Imaginemos a los productores del bodrio éste: "...Pues nada juntamos a de Niro y a Pacino y eso vende, da igual el guión, da igual la dirección, da igual el equipo...metemos a estos dos, los ponemos con letras más gordas que el título e inversión segura." Y a lo peor hasta seguro que tienen razón y todo.
Es infumable, la película es insostenible desde el minuto 3, el guión se ve venir a miles de kilómetros...y por último (y lo más triste de todo) de Niro y Pacino están mal, sí qué pasa, están mal, coño, que se les nota un pasotismo y una falta de ilusión que asquea.
Así que ahí va mi peor puntuación del año, y un consejo a los que no la han visto: se gana más no viéndola.

Interesante película de mujeres en un microcosmos carcelario.
Sigo enamorándome de Candela Peña cuando la veo actuar, además de hacerme creíble sus papeles, aporta una personalidad a los mismos que no se observa en otras actrices, ni Blanca Portillo ni leches. Sí me ha gustado el trabajo de Verónica Echegui "La Juani", cómo va creciendo esta chica, a ver si el próximo papel rompe un poco con la línea de "perra callejera" y nos demuestra de una vez por todas que es una de las actrices más prometedoras del cine español.
Por lo demás, el guión cojea mucho, y la dirección..., no quiero ser cruel por ser una ópera prima, es plana.
Se deja ver bastante bien y me parece una película digna y que situaría entre las diez más interesantes del año en el cine español.

Es bien conocida la capacidad de Jaime de Armiñán de realizar buenos guiones (uno de los mejores guionistas españoles), casi tanto como su estilo de dirección plano e insulso. En este caso, nos plantea el caso de un insigne catedrático universitario de Derecho que, lejos de soportar una eclavitud impuesta por la sociedad, decide entrar en ella de forma voluntaria, de forma digna, al estilo de los esclavos de la Antigua Roma. Hay que reconocer que la idea original es buena, en tanto y cuanto todos tenemos nuestras propias cadenas más o menos dulces según sea el caso.
La labor de los actores es fantástica, FFGómez y Agustín González están geniales.
Sin embargo, vista 20 años después de su estreno, el tiempo ha pasado por ella como una apisonadora, tiene un tufillo de realización de TV de los '80 insoportable y a menudo, lastra la película hasta el punto de perder el interés.
Este guión en manos de un Director de renombre hubiera sido un exitazo, pero en manos de Armiñán aburre un poco.

La película copia descaradamente del nuevo cine de terror asiático, pero en cañí.
Estúpido guión (Hernán Migoya anda aquí, el de "Todas Putas", pues muy bien, machote), bonita producción, montaje decente, dirección pésima, actores nauseabundos, secundarios de suicidio...
Entretiene hasta la mitad de la película (sin intentar digerir el comienzo de la trama por inexplicable) para irse derrumbando paulatinamente hasta llegar a una parte final donde sólo deseas que acabe cuanto antes.
No perdáis el tiempo...

A mí me parece que la película no está tan mal, desde luego no se merece una nota media de 4. Resulta que ví esta película después de "Eskalofrio" (Nota media 5) y, vamos, al lado de esta es una obra maestra. Vamos por partes. La película se nota que ha sido cortada y seccionada en varios puntos. El guión presenta detalles que por falta de desarrollo en la película lastran el asunto completo (por ejemplo, lo de la religión-empresa multinacional mundial me parece bastante original, y además a las órdenes de una Charlotte Rampling insuperable, qué pena de vejez!). El hecho de que salga una Nueva York con anuncios apantallados sobre los edificios es la única referencia que veo de Blade Runner, nada más por Dios, se trata más de un homenaje que de una influencia. El tener a Vin Diesel de protagonista, sin embargo, es un lastre insoportable para la película y del que no se se podrá recuperar a lo largo de toda la cinta, lo cual ya se vislumbra en los primeros 10 minutos. El mejor papel de todos sin duda es el de Gérard Depardieu como mafioso ruso, corto pero intenso.
Los efectos especiales están bien, pero no colman la película hasta el límite del aburrimiento (harto frecuente en la ciencia-ficción de los últimos años). La película, en definitiva, tiene la pinta de haber tenido una duración en torno a las 2,5-3 horas, y en la que los productores han cortado por aquí y por allá para dejarla comercialmente presentable. Evidentemente, eso jode la película totalmente, pero siguen viéndose detalles interesantes y que hacen que la película, sin ser una obra maestra ni de lejos, pueda verse, y sobre todo, permita pensar que haya que vigilar a este Mathieu Kassovitz en el futuro.