Vaya por delante que no me parece una mala pelicula. Los fans del biopic deportivo y del tenis saldrán de la sala (si es que queda alguien que vaya al cine) con una sonrisa de satisfacción. Es entretenida, bien narrada y aunque se haga un poco larga, sus buenas interpretaciones la hacen llevadera, encabezados por un Will Smith, en un film hecho por y para su lucimiento, y, especialmente, por una Aunjanue Ellis brillante (¿nominación mejor actriz de reparto?) como la sufridora y sacrificada madre de las hermanas Williams, teniendo que soportar al cantamañanas de su marido.
Lo que me da reparos para subirle la nota y no me termina de convencer es el tratamiento casi santificado del padre de las criaturas por parte del director y su equipo. En mi opinión, si bien es cierto el mérito de ese señor en advertir el talento natural, repito NATURAL, no gracias a él, de sus hijas para jugar al tenis y su esfuerzo para introducirlas en un mundillo tan exclusivo como el tenístico en una familia de pocos recursos, su papel en la carrera profesional de sus hijas debería haber terminado ahí. Su famoso "plan" estrafalario solo sirvió para entorpecer la trayectoria de sus hijas. Estoy convencido de que Venus y Serena, a pesar de su brillante carrera. la hubieran tenido todavía mejor si se hubieran apartado de ese charlatán de pacotilla, que fue el culpable de muchas de sus salidas temporales del circuito de la WTA. Atribuir sus éxitos deportivos a los disctubiles métodos de su padre es cuanto menos una idiotez.

No iba a hacer crítica de esta película, porque no me gusta hablar de las pelis que me molan. Es mucho más fácil criticar que alabar. O por lo menos para mí, me encuentro más cómodo con el insulto que con la cursilería. Cuestión de gustos. Pero dada la calidad de la película, voy a hacer una excepción. Incluso a pesar de ser francesa, "rara avis" encontrar en un cine de capa caída como el francés una historia con la fuerza de "Amelie".

Mi resumen de la película es que es sencillamente genial. He leído gran parte de las críticas de "Amelia" (no todas, a día de hoy son casi 260) y he comprobado algo que no suele pasar. Cuando una película gusta, siempre suele haber más críticas positivas del género femenino que del masculino, que también hay, pero son más reticentes a la hora de caer rendidos, en masa, ante una película. Sin embargo, con Amelia pasa al contrario. Somos los hombres a los que se nos cae la baba en manada ante una historia que en el fondo no deja de ser cursi y ñoña, contada de una manera increíble, protagonizada por una mujer, pero al estilo masculino.

Más que la historia, nos gusta Amelia. No me refiero a que la Tatou esté especilamente guapa en esta pelicula, sino a su carácter, que es más cercano al que suelen tener los hombres, en especial los de la edad de Amelia, solitarios, raritos, idealistas, apegados a manías que sólo ellos comprenden y con las que son felices, y fieles a unos principios increblantables no escritos que no cambian por nada. En cambio para las chicas, no digo todas pero es la imagen que se tiene socialmente, suele tener más importancia las relaciones sociales, el miedo a la soledad, el conseguir amistades y el "caer bien" al precio que sea, aunque los medios no sean los apropiados, renunciando a la propia personalidad.

Amelia representa la chica perfecta con la que todos los chicos sueñan, y si ademas está tan buena como la Tautou todavía mejor. Y por eso cuando ves la película, al acabar te sientes en un estado de euforia porque piensas que puedes encontrar a alguien como Amelia esa noche después de ver la peli. Y es cuando escribes las crítica.

Sin embargo, chicos, tengo que decir que al cabo de unos días, vuelves a la triste realidad, a la rutina de tener que aguantar nimiedades, a tener que ir de tiendas, a escuchar sus inaguantables problemas con su hermana o con sus compañeras de trabajo si quieres mojar. Si prefieres pasar del tema y esperar a que aparezca alguna Amelia, puedes irte a casa y ya sabes, a darle a la zambomba, pero al cabo de un tiempo te acabarás rindiendo a la evidencia. Es lo que hay. Avisados estáis.

- Perdone, camarero, ¿habla inglés no?
- Of course!
- Bueno, mire a la rubia esa... ¿está buena verdad? Pues me la he ligado en el tren, le he dicho que de pequeño veía a mi bisabuela muerta en el jardín y la tía se ha venido conmigo! Increíble! Cómo son de facilonas las europeas! Yo que en Estados Unidos no ligo ni pagando. El caso es que lleva todo el día hablando sobre la vida, lo divino, el amor, la muerte... y no hay quien la calle, y me la quiero tirar esta noche, que mi vuelo sale mañana. Mire a ver si me puede dar una botella de vino, que yo luego un día de estos se la pago.. a ver si se anima con eso.
- ¿No llevas dinero?
- Qué va, es que llegué a Madrid hace 3 semanas a ver a mi novia, pero me dejó, y entonces busqué el vuelo más barato que salía a Estados Unidos. Y encontré uno en Viena. El problema es que salía a las 3 semanas, así que pillé un interrail y he estado viajando por Europa todo este tiempo y gastando mucho más dinero que si me hubiera ido directamente desde Madrid. Soy así de listo. Y lo poco que me quedaba lo he dado de propinas a un poeta por un poema precioso, a una bailarina por una danza preciosa y a una bruja por no sé qué, pero seguro que fue precioso. Yo es que soy muy sentimental.
- Bueno, man, no te preocupes, yo te doy la botella y ya me la pagas cuando puedas. Aquí en Europa somos así. Y que tengas suerte con la rubia.
- Muchas gracias, señor. Europa es la polla. Y con la rubia no creo que me deje tirármela, porque el Linklater este es muy romántico, y sólo me deja besarla. En realidad, besarse es más íntimo que follar. Por eso nunca me gustaba que mis novias besaran a los hombres. Hubiera preferido que se los jodiesen.

Queridos filmamig@s, estamos ante una película de esas que te ponen los pies sobre la tierra, de esas que te hacen valorar lo poco que tienes y te hacen dar gracias de la gran suerte que tienes de estar vivo y lúcido, y de poder vivir para contarlo.

Casi siempre estamos más preocupados de complicarnos la vida, antes que de disfrutar de lo que tenemos, de lo que somos y de los que nos rodean. Por más que nos empeñamos en mastodónticas aspiraciones y en estériles preocupaciones, son en los pequeños detalles dónde encontramos la felicidad más absoluta, como poder disfrutar libremente de un paseo, solos o en compañía. La cita "Lo esencial es invisible a los ojos" cobra todo su sentido viendo esta película.

Gran historia, mejores interpetaciones y buena dirección para una película sencilla y honesta, muy recomendable de ver en esta sociedad de superhombres y supermujeres en la que vivimos. A pesar de la temática, uno se siente un poco mejor persona después de verla. Una pequeña cura de humildad. Una pequeña joya olvidada.

Película rara de un tío raro de cojones. Es un poco castañazo y demasiado larga, pero está interesante hasta justo el momento en que el tío empieza hablar. Es mucho más emocionante la incertidumbre de no saber porqué no habla que averiguarlo. Te imaginas que el tío tiene unos problemas flipantes, que está amenazado de muerte por la mafia siciliana, que tiene los huevos llenos de chinchetas o cualquier cosa chula, para al final descubrir que está así por un problema de chochitos. Buah!

Y justificar ese comportamiento absurdo y pusilánime a un sentimiento de desamor, como he leído en la mayoría y repetitivas críticas de esta, sin embargo, digna película, me parece insuficiente y poco creíble. También he leído críticas de que para entenderla bien hace falta haber vivido un desengaño amoroso. No comparto esa opinión. Todos o casi todos hemos sufrido fracasos sentimentales y no nos hemos vuelto majaras ni hemos empezado a andar sin rumbo fijo dejando pasar la vida. En absoluto me parece poética esa imagen del desamor, a mi entender, esa imagen se parece más a la de un fracasado. Hubiera sido más digno superar el desamor con rabia, valentía y orgullo, que al final es lo que hacemos todos, y no con una actitud perdedora. Pero bueno, contada de esta manera, a tenor de las críticas, el director cumplió su objetivo. Para gustos los colores, por eso existe el Arco Iris.

Sin embargo, a pesar de que el niño es un poco bastante tonto, más o menos mantiene la intriga hasta el final y se hace soportable. Pero el final es el peor de la historia del cine, son los 30 minutos más largos de tu vida, tienes que hacer un verdadero esfuerzo para mantener la concentración, lo cual le resta bastantes puntos. Un interminable monólogo con un primer plano larguísmo de la tía llorando es más propio de una obra de teatro que de una película de culto. Ni sensibilidad ni leches, se lo podía haber ahorrado.

Lo mejor es la actuación de su cuñada y de su hermano, que molan, descubrir que antes se podía fumar en los aviones, y que a pesar de tanto avance tecnológico, los walki-talkies han sido y serán el mejor invento de la historia, el más últil y el más barato. De lo peor es la banda sonora, que es la misma de "Documentos TV" con el gran Pedro Erquicia.

- No tengo miedo a las alturas, tengo miedo a la caída.