Un frac sirve de nexo entre 6 historias que contienen tremendas actuaciones de grandes actores además de comedia, dramatismo, ironía, ternura, amistad, romanticismo, etc. Hay historias algo más flojas pero en conjunto te hacen disfrutar al compás de un ritmo idóneo, una buena dirección y una genial fotografía con los brillantes blancos, negros e infinidad de tonos de gris característicos de los años 40. Me encanta cuando películas así me hacen perder la noción del tiempo porque me meten de lleno en los diálogos y me hacen disfrutar de esta forma.

Apasionante película con un montón de "efectos especiales" porque para mí realmente lo son. Tiene un montón de planos en picado, zooms (no sé si se escribirá así), primeros planos a través de un objetivo y cómo las imágenes que se enfocan a través de esa cámara se ven con ese enfoque en negro y simulando ser un teleobjetivo.
Pocos actores, un decorado que es siempre el mismo pero que tiene todo el encanto de una pequeña comunidad de vecinos de barrio, un patio trasero al que no le falta detalle. La finca que se observa a través de la ventana está llena de actores que no abren casi la boca pero que dejan bien clara su historia, sus problemas, su día a día...
Tiene momentos de casi todo; mucho suspense, intriga, angustia, romanticismo e incluso algún momento cómico.
Dirigida de una forma espectacular, con una música que encaja a la perfección y con un James Stewart que sabe, sin moverse prácticamente de la silla, expresar con los ojos todo lo que está viendo.
No es uno de mis directores preferidos pero, sin duda, esta película merece toda mi admiración y un huequito entre mis películas favoritas.

Empezando por que la opinión de cada uno es libre, me da mucha pena leer ciertas cosas sólo porque quedan muy bien escritas y hace parecer a uno más machito.

Es una película conmovedora, mágica, es un mundo de fantasía y como tal hay que valorarla. Un drama muy conseguido que hace que la sensación que se quede sea dibujar una sonrisa en tu cara. No la encuentro ni simple ni sensiblera ni empalagosa, me parece que funciona perfectamente en el mundo de fantasía de Disney y que ayuda a comprender que tienes que luchar por lo que quieres y ver el lado positivo de las cosas aún cuando las cosas sean de lo más oscuras.

Siempre había escuchado eso de "I'm singin' in the rain", incluso lo había imitado cada vez que caían unas gotas; por aquel entonces no conocía esta obra maestra, está película imprescindible por necesidad. Si juntas a Gene Kelly y a Donald O'Connor, son dificilmente superables, pero si le añades el talento y la emoción que sabe transmitir casi sin esfuerzo Debbie Reynolds, tienes la seguridad que de ahí saldrán unas coreografías exquisitas, con humor, pasos imposibles, ternura y mucho romanticismo. A todo ello se junta una maravillosa dirección que te guía con la cámara donde te llevan los pies de los protagonistas hasta casi bailar con ellos, un excelente ritmo que hace que estés seducido continuamente y una historia que refleja el paso del cine mudo al sonoro de una forma inmejorable. Es mágico que la persona más importante de mi vida haya sido la que me ha hecho conocer la que, desde ese momento, pasaría a ser la película de mi vida; gracias, mi Ro, tanto tú como esta película estais en el mismo lugar para siempre, en mi corazón.

Es la primera película que ví de Murnau y la primera que me llegó a lo más hondo. Antes el cine para mí era una forma de pasar un ratito agradable o no, pero eso al fin y al cabo. Con Murnau descubrí que también se puede llorar de emoción, sentir cómo se eriza todo el vello del cuerpo al ver la expresión de una mujer que ama con locura y de ese hombre que se da cuenta de las cosas, cómo va cambiando su rostro a lo largo del film. Sin duda aquí comenzó mi pasión por el cine y todo gracias a Ro, que me hizo descubrir que hay más formas de verlas que sentarse a mirarlas con los ojos, la de mirarlas con el corazón.