Como comedia, termine un poco decepcionado pues en mi opinión no lo es en absoluto, quitando un par de momentos que se hacen ligeramente divertidos (Incluyendo dos curiosos homenajes a Kubrick, concretamente a 2001 y La naranja mecánica). Como reconstrucción histórica, social y moral de una Alemania, y por extensión de una Europa, a punto de cambiar drásticamente y para siempre, la película se me hace bastante buena, conjugando hábilmente un sorprendente guión y unas excelentes interpretaciones, sobre todo de la madre (Katrin Saß) con algunas escenas impresionantes (Esa estatua de Lenin volando) e incluso imágenes de archivo reales.

Pero es ese tercer camino argumental el que da sentido, grandeza a esta película y la que la hace memorable, y es la relación de ese hijo con su madre y como se puede hacer lo imposible, incluso intentar hacer cambiar un país, para protegerla y no hacerla sufrir. Las escenas de la madre y el hijo juntos, sobre todo hacia la parte final, son cine de muchos quilates. Emotiva, honesta y notable película.

Estimable y bien narrada cinta, cuyo mayor problema es la pobreza del guión, el cual flaquea en varios aspectos. Posiblemente François Pienaar, el personaje de Matt Damon, era como se muestra en pantalla, un hombre de deporte y pocas palabras, pero ¿era necesario trasladar esa parquedad a la película? la empática con el personaje es nula, y se hace totalmente apático a lo largo del film. Por otra parte, desconozco si Mandela es tan tierno, compasivo, recto e indulgente como se muestra en la peli (supongo que si), pero se nota un especial énfasis por parte de Eastwood por glorificar demasiado al personaje, es tan impoluto, pulcro e intachable que por momentos se hace aburrido. Joder, ¿Ni un reproche a nadie (recordemos que es presidente de un país, con lo que eso conlleva), ni un mal gesto...? ¿Nada de nada? ¿Nunca?

La carencia de base hace que la trama de los guardaespaldas, también personajes planos y en los que no se profundiza, se haga mas importante de lo que tal vez debería ser, a costa de, por ejemplo, obviar temas políticos, que creo que habrían sido bastante más interesantes . Otros personajes (la novia, los padres, la criada, el resto de jugadores del equipo) van y vienen sin que tengan demasiada importancia.

Por otra parte, hay una escena directamente tramposa y efectista, y que esta totalmente fuera de lugar (la visita a la cárcel con la "aparición" del Mandela preso), y la parte final, la del partido, se hace larga y aburrida. Se nota que Eastwood no es un apasionado de este deporte y esa apatía se transmite al espectador. Recuerdo, por ejemplo, la emoción que me transmitió el futbol americano en la película The Longest Yard, de Robert Aldrich, sin tener ni idea de ese deporte, ¿por que Eastwood no puede transmitirme esa misma emoción con el rugby? Incluso la escena de la terrorífica danza maorí neozelandesa, que era un momento fabuloso para cagarte de miedo y dejarte pegado a la butaca, se despacha con una tibieza increíble. ¿Y el recurso de la cámara lenta? No por Dios....

Un Clint Eastwood tibio, con su típico y efectivo estilo narrativo clásico, que no defrauda pero esta vez tampoco emociona.

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Y es que parece que estamos ante otra de las típicas películas " de pirados”. Si y no. Esta es otra de las típicas películas de pirados, pero digamos que es la "masterpiece" de las películas de pirados. El principio mil veces visto, los amigos que se juntan para liarla parda y pasar una despedida en Las Vegas inolvidable, se despiertan resacosos y con la habitación patas arribas sin acordarse de nada de lo que hicieron la noche anterior. Hasta aquí todo correcto, ya conocemos a los personajes, me caen bien y me dispongo a pasar un rato al menos entretenido y echar unas risas.

Pero lo que viene después desborda todas mis previsiones. Se trata de acordarse de que diablos paso la noche anterior, con la desaparición del protagonista incluida, a partir de ir atando cabos, hablar con gente y juntar pistas. Casi casi, como jugar a los detectives. Y resulta que la típica película de pirados va creciendo, va creciendo hasta alcanzar un nivel de desmadre absolutamente demencial. Algunos bajones de ritmo o gags menos afortunados (los policías) no desmerecen en absoluto el conjunto final por que los gags geniales (el homenaje a Rain man, la parte del chino, ¡¡ Mike Tyson ¡¡ ) son de un nivel superlativo que junto con las brillantes actuaciones del cuarteto protagonista (atención al barbas), hacen de esta película la " Aterriza como puedas" de nuestros días. Si no te ries es que no tienes sangre en las venas.

Esto no va de tías en tetas y humor escatológico. Decía Hitchcock que una película a de empezar con una explosión y después ir subiendo. Pues bien, esta película empieza como una mas, va subiendo el ritmo paulatinamente asta llegar a la explosión, la apoteosis final en forma de...

La vuelta de Michael Mann al thriller urbano creía que seria una buena noticia después de la estupenda Heat, fui al cine en su momento con las expectativas muy altas y dispuesto a ver un buen thriller, pero esta película hizo lo que nunca consiguió aquella: aburrirme.

Un Tom Cruise que le plagia descaradamente el look al Mickey Rourke de Manhattan sur (aunque Tom, te queda mucho para ser un actor como Rourke) consigue exactamente el mismo personaje de todas sus películas. Es un actor muy limitado que tiene UN UNICO REGISTRO INTERPRETATIVO y lo repite constantemente una vez, y otra, y otra, y otra... mismas caras, mismas poses, por ponerte canas no te van a dar el Oscar amigo Tom. ¡Cuando interpretes a un retrasado mental si ¡

Ese coyote que cruza la carretera que debería provocarme un efecto profundo, o poético o vete tú a saber y lo único que hacer es dejarme frío y pensando: Pues vale, que será lo próximo ¿las palomas de John Woo? Jamie Foxx se esfuerza en su papel, Jada Pinkett Smith debe estar enchufada por ser la mujer de Will Smith o sino no entiendo que hace aquí, por que es una actriz espantosamente mala, y Javier Bardem tan inexpresivo y carapalo como siempre.

Quien tuvo, retuvo, y el tono urbano y ese fantástico ambiente nocturno de toda la cinta y la garra y nervio de las escenas de acción indican que detrás de las cámaras esta Mann, pero no salva el desastre general. Para colmo, Mann vuelve a fallar en lo único en lo que fallo Heat, el final, que aquí es aun más malo que el resto de la cinta. Arranco con interés pero a mitad de película ya se me hizo pesada y el torpe final remato mis expectativas. Alo mejor es problema mío, que después de Heat iba con unas expectativas demasiado altas. Una decepción.