¿Te gustan las hamburguesas? Seguro que sí, como al 80% de las personas, pero seguramente no sea tu plato favorito. Y es que aunque coloques el pan mejor horneado, con una carne de ternera de la mejor calidad que encuentres, le añadas los vegetales más frescos y le pongas el queso más sabroso, no deja de ser solo tan solo una hambuerguesa. Pues esto es lo que ocurre con esta película, gran concurrencia de actores de alta talla para un guión mediocre y predecible. Los últimos 10 minutos son los más sobrecogedores, eso sí, no queda duda de que F. Gary Gray puso todo de su parte porque la dirección está muy lograda.

Outland o como se conoce en España, ATMOSFERA CERO, es tan solo eso, su atmósfera, porque si el guión lo encajas en un montón de calles neoyorquinas y con el típico actor de cine de acción, sin dar nombres por no herir la sensibilidad de algún seguidor, se queda en una pobre cinta de baja calidad cinematográfica, y realmente es una lástima, porque el escenario sóbrio, ominoso y espacial donde está rodada está realmente logrado. Por otro lado, un Sean Connery de cariz inmutable y con livianos atisbos de intelectualidad, le dan al protagonista cierto aire místico. Verdaderamente para semejante papel, su persona no podría haber encajado mejor. En definitiva un film necesario para los amantes de la Ciencia Ficción y abobinable para los partidarios de un elocuente guión.

Almodóvar conforma una película más propia de lo divino que de lo secular, donde lo andrógeno y lo androgino se simultanean a su albedrío y capricho, dejando entrever entre unos topics de cine más propios de Polanski su idiosincrasia sobre el sexo sin condición y genero; y sobre los límites de la pasión.

Drama social que escenifica la segregación racial en Australia durante los años 30 y 40, mediante el ejemplo de tenacidad de tres niñas recluidas en un centro donde son instruidas para servir al hombre blanco y del cual escapan con el fin de volver a su casa que dista 1200 Km. Todo ello narrado de forma algo frívola y con unos actores de no demasiadas dotes interpretativas, la banda sonora ocasionalmente te sugestiona a alguna escena de relativa espiritualidad.

Te sientas a ver esta película y con otros títulos de este director como 12 monos (aunque es posterior) o Brazil, puedes estar a merced de un film surrealista, Cyber punk, fantástico e incluso ilógico, ya sea por momentos o en su totalidad. Pues quizás, EL REY PESCADOR, es de todas ellas la que menos tendencia tiene a esa locura subsistente. Es por ratos hilarante, en otros estúpida y a veces tierna, combina una fútil historia de amor salpicada con tintes quiméricos en un escenario como New York, donde puedes pasar de ser alguien a no ser nada, o a la inversa, con la misma facilidad.