Tenemos a un grupo de mujeres que de forma anual se reunen y practican un deporte de aventura. Este año, su intención es la de realizar espeleología y por ello se dirigen a un lugar remoto a explorar un conjunto de grutas y cuevas. Si algo me sorprende de esta película, es que es capaz de mantener el suspense incluso cuando solo están explorando las cuevas. Porque no nos engañemos, esta es una mil veces repetida, película de terror donde la sangre y las muertes sabes que correrán de forma abundante y sin remedio. La película es claustrofóbica, terrorífica y al final hasta gore. Los diálogos son coherentes en toda la película y lógicamente se reducen para dejar paso a la acción en la parte final. La interpretación de las protagonistas es mejor de lo que se suele esperar de este tipo de películas. No conocía ningún trabajo anterior de estas mujeres y me han sorprendido gratamente. De quien sí conocía un trabajo anterior era del director, Neil Marshall, con Dog Soldiers. Como en aquella película demuestra que sabe como crear tensión, mantenerla y al final desbocarla para conseguir impresionar al espectador

Estamos frente a un thriller correctamente ejecutado hasta el último tercio de la película, donde se pierde en su guión. La acción transcurre casi completamente en un avión en vuelo, y es al descubrir la trama, cuando de forma inexplicable, la solidez e intriga que se habían generado anteriormente se diluye sin más. Obviamente necesitaba mucha más fuerza ese final, más tensión. Porque la película se soluciona casi sin querer.
La dirección es poco más que correcta, aunque hay que reconocer que el juego de planos en el avión debe ser limitado y no se puede hacer mucho más. Se consigue generan incertidumbre en los dos primeros tercios gracias a una buena idea original, pero tiene un final que estropea el conjunto.
Mención aparte hay que hacer a los actores, sobre todo a Jodie Foster que en el papel de madre nos brinda una interpretación magnífica, aporta credibilidad a la película. Sean Bean está más que correcto en el papel de comandante del avión. Sin embargo Peter Sasgaard me ha decepcionado y le considero en gran parte culpable de los fallos de esta película.

Comedia absurda dirigida por Ben Stiller, que es fiel a su estilo. Y no digo absurda porque sea floja o carente de gracia, sino porque usa la exageración y el absurdo para hacernos pasar una hora y media de risas ininterrumpidas. La película tiene una historia muy simple y lineal, pero está adornada con un sin fin de escenas graciosas. Ben Stiller y Owen Wilson se presentan como dos modelos masculinos que están en la cúspide del negocio de la moda. Nosotros los vemos de una forma muy estereotipada y completamente alejados del resto del mundo. Sus acciones siempre van más allá de lo que nosotros esperamos. Si puedes entender este choque de visiones del mundo y puedes reirte de eso, la película será una gozada. Si eres incapaz, probablemente te parezca una película sin sentido.

Si se le da una oportunidad a la película, esta entretiene y más. Es perfecta para pasar un buen rato.

Nos encontramos en White Mounatin, Arizona. Es el año 1975 y estamos siguiendo la jornada laboral de unos leñadores, que más que vivir se conforman con sobrevivir a la dura situación económica que les ha toca afrontar. Por casualidad ven algo extraño, algo fuera de lo normal. Son unas luces que provienen de una parte del bosque. Lo que allí encuentran y ocurre, todavía no está del todo claro.
Esta película es la adaptación al cine del libro que escribió uno de los leñadores que vivieron el extraño fenómeno. Al hacer estas adaptaciones siempre es necesario cambiar partes, así que si has leído el libro, no esperes que todo sea tal cual lo cuentan allí. Nos relata de forma lenta y metódica los hechos que pasaron después de encontrarse con esas luces extrañas. Como desapareció uno de sus compañeros y que ellos lo achacaron a una abducción. Por su puesto nadie les creyó. Puede resultar chocante el aseverar que la historia está basada en hechos reales, y que trate sobre una posible abducción. Dejemos si esto es verdad en duda, porque es el tema central sobre el que trata la película y negarse de plano a que puede haber pasado haría el verla una incongruencia.
Es difícil encuadrar la cinta en un género, porque en sus inicios es poco más que un drama del montón, pero a medida que el tiempo pasa, el guión construye un correcto ambiente a su alrededor de misterio. No encontraremos nada espectacular que nos mantenga sentados en el sillón. Tan solo se apoya en los hechos fuera de lo común que cuenta y en un desarrollo simple y llano para colarnos el punto de vista de su autor en todo el asunto. Se centra en las vivencias posteriores de quien vivió este hecho. Evita preguntas incómodas o dar valoraciones sobre que quieren los alienígenas. Preguntas que seguramente no tengan respuesta, pero que lo reducen todo a una mera cuestión de confianza con la palabra de los leñadores. Aquí no encontrarás la prueba final sobre la veracidad de las abducciones. Ni porqué seres tan altamente avanzados, capaces de viajar por el universo, necesitan experimentar o al menos interactuar de forma cercana con seres humanos.
Lo mejor que tiene la película, son las interpretaciones de sus actores principales. D.B. Sweeney y Robert Patrick consiguen mantener a flote la película con su trabajo. Mejor de lo que esperaba en un principio. Y es que sin ellos convenciéndonos de lo que se cuenta, el misterio que se genera no tendría ningún valor narrativo.
Me siento afortunado de no terminar aburrido de ver esta película. Sencillamente se puede ver, pero poco más. Al final sientes que todo la película fue hecha con el firme propósito de volver a poner de actualidad la supuesta abducción que ocurrió 18 años antes. Así sacar dinero extra por la película y arrastrarte a que compres el libro para saber más.

Dos vampiros viven entre nosotros, ambos pueden caminar bajo la luz del sol, o estar frente a un crucifijo, pero necesitan alimentarse de sangre fresca una vez por semana. El vampiro más joven, encarnado por David Bowie, tendrá un envejecimiento fulminante ese mismo día contra el cual no hay solución. Su compañera tendrá que encontrar otra persona que le reemplace pues ella necesita amor.
La primera película del director Tony Scott, tiene una marcada estética, lúgubre, oscura, depresiva. Como si estos seres no disfrutaran de su vida eterna, o casi eterna, sino que vivieran recluidos en su casa condenados a vivir y alimentarse de los hombres, pero sin posibilidad de disfrutar del mundo que les rodea. Nos muestra como no importa cuantos años o siglos vivas, ni que seas humano o vampiro. Cuando tienes el fin de tú existencia enfrente cualquier medida para burlar la muerte es aceptable.
Tony Scott realiza sus juegos de cámara, intercalando planos, dándole a la película su toque personal. El trío protagonista encaja bien en el papel, sobre todo Catherine Deneuve, pero la película claramente no funciona para mí. No consigue entretener por el ritmo tan lento, tan pesado, tan pausado que tiene. Hay durante toda la película un ambiente opresivo que deprime y consiguió que me aburriera. Creo que con el ambiente y estilo visual hace que pierda el interés en la historia. Siendo arriesgado diré que me parece un intento de reflejar un mundo parecido al que su hermano mayor, Ridley Scott, hizo en Blade Runner. Que allí funcionó completamente, pero que aquí simplemente fracasa.