brillantez la obra. Así, Ton Tryon, Forrest Tucker, Bruce Bennet, Elaine Strich y Barton McLane. Un conjunto actoral muy bueno y convincente.

Es un Western en toda regla, en una época donde no había término medio, o eras el más fuerte o morías acosado por las huestes de bandidos oficiales tras la Guerra Civil americana, y este aspecto lo pone de relieve muy bien esta película.

Como criterio moral que se transmite en el film, está la circunstancia de un protagonista hábil con el revolver que, empero, no lo utiliza salvo de forma reflexiva y en casos extremos a modo de supervivencia o en defensa de sus legítimos intereses.

En definitiva un buen Western cargado de acción, de intriga, con gran veracidad dramática e interpretaciones de relieve. Muy apropiado para pasar un buen rato.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
9 de enero de 2014
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la película, Bryan Mills (Liam Neeson), un agente especial retirado se dedica a trabajos eventuales de guardaespaldas y a la vez siente un gran amor por su adolescente hija que vive ya con otro padre debido a su divorcio con su mujer. En un momento dado, su adorada hija Kim (Maggie Grace), es raptada en París por una banda de trata de blancas albanokosovar, y se ve obligado a volver a la acción para poder rescatarla.

En esta película francesa, su director Pierre Morel hace un trabajo arriesgado con guión de Luc Besson y Robert Mark Kamen. En la película abundan las escenas de acción, a veces espectaculares, que no restan credibilidad al film. Música, montaje, excelente factura técnica y una buena y seria interpretación del actor irlandés Liam Neeson, construyen, junto a una trama vertiginosa, una cinta que te impide levantarte del sillón. Como muestra valga decir que sin estar yo muy ducho en inglés, la vi en versión original (Talken) de cabo a rabo sin pestañear.

Película, pues, sin grandes complicaciones, pero que te implica con su firme pulso narrativo en un torbellino de acción y suspense.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
30 de noviembre de 2013
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Relata este film francés los sucesos acaecidos en un barrio marginal de las afueras de París tras una noche de disturbios. En la historia, tres amigos adolescentes: Vinz, Saïd y Hubert (un judío, un árabe inmigrante y un boxeador amateur negro), son testigos de cómo la policía hiere a su amigo Abdel. A lo largo de las 24 horas en la vida de estos muchachos una constante será la violencia entre bandas y los conflictos con la policía.

Se trata de un drama y película de culto con excelente guión y dirección de Mathieu Kassovitz. La película podría haber sido un auténtico documental donde se relata la vida de las pobres jóvenes de un París racista y que margina a la juventud árabe, de color o meramente de los suburbios. Es igualmente una película premonitoria, pues algunos años después se producirían los graves disturbios en Francia de estas gentes marginadas y sin futuro que se lanzaron a quemar automóviles y al vandalismo, obviamente por razones de exclusión y hartazgo en un mundo que no les brinda oportunidades de realización personal o mínimamente de trabajo.

La fotografía es muy buena (Pierre Aim) y la interpretación coral de los jóvenes actores magnífica. Pero sobre todo es un manifiesto contra la exclusión y una crítica social de primer orden en un país que se dice civilizado pero que trata como animales a un sector de su población encarnada en inmigrantes o hijos de inmigrantes fundamentalmente.

Este film obtuvo excelentes críticas en Francia, fue un éxito de taquilla y consiguió tres premios César de la academia francesa -incluyendo el de mejor película del año- que la confirmaron como una cinta clave del cine francés de los noventa.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow