"Halloween" es todo un fenómeno en el cine de terror. Inspiró a toda una generación de cineastas y creó una serie de pautas que hoy día se repiten en el género, ¿pero cómo de bueno es este film?

Hay que partir de la premisa de que no podemos esperar de una película estrenada estrenada a finales de los años 70 grandes efectos especiales ni una calidad de imagen asombrosa; pero a esta cinta no le hace falta nada de eso.

Esta obra de John Carpenter es un thriller asombroso disfrazado de película facilona para adolescentes. Detrás de un guion cuestionable y el debut en la gran pantalla de una cara desconocida por aquel momento (Jamie Lee Curtis), el director muestra unos planos muy interesantes y un uso de la música que carga con la película a sus espaldas. La banda sonora es, probablemente, lo más destacable junto con el miedo que infunden los planos de Michael Myers observando a Laurie.

Es una pena que la tecnología no hiciese justicia a las ideas de aquella época, porque las escenas "de sangre" son algo ridículas, en comparación a lo que estamos acostumbrados.

Había oído hablar mucho de esta película por toda la popularidad y el revuelo que había formado alrededor de este film y he de decir que no he quedad decepcionado (o al menos no demasiado) tras haberla visto.

La idea en la que se centra el argumento quizá sea el punto fuerte de esta película. Es una idea totalmente innovadora, lo cual resulta extraño dada la simpleza de esta. El escenario donde se desarrolla la trama es espeluznante y terrorífico, a mi parecer; lo cual le añade una capa de miedo que se ve aumentada en determinadas escenas gore.

Las interpretaciones son muy normales, nada del otro mundo; pero es destacable la de Zorion Eguileor, por cuyo personaje tengo un amor-odio. Mi principal crítica hacia este film es el poco desarrollo de los personajes que hay. Me parece que de haber conseguido algo de "backstory" sobre el protagonista le sería más sencillo al espectador ponernos en su lugar y querer, verdaderamente, el bien para él.

La música es otra de las cosas que más me incomodaba de la película y es que continuamente sonaba un sonido de reloj que me ponía de los nervios, aunque no creo que sea algo casual. En determinadas escenas, esta película se me hacía como un accidente de coche a punto de suceder: uno no puede evitar que suceda, pero tampoco puede evitar mirar.

No obstante, me parece que la película tiene un valor más allá de lo que vemos en la pantalla por su simbolismo y la reflexión a la que invita. Eso sí, absténgase personas escrupulosas y sensibles a la violencia.

Esta película es una de esas que llevaba posponiendo ver desde hace bastantes años por varios motivos, principalmente su duración y temática: en una primera instancia, no me parecía que una película "del espacio" pudiese ser lo suficientemente interesante como para captar mi atención durante la friolera cantidad de tres horas. Lamento decir que me equivocaba en este pensamiento.

"Interstellar" es una película que se desarrolla en el espacio y la Tierra, y que pese a la inmensidad de los escenarios que representa, se siente íntima y acogedora. Se nos presenta una relación padre-hija que, para mí, será la piedra angular de la película y el motivo para seguir adelante ante la adversidad del protagonista. No solo esta interacción, sino todas las que van aconteciendo en el filme se sienten verosímiles y llegamos a sentir por los personajes, pues estos se revelan como verdaderamente humanos.

La cinta lleva escrito Nolan por todas partes. Desde el aura de misterio que envuelve en todo el momento a los planos hasta el tono pedante, haciendo que los propios personajes descubran los recovecos y secretos de la trama como si de una aparición divina se tratase. Merece especial reconocimiento la excelente banda sonora de la mano de Hans Zimmer. Piezas como "One Day" son absolutas obras impecables.

En definitiva, si te gusta el estilo Nolan, "Interstellar" no te decepcionará en absoluto. Para sus detractores, esta película será insufrible; pero aun así les animó a darle una oportunidad, aunque sea por curiosidad por toda la ciencia que hay detrás de esta cinta.

"La matanza de Texas" es un clásico del género slasher y personalmente, una de las películas más difíciles de ver que conozco.

La primera mitad de la película es de lo más aburrido que he visto jamás. Una narración sin sentido alguno y unos personajes carentes de carisma y a los que odié desde el primer minuto de la cinta. Esta película no pretende que sintamos empatía o pena por los personajes de los que tan solo conocemos sus nombres, el objetivo es el que es: infundir miedo. Y ya ves que si lo consigue. Entre la banda sonora con los sonidos ensordecedores en los momentos álgidos del film y los planos de la casa de "Leatherface", la película evoca una sensación de intranquilidad e incomodidad en el espectador.

Las interpretaciones de Jim Siedow (el cocinero) y Edwin Neal (autoestopista) son, sin duda, aterrorizantes. Desde la primera escena en que aparece el personaje de este último en la pantalla, mantuve un estado de tensión constante por el mal rollo que me transmitía. La interpretación de los hermanos (Marilyn Burns y Paul A. Partain) son las mejores de los protagonistas, pero no se encuentran al nivel de la de Jim y Edwin o la de "Leatherface", el cual no necesita decir nada para hacer una interpretación magnífica.

Sin duda, Tobe Hooper hace un magnífico trabajo dirigiendo este film. El director hace gala de su habilidad con planos hermosos a la vez que terroríficos que crean la atmósfera para lo que sucede en la película. Si algo prueba con esta obra es que no es necesario enseñar sangre ni la oscuridad para asustar al público, dado que algunas de las tomas más espeluznantes de esta ocurren a plena luz del día. El escaso presupuesto y las paupérrimas condiciones en que fue rodada este filme juegan a su favor, a mi parecer; pues uno se lleva esa sensación de "cutrismo" que añade otra capa de miedo más si cupiera.

En definitiva, "La Matanza de Texas" puede que sea una de las películas de terror más efectivas que haya visto jamás. Impuso algunos tópicos del género slasher que luego se verían reiterados y popularizados a mayor escala en la película "Halloween" de John Carpenter 4 años más tarde. ¿Me parece la mejor película de miedo de la historia? No. ¿La volvería a ver por placer? Probablemente tampoco. ¿Se la recomendaría a otra persona? Absolutamente.

"Patria" es una serie que tenía muchas ganas por ver, para saber si cumpliría con todas mis expectativas a raíz de lo que había oído sobre ella. Y tengo que decir que no acabé decepcionado tras los 8 capítulos.

El elenco que trabaja en esta ficción es absolutamente increíble. Las actuaciones son impecables, en especial las de Elena Irureta (Bittori) y Ane Garabaín (Miren), las matriarcas de las familias Lertxundi y Garmendía, respectivamente. La emoción que estas actrices consiguen trasmitir a través de la pantalla es inmensa, y eso no podría ser posible sin un equipo de caracterización maravilloso que nos lleva con ellas a través del paso del tiempo. El guion de esta adaptación es dinámico, uno no sabe qué esperar siguiente porque se siente como una bola de nieve a la que vamos añadiendo capas con el transcurso de los episodios.

La manera de abordar el relato de esta serie me parece de lo más inteligente. La decisión de que sea el mismo reparto quien interprete a los personajes a lo largo de todas las líneas temporales fue una arriesgada, pero que ha jugado en favor de la verosimilitud de esta historia. Por eso es que, a medida que uno comprende más acerca de quiénes son Bittori, Miren y compañía; más real y humanos se siente todo lo que acontece.

La banda sonora compuesta por Fernando Velázquez, aunque acompaña de manera esporádica a la trama, lo hace de manera majestuosa. La sintonía de cabecera es impresionante y siento que muchos de los momentos culmen de "Patria" no hubiesen sido lo mismo sin su aportación.

En el clima político de hoy día, en el que existe una polarización extremadamente latente, esta serie es más necesaria que nunca. Porque no habla de colores ni de partidos, sino de sentimientos. Dos familias que una vez caminaron de la mano, ahora se dan la espalda.