Este film no es bueno. Eso está claro.

Es más: resulta casposo.

Pero eso es lo que Temboury busca: crear un cachondeo zetoso más cercano a los engendrillos de la Troma o a algunas películas explotation / grindhouse que al cine de clase A.

Y el que la ve no puede ir engañado, pardiez: el propio título te avisa, carajo...

¡Ah! Y aparecen en el film el mitificado Jess Franco y Manuel Tallafé, chalado compañero de correrías de Álex de La Iglesia.

Si es que sólo falta ya el smell-o-rama...

¿El guión?

Francamente. Poco importan los personajes o la historia. Ya sabemos que aqui palmará hasta el apuntador (algo que no es precisamente un spoiler). Y nada demasiado ingenioso en lo tocante a las muertes.

¿El 3-D?

Bien. Dan gusto las cámaras Fusion (ni un grano en la imagen), aunque el uso de FX digitales en la jeta de uno resulta cansino y anticuado.

¿El cast? No importa.

Son carne de cañón total.

Vamos, que lo que aquí tenemos es una serie B high tech hecha sin demasiada imaginación pero poseedora de un sano humor negro. Basurilla explotation hecha mucha imaginación.

Ya tenía yo pegas con el reciente DEVS garlandiano por lo mucho que se empantanaba en sus aspectos más intelectuales, espesos y cerrados sobre si mismo.

¿Y lo de aquí? Lo peor de Garland hasta ahora - una suerte de ejemplo de eso que llaman "terror elevado", que juega con evidentes metáforas sobre la maldad masculina. Al fin y al cabo, todos somos Rory Kinnear, supongo. La misma cara del patriarcado creepy, tocón, no escuchador, suicida y acosador. Hombre malo de la pradera habemus.

Pero no es que esto sea la mayor pega del film. Nah. El director y guionistas del film se queda encerrado en un ejercicio de masturbatorio enamoramiento con la iconografía que maneja (con mucho elemento religiosa) y se olvida (o más bien imagino que pasa ampliamente) de los conceptos más canónicos de escritura de guion tales como construir una justificada empatía con su protagonista (no, un trauma no es bastante, Álex) o fabricar una progresión interesante que lleve a un clímax tan definitorio como esperable en cierto modo.

Nope. Aquí hay un clímax pasivo, imaginería de terror cósmica, nuevas carnes y un desarrollo escasamente aterrador. Ni "terror elevado" ni nada.

Y claro - más allá de planos icónicos y músicas logradas (con un marchamo pomposo que no vea usted), más allá de un buen trabajo actoral... hay poco que rascar.

En lo que a mí respecta, un patinazo importante de éste autor. Que trate de hacer algo más clásico (ya saben - -hilo conductor coherente y esas cosas que a la gente poco sofisticada como mi menda tanto nos gustan), porque, a este paso...

Y sí. Imagino que recibirá críticas elogiosas por exponer al patriarcado y blababla.

Para lo que ha quedado el tío que creó hace cosas como DREDD 3D, caray.

Este film es un particular homenaje a Rod Serling y su mítica serie, que a tantos cineastas (e incluso escritores, como Stephen King) ha influído.

El resultado es irregular, obviamente. Pero es lo que siempre pasa con las películas de episodios.

Sin embargo, refleja excelentemente el cine fantástico de los ochenta hecho en Hollywood, tanto visual como narrativamente. Por otro lado, este largometraje anunciaba claramente lo que Spielberg y su televisiva "Cuentos asombrosos" iba a ser. Tanto que podría casi considerarse un borrador de la misma.

Valoración por episodios:

PRÓLOGO (John Landis): Corto, brillante y con un twist final genial. Es el que mejor se recuerda si se vió la película de pequeño.

PRIMER SEGMENTO (Landis): Oscuro y con moraleja. No está mal.

Este segmento es famoso por el accidente ocurrido en la secuencia de Vietnam, en el que un helicóptero decapitó a Morrow.

SEGUNDO SEGMENTO (Spielberg): Elegantemente rodado y con un toque "Cocoon" algo cargante. Scatman Crothers resulta impecable, aunque el tono peterpaniano del segmento resulta noño. Eso sí: prefiguraba perfectamente el "Hook" spielbergiano. Es el segmento más amable del film, sin duda.

TERCER SEGMENTO (John Landis): Negro y paródico, con una vena de dibujos animados típica de Landis, aunque sus últimos momentos acercan el segmento a las fantasías de Spielberg.

CUARTO SEGMENTO (George Miller): El segmento dirigido por el responsable de "Mad Max" es una pesadilla excesiva que lleva las propuestas del episodio televisivo en el que se basa hasta el extremo. A destacar la enloquecida y interpretación de John Lithgow.

Saldo total: Un buen ejemplo de cine fantástico norteamericano hecho hace más de veinte años. La solidez de sus directores y la brillantez de algunos segmentos justifica de sobra su visionado.

Aprovechen que acaba de editarse en DVD.

Resumen escuetísimo: animación buena, doblaje divertido, historia poco interesante, humor menos potente, reutilización de los elementos que funcionaron antes (ej: los ojillos melosos del gato) y oda a la familia numerosa.

Con esto último ya queda claro que los caminos que seguirá la saga no serán excitantes.

¿Futuro? La franquicia seguirá hasta agotarse o derrumbarse estrepitosamente.

Próximamente en sus pantallas: "Shrek y familia", "Las aventuras del Gato con botas" o "Dreamworks sigue estrujando a la gallina de los huevos de oro hasta que la saga pierda punch del todo".

No vais a llorar de rabia al ver la peli (es agradable como entretenimiento), pero os gustará mucho menos que la anterior.