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España España · Madrid
Críticas de Alvaro
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Críticas 185
Críticas ordenadas por utilidad
9
17 de julio de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ejercicio de estilo único de Win Wenders en un film ecléctico y singular, con un guión que rebosa caminos inexplorados y que aún así encuentra las direcciones correctas. Por eso quizás este París esté en Texas y no en Francia.

La película te sumerge, te atrapa y contorsiona el espíritu de modo que sea imposible escapar de ella cuando eres capaz de darte cuenta que su trazo sosegado pero siempre adictivo ya ha penetrado en tu vista, tu oído y tu cabeza.

La vista quedará prendada de la maestría de sus planos, sus áridos desiertos y sus rojos íntimos; el oído no podrá desprenderse de una banda sonora mítica del cine con los toques de guitarra de Ry Cooder, imitada mil veces; y tu cabeza, tu mente, tu pensamiento se verá inmerso en una historia de redenciones inolvidable.

Memorable Harry Dean Stanton en el papel protagonista de Travis bien escudado por unos secundarios correctos, entre ellos una guapísima Natassja Kinski (Jane).

Con secuencias magistrales (* detalles en el "spoiler") y un guión soberbio, Win Wenders se marca aquí un film de los que guardar para siempre en la memoria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro
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4
21 de septiembre de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo siento, pero 'La vida secreta de las palabras' debe ser muy secreta para Isabel Coixet, porque las de su guión o no existen o bien están tan vacías que podría meterse en ellas todo un discurso de Zapatero en el debate sobre el estado de la nación.

La película se inicia. Muy bonita... pero, ¿qué pasa? ¿qué invento es este? (que diría Sara Montiel). No pasa nada. No, en serio, es que NO PASA NADA.

Sí, bueno, la delicadeza de un helicóptero y una plataforma petrolífera donde hemos de suponer que todo es muy triste porque ha habido un accidente y tal y cual... pero solo lo suponemos, ya que Coixet no nos lo quiere contar mucho. Sus palabras son muy secretas, ya sabéis.

Pero oye, que han pasado 45 minutos de película (que parecían 4 horas) y todavía la protagonista no se sabe muy bien quien es y solo se saca la conclusión de que es más rara que un perro verde.

Y que pasan los minutos y los planos silenciosos, esos que molan tanto porque son muy "cool" y muy "encantada de conocerme y llamarme Isabel Coixet" pero que en realidad de tan repetitivos y tan poco profundos, se hacen pesados. No funciona un plano onírico cuando lo estás repitiendo constantemente y la trama argumental ni siquiera ha empezado. Y no funcionan sobre todo porque el espectador lleva ya un buen rato preguntándose si es muy tonto para los elevados intelectos del film o es que la película le está tomando el pelo.

Y eso que Tim Robbins cada vez que aparece nos hace respirar un poco pensando "es que si sale este tío no puede ser mala".

Bueno, y cuando creemos que la película va a ser más coñazo que las de plano único de Andy Warhol llega la última media hora con el argumento. "¡Hombre!" piensas ingenuamente cuando la protagonista calladísima hasta el momento se pone a soltar el rollo y Tim Robbins hace lo propio.

Plano fijo, Robbins suelta el rollo. Plano fijo, Polley suelta el rollo. Pero rollo de verdad, eh. Maniqueísta a tope, absurdamente torpe, como si en ese momento Coixet se hubiera tomado algo raro y le hubiera dado por escribir todos los diálogos que no ha escrito en la hora y cuarto precedente. Terrible sensación de publi-reportaje.

Y aún así le suelto un 4, porque Tim Robbins da la cara, porque los personajes en el fondo no son tan malos (aunque estén terriblemente llevados), porque el cine está muy mal y porque me gusta ser un zángano gafapasta y yo lo valgo. No, la película tiene su buena factura técnica (se excede, pero bueno) y para según qué momento puede incluso incitarte a la anestesia incluso para puntuarla moderadamente bien en FilmAffinity.

Pero en serio, Isabel Coixet, antes que esto dedícate a hacer bebés gigantes. Artificiales, se entiende.
Alvaro
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3
21 de julio de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Simplísima serie producida por el Disney Channel español (versionando una serie que viene del Disney italiano y que a su vez ha sido adaptado a multitud de países) con la siempre barata fórmula de 'Camera Café' (un solo escenario y cámara fija prácticamente) pero muy, muy lejos del ingenio de ésta. De hecho es un insulto la comparación.

Las tramas son... bueno, son lo que es la serie: Tremendamente simples y muchas veces, exageradamente tontas, burdas y carentes de un sentido mínimamente aceptable.

Lo peor es que una de las protagonistas era la muy apreciable actriz Nadia de Santiago (aquí la listilla Mafalda) y algunos otros pasables como Andrea Guasch (haciendo de la insoportable pija Valentina), Sandra Blázquez (la parlanchina Luna) e incluso el argentino Juan Luppi (el bromista Nico). Sin embargo a pesar de contar con medio plantel de actores prometedores, lo único que da es pena al ver cómo desaprovecharon su talento al servicio de una serie demasiado estúpida incluso para los críos.

Con uno de los guiones con más tópicos por línea que se recuerdan y con tramas masticadas ya por los peores guionistas de series de comedia de todo el mundo, las historias del tipo "El torpe Bertini eternamente enamorado de la pija Valentina intenta conquistarla haciendo una payasada infantiloide" o "el chivato del colegio pilla a Max y Bertini pintando el busto de Cervantes y los lleva al director" o "el cantante famoso hace un videoclip en el colegio dirigido por sus amigos y todo es un desastre", "o el empollón Newton intenta ser aceptado por los demás pero termina comprendiendo que lo mejor es ser él mismo"...

Lo dicho, solo salvable por algunos de los actores que torean los pésimos personajes que tienen como pueden; y porque al menos fue un intento de hacer una serie española en un canal como Disney Channel, todo un avance. Un peldaño por encima del otro intento contemporáneo del canal por hacer ficción nacional, 'Cosas de la vida', aún más lamentable. Al menos 'Cambio de clase' tenía cierta estructura de personajes e historias. Mala, pero la tenía.
Alvaro
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9
1 de julio de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás para escribir esta crítica se me tendrían que aparecer Carlos Boyero, Jordi Costa o el mismísimo Pablo Kurt para aconsejarme (aunque si apareciera Boyero me daría un buen susto, la verdad) y seguramente escribiría (por primera vez en mi vida) una crítica pasable.

Allan (Woody Allen) eligió mejor consejero en esta historia y se lleva consigo al personaje de Humphrey Bogart (Jerry Lacy), sin embargo igual que a mi Boyero no me está ayudando nada a escribir esto, a él Bogart flaco favor le hace aconsejándole ser el tipo frío e irónico que siempre tiene las mejores frases en sus míticas películas. Porque Allan es todo lo contrario que Bogart en 'Casablanca': Torpe, hipocondríaco, más torpe, incapaz de ser él mismo, y por si no lo he dicho, muy pero que muy torpe.

Cuando su mujer le abandona, Allan con la ayuda de sus amigos, el matrimonio formado por Dick (Tony Roberts) y Linda (Diane Keaton), intenta conocer mujeres que le interesen. Pero su atropellado viaje en busca de la fémina adecuada va a ser más complicado de lo que pensaban puesto que el bueno de Allan es difícil que encaje con cualquier ser medio normal.

Una de las comedias más geniales guionizadas por Woody Allen, en la que exprime al máximo su enorme sentido del humor acomplejado, brillante, inteligente, elegante, sesudo, intelectualoide y un poquito snob llegando a la cúspide de la comedia de autor, de su propia forma de hacer películas que con los años se convertiría en prácticamente una religión cinematográfica que congrega en los cines a multitudes selectas una vez al año desde los 70 hasta nuestros días. Amén.

Woody Allen dispara como el mejor John Wayne de los westerns pero no con balas sino con palabras, diálogos rápidos de ágil e ingeniosa respuesta, de pura maestría humorística. Su personaje es el perdedor neurótico que su filmografía nos seguiría mostrando en repetidas ocasiones, pero quizás aquí es donde sentaba las bases y posiblemente en uno de los films en los que más brillantemente cuadraba con la trama y el tono adecuado.

Si a eso le añadimos un Woody Allen pletórico en su actuación, una química desbordante y casi insultante con Diane Keaton y un doble de Bogart llevado a cabo magistralmente por Jerry Lacy, apaga y vámonos.

Y por supuesto el homenaje cinéfilo impagable que toca la fibra de todos a los que nos gusta esto, simplemente genial regalo que complementa la cuasi perfección de la comedia "alleniana" que para terminar de tumbarnos del todo titula 'Play it again, Sam'. ¿Cómo no caer rendidos a sus pies?

Película de visión obligatoria por el bien de su propia salud mental.

(Alvaro) - Bueno, no es la mejor crítica del mundo pero me ha quedado apañada, ¿no cree, señor Boyero?
(Boyero)- No tienes ni puta idea chaval, se te ha olvidado lo más importante de este oficio: Nunca hagas críticas gratis. ¡Yo me forro cobrando por ello! Ale, voy a escribir cuatro chuminadas sobre el cine italiano ¡¡y a vivir la vida!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro
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8
20 de junio de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso se repetía Jerry (Lemmon) apremiado por Joe (Curtis) a la hora de embarcarse en una loca y divertidísima aventura que les lleva a travestirse para no ser encontrados por la mafia e integrarse en una orquesta femenina.

Mítica película de Billy Wilder, haciendo que por una vez la comedia no resulte un género terriblemente maltratado por la crítica tantas y tantas veces.

Un guión repleto de buenos gags y un ritmo trepidante, pero que sobre todo sobresale con unos personajes geniales interpretados por auténticas leyendas del cine: Divertidísimos Jack Lemmon (Jerry) y Tony Curtis (Joe) que obligados a "convertirse" en chicas asumen un auténtico papelón lleno de equívocos y chistes (algunos mejores que otros, todo hay que decirlo) sobre la ambigüedad sexual y los instintos masculinos reprimidos. Eso sí, todos disparados con la puntería certera de un director que no solo es brillante, sino que estaba en un gran momento.

Luego tenemos a una Marilyn Monroe (Sugar Kane) dando lo mejor de sí en su papel perfecto: Sensual e ingenua, pero con innegable encanto bien dosificado.

Sin desmerecer al resto de actores, cabe destacar a un secundario que este film inmortalizó para la posteridad: Joe E. Brown como el cándido millonario Osgood, que siempre será recordado por su sonriente rostro en ese final que todos conocemos, broche perfecto y casi surrealista para una comedia irrepetible por su cantidad de grandes secuencias* y homenajeada hasta la saciedad a lo largo de los años.

Y por supuesto, la gran puesta en escena de Billy Wilder, con una narración medidamente ligera pero no exenta de secuencias construidas con mimo y detalle, haciendo fácil lo difícil. Una lección de cómo rodar cine en toda regla.

Una trama bien enlazada con momentos absolutamente épicos convierte a 'Con faldas y a lo loco' en uno de esos clásicos imprescindibles del cine que no defraudan a nadie con conocimiento de causa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro
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