Me emocionó la pelìcula, lo reconozco; pero era inevitable: pertenezco a la generación que cruzó la pubertad con la música de los "Fab Four", el hippismo, el mayo francés, etc.
Sin embargo, lo que quisiera destacar de ella - a la que considero una sucesión de videoclips ensamblados en un paneo de 50 años de historia - es la solvencia de los "covers": hacer nuevas versiones de las canciones de Los Beatles es casi imposible. Y sin embargo el film lo logra varias veces, cosa que a lo largo de las últimas décadas pocos han conseguido. Tal vez no lleguen a la dimensión de Joe Cocker con "A Little Help for my Friends" en Woodstock, o a la de Tony Bennett con "Something", pero son buenas interpretaciones. Se pasa un emotivo momento viéndola, ya que también ofrece atractivo a través de imágenes muy potentes. De todas maneras, así como "Amadeus" no utilizó como banda de sonido los arreglos de Lopez Cobos (¡ni los de Waldo de los Rios!), hay algo infructuoso en recreaciones como las que intenta esta buena película.

Buena película de supervivencia en un entorno extremo y con una solvente actuación del protagonista principal, a partir de cierto momento acompañado por una silenciosa partenaire, cuya aparición trae como consecuencia un mayor arrojo para buscar salvación común. Algo encomiable sobre la empatía humana.
Entorno natural ártico, accidente de avión y piloto solitario -por un rato- tratando de sobrevivir. Quizás en este aspecto sea un film tecnológicamente algo desactualizado, ya que hoy día hay gran cantidad de recursos propios y ajenos para ubicar una catástrofe aérea; pero no por ello deja de ser entretenida, sin exagerar. Se puede ver.

Indudablemente, hoy hay nombres que están muy en la palestra del negocio cinematográfico mundial. Y empresas influyentes en la crítica que posicionan sus productos... Pero a riesgo de ser considerado un charlatán por volcar opinión sobre un film del que he visto solo la cuarta parte, el mero hecho de que en ese rato no haya conseguido despertarme el más mínimo interés, me es suficiente razón para calificarla con 3, ya que no existe la opción del título.
Pasados mis 60's, con miles de films vistos y otros tantos por ver -entre lo mejor que se ha hecho en la historia del cine mundial-, sinceramente... sumarle a la media hora que pude tolerar, casi otras dos horas de paciencia a una película hablada en el nivel de lenguaje de empleadas domésticas mexicanas, excede mi magnanimidad humanista. Más no por cuestión de xenofobia, en absoluto, sino por simple aburrimiento de espectador. Y si tal como dice mi criteriosa esposa, me he perdido toda la posterior riqueza socio-histórica del film, pues...lo lamento.
Por último, con respecto al "artístico blanco y negro" de Cuarón -tan destacado por muchos-, los invito a ver las maravillas que se han hecho con esa técnica desde el nacimiento del cine a los años 60. Por ejemplo -por nombrar uno solo entre genios-, recomiendo la filmografía de Ozu. Y después hablamos...

Nota: este film es homónimo de una insoportable película argentina de Aristarain (2002), también sobrevalorada por la crítica. Salvan al título el gran Fellini, y la extraordinaria serie de TV, una de las mejores que se hayan hecho en ese formato.

Tal vez por vivir en un país que está atravesando una grave crisis, y saturado mediáticamente de malas noticias, mi disposición a ver una larguísima película sobre un tema tan remanido, tan plagado de disvalor y miseria humana, no sea el adecuado para disfrutarla como parecen haberlo hecho la mayoría de los pre opinantes.
Que se trata de un tour de force actoral y cuenta con la dirección de una leyenda viviente, es indudable. Pero más allá de las antológicas performances de De Niro, Pacino; Pesci y todo el reparto, el film en sí no me aportó nada nuevo, original ni particularmente interesante.
Cómo fueron los pormenores de la "Tod und Verklarung" de Jimmy Hoffa, no me parece contemporáneamente relevante para nadie más que para la siniestra sociedad norteamericana y los amantes del género a nivel mundial. Quizás la relación entre mafia, sindicatos, el asesinato de Kennedy y el entrelazamiento con la política, aún tengan alguna relevancia. Pero la sensación final que me ha dejado el film, es de una profunda decadencia moral, tanática y anacrónica. Esperaba -de manos de uno de los grandes directores de todos los tiempos- "algo nuevo", que nunca apareció. A menos que le podamos llamar novedoso al "canto del cisne" de artistas épicos al acecho de las sombras de la muerte... Y como agravante a lo que considero un producto del montón -con excepción de los logros antes mencionados-, con una duración wagneriana que me ha dejado la sentadera paspada...
¿Recomendarla, no recomendarla? Obviamente nadie necesita mi consejo; semejante producción de proyección mundial trasciende cualquier crítica. Pero de querer hacerlo, sepa quien preste atención a estas líneas que, si bien se ha de encontrar con una cinematografía artística y técnicamente perfecta -como era de esperar-, no verá una gran película. Porque The Irishman no es El Padrino, Erase una vez en América ni Cara a Cara, entre innumerables ejemplos de films estadounidenses y del resto del mundo sobre mafias y gángsters. ¿Qué tiene algunas reflexiones metafísicas sobre la condición humana? Puede ser...; la vejez pone a toda persona a repensar su vida. Y su próxima partida...

Me congratulo al saber que los franceses no han perdido la capacidad de hacer "policiales negros", de la mejor factura, como es este. Opresiva y exigente, "Un profeta" es un film que incomoda, mostrando la crudeza del peor ámbito de convivencia del ser humano (fuera de la guerra), en cual pocos han de ser los que se rehabiliten y reintroduzcan en la sociedad constructivamente.
La trama es compleja y no fácil de seguir, requiere atención para comprender como un personaje de carácter introspectivo y - hasta - sumiso, puede ir construyendo una estrategia a futuro mediante tácticas de relación al borde del abismo. Como consigue "manejarse hábilmente" entre quienes tratan la vida y la muerte con similar desprecio. Además, hace sentir terror frente a la posibilidad de caer preso, no importa donde sea.
"Un Profeta" no es una película que vaya a sacarnos una carcajada, ni siquiera una sonrisa: nos mantendrá en tensión, serios y angustiados durante todo su desarrollo. Pero aún así, no deja de exhibir ciertas dósis de humanismo... a cuentagotas. Gran película: ardua pero magnífica.