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España España · Valladolid
Críticas de Marcos B
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Críticas 76
Críticas ordenadas por utilidad
8
21 de julio de 2023
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pateo sobre la tarima de madera advierte sobre la lluvia de neutrones, real y ficticia, que bombardea atómo y mente. Una ráfaga imperceptible, capaz de liberar toneladas de energía, derivada de la más gozosa creatividad y el más profundo de los tormentos. Una mirada puede ser todo o nada al mismo tiempo, apropiándose de la capacidad de crear y destruir de manera simultánea; el proceso de creación de una obra de arte no difiere realmente del modus de formulación matemática, entendiendo esto como una manera de alterar la realidad consiguiendo diferentes efectos: los procesos cognitivos que nos hacen llegar a la conclusión de la extrema belleza poética que nos emociona ante algo, y las derivaciones de la física que, no entendiendo de útil y terrible en sí mismas, se nos presentan como hechos de causa y consecuencia.

‘Oppenheimer’ (2023), es el duodécimo largometraje dirigido por Christopher Nolan. Un trabajo que, al igual que su protagonista, mira más allá de lo aparente, quebrando y fusionando umbrales de compleja estructura. La historia de J. Robert Oppenheimer, considerado el padre de la bomba atómica, minuciosamente retratado durante su carrera científica y personal. Cillian Murphy, pasa a formar parte de la lista de los roles atormentados a lo largo de la filmografía del realizador británico, ofreciendo una cautivadora y magnética interpretación del científico neoyorquino. El intrincado laberinto de una mente global consciente, yendo un paso más allá de las leyes naturales conocidas hasta entonces, tomando el testigo de las mentes más brillantes de inicios del Siglo XX, hasta confluir en el artefacto del antes y el después. Una psique del “principio” y el “fin” trazada con leyes divinas en tratados y pizarras.

Nolan, despliega su imaginario audiovisual para trascender en su ambición cinematográfica. Construye un relato profundamente clásico, sin estar reñido con la disyuntiva narrativa; utiliza un elevadísimo número de emulsiones analógicas para que el soporte tenga capacidad de comunicación orgánica. Diferentes tipos de película y combinaciones de blanco y negro y color para saltar adelante y atrás en el tiempo y el espacio. El grano cinematográfico heredero de las reacciones químicas fotográficas, unas veces fino, otras espeso, viscoso, grumoso y vibrante; átomos invisibles en pantalla provocando una explosión emocional. Una historia que se mueve entre la ciencia, la carrera armamentística, la Caza de Brujas de McCarthy, la locura de Los Álamos con Trinity y auditorías de descrédito personal.

Se muestra implacable, e incluso irritante, con el uso del sonido. Nolan lo amplifica, quiere y pretende que oigamos el sonido de las ondas y las partículas. Nos bombardea al unísono del estado emocional de Oppenheimer. Nos seduce con su curiosidad, la alquimia de la física y su acción final; por el contrario nos emociona con un hombre, consciente en todo momento de sus actos, expectante por el avance tecnológico, y posteriormente destrozado por la crisis moral debida a lo acontecido. Mención especial merece la partitura de Ludwig Göransson, contenida y extrema casi a niveles cuánticos.

Un reparto estelar acompaña a la figura de Oppenheimer. Robert Downey Jr. resplandece en su papel de Lewis Strauss, presidente de la AEC y figura clave en el desarrollo militar norteamericano. Nolan bendice con identidad propia a la gran cantidad de personajes que aparecen, ofreciéndoles una identidad personal que aporta y abruma a partes iguales.

‘Oppenheimer’, maravillará o irritará al espectador con su mortecino espectáculo nuclear. El film propone algunas de las secuencias más escalofriantes surgidas del conocimiento y pensamiento de nuestro anfitrión. Pone sobre la mesa un peligroso juego de dados en manos de la especie humana. Indaga en la Historia reciente, reflexiona sobre el presente, y siembra terroríficas incógnitas sobre nuestro futuro. Dibuja en dimensiones distintas “una poética de la guerra y la autodestrucción”; tan determinante como quien controle el vuelo de las V-2 alemanas, tan acongojante como el hipotético cruce final de misiles en un mundo azul que se tizna de negro. Un reconocimiento, que en palabras de Albert Einstein, no será para usted; quizá tampoco para Nolan. Partículas y ondas, Cine y expresión.



https://cinemiamor.wordpress.com/2023/07/21/usted-oye-mas-que-musica-oppenheimer-2023-christopher-nolan/
Marcos B
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6
27 de agosto de 2017
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es Verónica no sólo una película de terror convencional. Es ante todo el epílogo de una mujer, que superada por sus circunstancias, toma una deriva de difícil explicación, aunque con amplias capas de lectura. Es esto, lo que enriquece sustancialmente a un guion en apariencia lineal, pero lleno de recovecos no nombrados o apenas sugeridos. Es eso que vemos pero no vemos, lo que hace de Verónica una película muy especial.

Paco Plaza parece haber vendido su alma, en pro de la alquimia del cine bien hecho. Es capaz de transportar al espectador, a una epoca y lugares muy concretos. Nombrando y recordando a maestros como Narciso Ibánez Serrador, Darío Argento, Carlos Saura, o al recientemente desaparecido Tobe Hooper; pero siempre haciendo muy suyo el contenido. Existe un trabajo de fotografía ejemplar, que acompañado por un diseño de sonido muy inteligente, hacen que se consiga una atmosfera muy particular, que se aleja de arquetipos norteamericanos, girando hacia Europa, y focalizando a un ambiente netamente hispano, que no será impedimento para el espectador internacional. Es más: su costumbrismo, estrato social, y la forma de actuar de sus personajes consiguen beneficiar a una presión latente, que poco a poco se va haciendo insoportable.

Una planificación estupenda, con travellings y movimientos de cámara, que hacen que nos introduzcamos perfectamente en un colegio, unas calles, pero sobre todo una vivienda muy cerebral, que parece distinta según se vea alterada por el estado emocional de su protagonista. Paco Plaza no duda en escatimar en presencias y efectos paranormales, pero siempre con la duda de si se están produciendo realmente por pura demencia. El caso es que esa pérdida de lucidez de Sandra Escacena (debut impecable), nos hace dudar de que existan dichos fenómenos, y sea ella la única artífice de la tragedia. Plaza nos permite elegir de forma muy hábil. En cierto momento en plena traca final, Verónica pierde durante unos instantes el conociemiento, y los fenómenos se detienen. La ambigüedad con lo que se muestra todo: esas amigas que no son amigas, esa presión por tener que vivir un papel que no corresponde a su edad, y sobre todo esos consejos de profesores a destiempo, de apariencia terroríficos; y una obsesión por lo oculto que se magnifica dentro de estados alterados.

Música de sintetizador, y temas de Héroes del Silencio para nada gratuitos. canciones que hablan como un protagonista más de ella. La cuenta atrás final de 'Hechizo' se convierte en un verdadero escalofrío, adquiriendo un nuevo significado, porque notamos que la vamos perdiendo de forma irreversible.

Cualquiera que trabaje con niños pequeños, sabe lo díficil que es dirigirles. Aquí sucede el milagro de que no chirríen, y den unas interpretaciones muy naturales, resultando cargantes en muy pocos momentos.

Y el inspector de policía. Meláncólico en su despacho, cuando ya nada se puede hacer. En ese agnosticismo en que comienza a escribir el expediente. Cine que te deja verdaderamente tocado.
Marcos B
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8
14 de abril de 2016
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suelo escribir muy pocas reseñas pasionales sin título, a cambio de sentirme realizado y vivo.

Hay muy pocas películas que consiguen atravesar la finísima frontera de lo puramente cinematográfico, para trascender a lo puramente sentimental y humano, y con ello llegar a cierto abismo limítrofe, en el que espectador y película dejan de existir, para rebozarse a fuego y nunca despegarse. Si ya es difícil conseguir un solo estado de ánimo, conseguir varios: dos a nivel puro: la culpa y la tristeza; y uno a trazo impresionista: la alegría, se revela como una gesta con cierto componente épico muy difícil de explicar con palabras, pero sencillo de experimentar con el trasiego diario.

Julieta es como esas cosas que no se dicen a tiempo, luego se enfrían, y resultan muy complicadas de expresar. Como una exhalación, comparable al momento en el que un vaso se cae de tus manos, y oyes el resquebrajar de los cristales. Comparable a un travelling hacia atrás y sin frenos que dolorosamente se separa y calla.

Cuando la música de partitura, el guión, y el montaje no se notan se consigue el estado de naturalidad perfecto. Ese es el punto de fuga del que parten las artes fílmicas. El estado de gracia ignoto, lejano a discursos de artificio e interpretaciones sin alma. Dicen que es coral, pero es mentira; Julieta es sólo una persona interpretada por dos actrices superlativas, que de ninguna de las maneras puedo separar.

Julieta son los pedazos de una fotografía rota, con el destino de unirse pronto; aunque sea en silencio. El silencio más profundo y estremecedor que alguien puede llevar en su interior. Tanto es así que duele. Julieta es deambular por la vida, mirar frente a frente a la otra persona, sin jamás poder percibir los profundos secretos que calla.
Marcos B
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5
29 de octubre de 2021
29 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces en el cine reciente la cámara se encuentra tan pegada a su actriz principal. La capta desde todos los ángulos posibles, en todas las secuencias posibles, y muestra todo el dolor y el sufrimiento del personaje. Un personaje, el de Anne, que es capaz de devorar la cámara con todas sus apariciones; porque es capaz de mostrar tantos registros interpretativos, como sentimientos se producen en su interior. Su actriz, Anamaria Vartolomei, está inmersa y totalmente inmensa en el que es su infierno personal.

Un embarazo no deseado desata este drama con el tiempo en contra y dividido en semanas de gestación. Audrey Diwan, directora francesa, se alzó con el León de Oro de Venecia gracias a este segundo largometraje dentro de su carrera. Película que relata la soledad de su protagonista, cuando se entera de que se ha quedado embarazada. Un evento no deseado, que amenaza con provocar el comienzo del fin en su brillante trayectoria como estudiante de literatura. Atrás quedan las clases, las fiestas, sus compañeras, los chicos; por delante se abre un destino incierto que dinamita su vida tal y como la conocía. Desgarra comprobar como nadie sale en su ayuda en la Francia de los años 60. Los médicos que comprenden pero se lavan las manos, sus compañeras se apartan de ella, y decirlo a su familia queda descartado. Su expediente académico se empieza a resentir y su vida se viene abajo. La clandestinidad y sus riesgos se abren como única alternativa.

Es importante hacer hincapié en que ella no desea tener un hijo. Es su decisión en un entorno que aliena, y que no deja dudas de los actos que llevará a cabo. Vendiendo sus libros, sus joyas, sus pertenencias, para pagar en un mercado negro la interrupción a toda costa. Anne nunca deja dudas del camino a tomar.

Ahora bien, la película toma el camino de la omnipresencia actoral. Todo sucede por y para ella, y la sensación de estar alargando la acción pesa llegados hacia la mitad del film. Audrey Diwan utiliza una depurada técnica para tener la atención del espectador en todo momento. Desarrolla la acción en los años 60, sí, pero están tan desdibujados que nos olvidamos de este factor. Lo que para unos convierte esto en una virtud, para mí acarrea cierto lastre. Asisto con atención a todo lo que ocurre, pero lo que sucede no me importa ni impacta demasiado. Hay técnica cinematográfica, pero no hay pasión genuina en el relato que escucho. Una buena interpretación no es pasaporte exclusivo para transportar una globalidad hierática. Echo de menos un contexto más definido en el que las demás piezas tengan valor. Algo que sí sucedía en la película de Cristian Mungiu, '4 Meses, 3 Semanas, 2 Días'; en el que la totalidad era una suma proporcionada de todas las partes: entorno, familia, espacios sostenidos, o terror político. Diwan juega todo a la misma carta, y aunque acierta con las formas deja una cierta sensación de indiferencia.

Buena dirección de fotografía, que se va tornado sucia y siniestra según van pasando los instantes; muchas veces cámara en mano para hacer más natural lo que vemos en el encuadre. También la partitura acompaña en este potente drama. Un acontecimiento que supone un punto y seguido en la vida de Anne como persona que toma las riendas de su propia existencia.


Publicado originalmente en: https://cinemiamor.wordpress.com/2021/10/29/66-seminci-punto-y-seguido-el-acontecimiento-audrey-diwan-2021/
Marcos B
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7
24 de octubre de 2021
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Querido Stanley, me decido a escribirte unas líneas para saludarte y contarte como siguen las cosas aquí, en el mundo de 2021. Imagino que las películas y festivales, allá dónde estés, siguen su curso desde que te marchaste después de 'Eyes Wide Shut'. Aquí la vida no se ha detenido y se siguen pasando tus películas con un halo de mitomanía que no sé que te parecerá. El espectáculo no se ha detenido aunque los cines pasan un bache bastante peliagudo desde hace unos añitos, además un bichejo tocapelotas nos ha puesto contra las cuerdas, pero parece que poco a poco empezamos a levantar cabeza.

Ayer volví a ver 'A Clockwork Orange' en el mismo sitio de España en el que se estrenó hace 50 años. El teat… La universidad no ha cambiado mucho, aunque está bastante arreglada desde que la restauraron, un poco en la línea de la copia que ayer se proyectó. Ahora cogen el negativo, escanean a 4K, le meten HDR y se le videan todos los poros de la quijotera a Malcolm McDowell. Por cierto, el bueno de Malc se pasó ayer por la noche después de la proyección de tu película, para presentar un nuevo documental que narra las vicisitudes que pasó La Naranja para poder estrenarse en la Seminci. Le dirige Pedro González Bermúdez, no sé si te sonará; es un realizador español que ha dirigido varios documentales y hasta le dieron un Goya hace unos años.

Pues verás, ha reunido no solo a Malcolm McDowell, sino a Carmelo Romero, Fernando Herrero, Gustavo Martín Garzo, Vicente Molina Foix (¡de este te tienes que acordar!) y a muchas personas y espectadores que de un modo u otro se vieron envueltos en la conspiración del estreno ¡Que mal se lo hiciste pasar a Carmelo! Por aquellos años dirigía el Festival de Valladolid, y que si le enviaban la copia, que si se la hacían devolver, que si le autorizabas a proyectar, que si no ¡Hasta nos amenazaron con una bomba durante la proyección! Menos mal que fue una trola y no acabaron más exprimidos que una malla de naranjas. Vaya faenas con el taquillaje, la gente haciendo noche para ver la peli el 24 de abril de 1975. Pero como la gozaron. Pasaron de la censura, resistieron cargas policiales por la noche, rehicieron la cola unas cuantas veces, ¡y todo por ver tu película de ultraviolencia!

Ya, si lo pasaste mal con 'A Clockwork Orange', y la tuviste que retirar. Pero la gente quería ver, y no todos los espectadores son unos descerebrados que se lían a hostias con el primer vagabundo que se cruzan. La gente, en general, sabe diferenciar entre lo que ve en la pantalla y lo que sucede en la vida cotidiana. Menos mal que con el tiempo recapacitaste y no nos privaste de la película. Eso de poner barreras al arte no mola, sobre todo cuando te habías currado tanto la película. A día de hoy hay personas que se escandalizan con ella todavía, pero ven las noticias religiosamente sin apartar la vista de la pantalla. Y sale cada cosa…

Gonzáles Bermúdez, el del documental, ha hecho un buen trabajo. No sé si le habrás visto ya. En el salen personas que no han visto la película, aunque en general la iconografía les suena. Aparece el grupo de personas que te mencionaba antes, luchando por llevar tu arte al público a pesar de todas las dificultades. Encima te diviertes porque es una película sobre tu película ¿Qué más se puede pedir, Stanley? Encima Malcolm se canta el I’m Singing in the Rain. Vaya voz tiene tu humilde narrador. Dicen que no se podría hacer actualmente un trabajo como el tuyo. Son tiempos de corrección extrema y si te expresas por la tangente te apartan o te machacan ¡Cómo en tu película pero sin habernos endiñado el Ludovico!

Bueno, Stanley, te dejo tranquilo un rato. Solo una cosa más, perdona a Carmelo Romero por engañarte con lo de la proyección en la Universidad de Valladolid, pero los medios para proyectar allí eran precarios y que mejor que hacerlo en un buen teatro. Seguro que lo entiendes, y además yo creo que te hizo un favor. Insisto, si no has visto el documental de Pedro González Bermúdez, 'La Naranja Prohibida’, dale una oportunidad. Vale mucho la pena ¡Un saludo y hasta otra, Stan!


Publicado originalmente en: https://cinemiamor.wordpress.com/2021/10/24/66-seminci-a-ti-estimada-pelicula-vetada-la-naranja-prohibida-pedro-gonzalez-bermudez-2021/
Marcos B
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