Tiene bastante de pionera en lo referente al lenguaje cinematográfico, ya que el cine sonoro acaba de nacer y está aprendiendo a expresarse.

Trama sencilla, ágil y fácil de seguir, según una obra de Zoe Atkins (poeta, dramaturga, premio Pullitzer…)

Se desarrolla en poquísimos escenarios, con bastantes personajes, prácticamente todos pertenecen al mundo del teatro de Nueva York. Esto y ciertos diálogos, le acercan a teatro filmado. Pero hay que reconocer buena fotografía, en todos sus aspectos, tanto en planos cortos como generales.

La protagonista es Linda Lovelace, interpretado por K. H.

Los demás personajes, (un casting excelente) están bien diseñados, pero no tienen ni de lejos la importancia de la joven actriz ilusionada por triunfar, con sus fantasías pueblerinas, que se gana la simpatía de casi todos (la excepción son otras actrices, ya famosas; por fuerza, son rivales potenciales, con el merito de ser presentadas con mucha gracia e ironía)

Es coetánea de “El testamento del doctor Mabuse” una gran película con novedades en el Séptimo Arte, por ejemplo el magistral uso del sonido, pero cuyas interpretaciones todavía no se han librado del estilo y expresiones corporales del cine mudo, a diferencia de ésta, que es su punto fuerte y por lo que brilla en calidad.

La ví en versión doblada. Al parecer, la grabación original, con las voces de los actores, presenta algunas deficiencias, ya que los micrófonos solían estar en los floreros.

La película comienza con una advertencia “No busquéis moraleja, ni lógica, ni …. si lo hacéis series castigados” firmada por Mark Twain, que seguramente es apócrifa.

El primer personaje que aparece tras los títulos de crédito, es un ángel, estéticamente muy feo, una especie de protector de los amantes de los libros y la literatura.

Dicho esto, podemos suponer que la imaginación irreverente de Gonzalo Suarez estará muy presente en la narración.

Si se conoce “La regenta” ayuda a seguir y comprender la película fácilmente.
Pero ojo: No se trata de una nueva versión o montaje de La Regenta; importan mucho más los líos que se traen los integrantes de la compañía teatral que llega a Oviedo para representarla.

En cuando captemos que se trata de una comedia loca, la disfrutaremos más.

Buen guion, con unos diálogos bien conseguidos, muy buena fotografía (tratamiento de imágenes) excelentes actuaciones en la que destaca la calidad en la vocalización, incluido Jorge Sanz. Banda sonora cuidada.

Llena de chistes cultos y culturales, referencias ingeniosas a otras obras de arte ya consideradas clásicas, con ironía respetuosa al mismo tiempo que iconoclasta.

Adjetivos que se pueden aplicar para definir esta obra: coral, inclasificable, diferente, excéntrica, histriónica, desconcertante, sátira burlona, fascinante.

“Toda historia real, termina con la muerte” (Hemingway) ¡Que casualidad que en “Oviedo Express” también!

Lo que nos queda de tiempo? O lo que nos queda de vida? Que se parece pero no es lo mismo

Podría entrar en la categoría de drama o melodrama perfecto, pero es mucho más, una mezcla con la riqueza de tragedia griega y mitología medieval.

Los personajes son en cierto modo juguetes del destino, (el fatalismo es algo muy típico de Dreyer) Y como el argumento contiene tanta sustancia, para exponerla, hay que acercarse a los limites de las reacciones humanas ante las adversidades.

Aprovecha a la perfección las técnicas teatrales, donde destacan los diálogos llenos de contenido.

La intriga de la historia está presentada de manera magnifica en cada parte del desarrollo (ver spoiler)

Curiosidad: a principios de siglo XXI, trabajé con un danés, profesionalmente competente y diríase que culto. No conocía quien era su compatriota, el maestro de la cinematografía C.T. Dreyer.

Se filma en 1971, Art Garfunkel persona muy famosa por ser ya un grande, y consagrado de la música, actúa por primera vez como protagonista, tiene 30 años, quizás un poquito viejo para hacer de estudiante en el “college” en los EEUU en la decada de los 50; lo mismo Jack Nicholson (tenia la edad 34 años durante el rodaje).
Son dos universitarios neoyorkinos que conviven juntos, pero representan a dos personajes opuestos, ambos bastante convencionales, para contar una historia no tan fuera de lo común, un tanto forzada. Ya sea en el comienzo con la presentación de los personajes, como cuando da un salto en tiempo y los protagonistas son adultos, pero siguen con sus conversaciones sobre mujeres y sexo

El director, Mike Nichols, respetado por sus trabajos en teatro y cine, cuenta con otro buen plantel de “divos y vedettes” tales como Candice Bergen, Ann-margret, e incluso Rita Moreno.

El tema es interesante, pero no está bien llevado. Los dialogos sobre mujeres son estereotipados (no se cuidaron mucho “los divinos detalles” que tanta importancia tenían para Vladimir Nabokov) los personajes creados por el guionista resultan demasiado literarios o esquemáticos, en contraposición a vivos.

No es una comedia, tampoco entra fácilmente en la categoría de comedia dramática; tiene un fuerte componente de teatro filmado, con sus típicos defectos de diálogos que no se parecen ni reflejan a las conversaciones espontáneas de la vida real.

Puede gustar o no, interesar o no, pero al faltarle sustancia, corre el peligro de que la encontremos pesada, falsa, artificiosa.

Las intenciones buenas, el resultado fallido, en buena parte al depender de un guión pobre. La fotografía, interpretaciones etc. no son suficientes para sostener una anécdota, localizada en un lugar y tiempo específicos, que pretende, pero no consigue, ser un buen estudio del carácter de los personajes masculinos, debido a un guion escorado por unas conversaciones cargadas de intelectualismo y sin inventiva, sobre relaciones amorosas y sexuales.
Cualquier experiencia con mujeres, que te contase un español haciendo la mili, podria ser exagerada, pero tenía muchos más visos de verdad que el argumento de esta obra.

Pasados tantos años desde que se rodó, ha perdido casi todo el interés que pudo tener.

Maniquea, en el peor sentido de la palabra.

Si por algo destaca es por las incongruencias de todo tipo.
Ya desde el primer episodio, la intriga y las supuestas sorpresas de un robo (del “Collar de la Reina” que cuenta con vida propia literaria, cinematográfica e histórica, por tratarse de un timo) robo que pretende ser sofisticado, pero resulta barato y burdo y con excesivas licencias.

Pretender que un actor como O. Sy puede comportarse igual o parecido al Arsenio Lupin de las novelas, como que no. ¿De que se va a disfrazar? ¿De obispo? ¿De mujer? ¿Y no dar el cante con su corpachón?

Mucho se ha dicho que la la televisión banaliza,
Visto lo visto, Netflix, ídem.