Capítulo también conocido como 'Sin remordimiento' de la serie detectivesca que lidera el personaje de Tom Selleck, Jesse Stone.
Este personaje, amargado, bebedor compulsivo de café (en casi todas las escenas aparece bebiendo un vaso o una taza) y güisqui, mucho güisqui. Vive aislado, sin teléfono, con móvil sin cobertura... Es sarcástico con todo el mundo pero quiere y se preocupa de los que le rodean.
Y habla, y aquí está la diferencia con otras series similares, con su perro, con el psicoanalista, con sus compañeros, amigos...con unos diálogos inteligentes, rápidos, sagaces. Hay réplicas, contrarréplicas, dúplicas y no se diluye el interés.
¿Que qué cojea entonces? Pues el argumento, y que la propia resolución de los crímenes es rudimentaria y poco elaborada.
Bueno, no se puede tener todo, pero sólo por los diálogos merece la pena ser visionada esta serie.

Randolph Scott contaba con 59 años cuando hizo la película y aún conservaba buena planta. Pero este actor, que es uno de los más elegantes a caballo, pierde mucho cuando se baja de él.
Cada actor es lo que es y a éste no se le deben pedir matices en la cara, salvo sonrisa o enfado.
La película es desconcertante en su comienzo y se desdibuja la habitual forma de actuar de Scott. Habla y mantiene conversaciones que luego no importarán demasiado en el transcurrir del film.
Pero tiene un serio problema de doblaje. Pese a contar con actores españoles de valía, en su mayoría conocidos por la televisión de la época, no se cuidan los detalles y todas las voces, estén a 50 metros o en primer plano, son escuchadas al mismo volumen.
Pero es una película de Randolph Scott y eso cuenta. Hay que verla.

Bien interpretada (cómo no, dado el elenco), bien la fotografía y la música.
Al tratarse de un asunto histórico se sabe cómo empieza, como sigue y cómo acabará. No puede haber suspense, por tanto el peso fundamental ha de recaer sobre el guión y éste es demasiado convencional, con frases que se ven venir desde 5 minutos antes y se han oído mil veces en películas de ciencia ficción anteriores.
No consigue, a mi modo de ver, plasmar el ambiente de frío extremo y de calor abrasador que debieron vivir, ni tampoco la angustia de los familiares ni el frenesí de los técnicos.
Es demasiado rutinaria.

Ese piano desafinado e incluso el resto de la música envuelve con dolor y tristeza a la película, realzando aún más el hecho de que todo el régimen nazi está mal, que no se sostiene.
Los interrogatorios con el policía son inteligentes. La chica lo es aún más.
No está mal que sean los propios alemanes los que reflexionen sobre su pasado y cómo, en su mayoría, permitieron que se llegara a esa situación.
Falla un poco la ambientación y el color de la fotografía, que habría mejorado con un tono más sepia.
Es una película dolorosa pero hay que verla.

No es buen actor. Sus películas no son geniales (ésta tampoco). Capitán del ejército, Agente Federal, justiciero... Estos son los tipos de personajes que interpretó en infinidad de ocasiones.
Las situaciones similares, las peleas, la chica.
Pero siempre me produce empatía. Es un actor y una película para amantes del género.