Mucho se ha criticado a ésta serie basándose la mayoría de las veces en un supuesto plagio de "House M.D". Se le ha tratado como un simple pastiche, aunque para argumentar tal cosa se diga curiosamente que Gregory no tiene nada que ver con Sebastian. Y así es. El médico es un tipo de vida austera y el abogado hace gala de la ostentosidad. Mantiene relaciones de forma normal cosa que House no. Tiene una relación estrecha con su hija, personaje que en la vida del célebre médico no tendría cabida. Su personalidad es fuerte e incluso puede ser hiriente, pero se preocupa por la incidencia que puedan tener sus actos en la imagen de la Fiscalía mientras que a House se la suda dejar mal a la clínica. Además de todo ésto, la relación de Sebastian con su jefa está más llena de matices que la que tiene Gregory con su homónima, la cual se reduce a un desafío constante por parte del díscolo médico.
Ya en el plano personal, a mí me resulta más entendible en el caso de "Shark", aunque desconozca totalmente tanto el lenguaje jurídico como el médico, las explicaciones acerca de por qué hace lo que hace cuando se encuentra con un problema en el que no puede usar las vías ordinarias para resolverlo.

Ang Lee nos vuelve a traer una nueva historia de amor atormentado, amor prohibido. Si en "Brokeback Mountain" eran las leyes morales de la época las que ponían en peligro ese amor fugitivo e incluso sus propias vidas, aquí son dos bandos oponentes. Las explícitas escenas sirven como hilo del que tirar hasta acercarnos a lo inevitable, porque es así, lo sentimos y sabemos que pasará pero no queremos creerlo, hasta que el bueno de Lee nos lo confirma, otra vez nos dejó con el corazón encogido.

Que no, que no. Que no es una serie. No os pongais asina que no hay razón de que. Veréis, al principio estaba tan alarmado e indignado como vosotros. Pero tras estudiar el caso, he podido llegar a saber que tan sólo se trata de un experimento. Tipo "GH" pero a lo bestia. El asunto es que Jose Luis Moreno estaba experimentando qué pasaría si en vez de meter la mano por el culo a unos muñecos y soltar exabruptos lo hiciera con personas de carne y hueso. He aquí el resultado. Así que no lo midáis por su calidad artística ya que tan solo es un experimento y sus actores meros cobayas. Lo malo ( o bueno, según se mire) del asunto, es que los elegidos para ver el episodio piloto de este experimento fueron unos rumanos, que, como a nosotros no les hizo mucha gracia ser objeto de los depravados experimentos de Jose. De hecho el muy cabrón ni les dejo vomiteras durante el visionado. Así que ni cortos ni perezosos le endiñaron una soberana paliza para que así se le quitaran las ganas de volver a perpetrar tal atentado fílmico.

El comienzo es divertido, con un humor negro que te provoca incluso alguna carcajada. Las normas para lograr sobrevivir son sin duda lo más risible del filme. El encuentro con Tallahassee y la obsesión de éste por conseguir ese codiciado dulce es de lo mejorcito. Lo perraca que es Wichita en la génesis de su presentación también es reseñable. Hasta aquí dura "Bienvenidos a Zombieland". Tras esto un road-movie de lo más predecible, con todos los tópicos imaginables de las películas más comerciales "made in USA". Los personajes se acogen a una limitadísima línea narrativa, donde sabes lo que va a pasar y como se van a comportar todos. O no daba para más o no se le supo sacar el jugo. En fin, muy flojita.

Conmovedora. Sobra el análisis acerca de la luz, la fotografía o demás elementos técnicos. Los personajes nos hacen llegar su humanidad, y esta es una película de sensaciones. La mía después de verla es una muy grata y que bien puede resumirse en la palabra que abre ésta crítica.