Por lo que nos cuenta, y muestra, sobre el día a día de unos niños en un centro de acogida esperando mejor suerte... Y muchos de ellos provienen de familias conflictivas sobre todo por el alcohol más estragos de las guerras. Tiene la virtud este film de mostrárnoslos tal cual sin que parezca que está la cámara interfiriendo y es curioso comprobar sus patrones de conducta pasando por la amistad a base de pelearse o desafiando a la justicia en el caso de uno de ellos con un potencial valioso pero mal encarrilado... Y ahí están las asistentes intentando enderezar la senda de unas vidas hasta que encuentren por fin un horizonte mayor.

La califico de notable por lo que explica mas que por cómo lo explica... Pero lo que prima aquí es el contenido y este orbita alrededor de la desconfianza que se generó ante el suceso de unos hechos que sí llaman la atención al principio por su forma rocambolesca pero no por su apariencia son susceptible de ser considerados como fraude. Y en el caso que nos ocupa una joven pareja californiana pagó las consecuencias de ello durante varios años tras toda una serie de sospechas sobre ambos aunque al final tuvieron que ser resarcidos económicamente por todos los perjuicios ocasionados.

Su argumento, en parte, recuerda al de "Perdida" de Fincher aunque a diferencia de ella la realidad no es ficción y lo que resulta evidente es que la presunta 'investigación' de la policía en general dejó mucho que desear -y hacer- y fue cuando menos cuestionable para tratar de esclarecer lo sucedido a no ser por la intervención de una mujer, tiempo después y policía también, que sí supo encarrilarla hasta su posterior resolución... El azar también ayudó.

Contra lo que preveía, si soy sincera, me he enganchado a esta serie sobre todo por su intensidad y la he visto en dos tirones, cuatro y cuatro capítulos. La he encontrado muy interesante -aún a sabiendas de la historia- empezando por su título (cuantas referencias en él, un puntazo) y felicidades por el guión a sus autores así como por la dirección o, mejor dicho, direcciones. La interpretación de Corberó es magnética (procaz, en plan esfinge, amorosa, cariñosa, manipuladora...) y la de Quim muy bien también como ese "Tonto del bote" al alimón, más todos los co-protagonistas y secundarios incluyendo a la niña -un hallazgo- y extensivo a esos padres (aprovecho para decir que un amigo mío, Carles Jornet sale como extra haciendo de mosso, un saludo!). Hay muchos planos estupendos, recuerdo ahora el de las huellas borradas en la playa, por ejemplo, y esos flashbacks bien dosificados dándole más ritmo y/o misterio al tema (por cierto, vaya lofts, ejem, excepto el de Albert). Los temas musicales, al final de cada capítulo, igualmente se las traen y dejan huella, ahora mismo me estoy acordando de "Es imposible huir del sol..." entre otros.

En contra, que nunca sabremos exactamente lo qué ocurrió en realidad o cómo sucedió más bien, pero esto no es defecto de la serie, claro está. Sí conservamos en la retina la imagen de esa mujer 'fatal' -también hay hombres fatales- pero que tiene imán, y eso es lo lamentable, que sigamos alimentando su ego... Quizás, como dice el fiscal: "Si hablásemos más de dos horas con ella acabaría convenciéndonos de que los culpables somos nosotros". Y acabo ya haciendo mención a esos planos finales, elocuentes por sí solos y que cierran bien la trama (Netflix para mí, esta vez, no nos da gato por liebre).

La única pega que tiene es que le sobran algunos bucles de guión y se pasa de ingeniosa a veces en alguna que otra situación jocosa que la rellena en exceso pero, por el mismo precio... Creo que sólo como relato, del que procede, sí son un aliciente todos sus distintos componentes, pero en película como que menos es más... De todos modos es un placer ver a ese desastrado -quién nos lo iba a decir- 'Papá Ganso' en el film, que borda Cary Grant amarrado a una botella pero con clase, eso siempre... Y Caron no le va a la zaga encarándole sin inmutarse y apenas pestañear, o sea que con clase también. Y si a esto le añadimos un plantel de siete niñas con uniforme escolar, más perdidas que la una pero con muchas ganas de encontrarse, la comedia está servida...

Es una historia sugestiva... Tiene una bella fotografía y unos conceptos interesantes -aunque es muy divertida la opinión de Boyero al respecto-. Pero tiene sobre todo la presencia de esos ángeles, en el limbo de su existencia, pululando por bibliotecas, azoteas, extrarradios y siempre con el hálito de la esperanza detrás, dispuesta a ser insuflada, hasta que una trapecista (atractiva Solveig Dommartin) pone en jaque a uno de ellos. De todos modos el 'más ángel' corre a cargo de Peter Falk, bajo el disfraz de Colombo, que con solo cuatro trazos te desnudará el alma ¡ojo con él!

Más que una historia deviene en experiencia sensual con apuntes metafísicos, o más bien filosóficos, a cargo de Peter Handke que, la tomas o la dejas, pero si decides verla tampoco lo lamentarás aunque Wenders nos 'taladre' con un monólogo final (que un amable 'Archilupo' nos ha transcrito por aquí) pero que eso sí, me ha servido para poner en valor el trabajo de una buena actriz de doblaje que no ha dado puntada sin hilo y ha clavado las frases (lo digo porque también me parece de justicia apreciar su aportación).

Como detalle parcial para los amantes de la música también hay una intervención arrebatada de Nick Cave pero si me quedo con alguien sigue siendo con Colombo. Lamento, dicho sea de paso, que Solveig -pareja sentimental del director entonces-, falleciera joven aún y si las acrobacias en el trapecio las ejecutaba ella, mi más sincera admiración. La película también se nos muestra en blanco y negro o color, a tenor de las escenas, aunque ahora no recuerdo exactamente si es debido a la corporeidad del ángel, el tiempo del relato o hasta incluso aleatorio (y dudo que Boyero me lo aclare...).