En primer lugar, decir que quien escribe esto es un fiel admirador de Clint Eastwood, uno de los mayores talentos que ha dado el cine, ya sea en su faceta de director o de actor, aunque especialmente en la primera.
Pienso que es esta una de las películas en las que más dividida se ha mostrado la crítica en los últimos tiempos. Podemos encontrar detractores que no logran encontrar nada bueno, y a admiradores que la consideran brillante, para mí no es ni una cosa ni otra.
Lo mejor de la película es, posiblemente, la escena del tsunami; he visto expertos que lo describen como lo mejor en cine catastrófico desde Titanic, y ciertamente, me recordó bastante a ella en esa parte. Los efectos visuales, por los que fue nominada al Oscar, son, efectivamente, muy interesantes. Por último, debo destacar el papel del pequeño George McLaren, muy conmovedor en todo momento.
A pesar de esto, la película no es dinámica, se acaba haciendo ligeramente larga. El guión, aunque no es malo, es relativamente complicado, sabes que las historias se van a cruzar, pero apenas se tocan. En muchos sentidos es una película tópica.
En resumen, esta es, seguramente, una de las películas más decepcionantes de Clint Eastwood, está muy lejos de su brillantez habitual. Aun así, no es mala en absoluto, pero cuando voy a ver a Eastwood siempre me espero obras maestras, que es a lo que nos tiene acostumbrados, y él, aunque no lo parezca, también es humano.
Como dato curioso, señalar algo que alguien más ya ha dicho. En una escena, la profesora obliga al niño a quitarse la gorra de su hermano en clase, mientras en segundo plano hay una niña musulmana con pañuelo a la que no dice nada. Ahí queda ese detalle.

En primer lugar, vamos a dejar de lado el extraordinario elenco de actores que aparecen en esta película, de los que es muy difícil destacar a un protagonista, ya que tampoco hay una historia que prime sobre las demás.
Las distintas tramas transcurren durante las semanas previas a Navidad, todas ellas relacionadas, pero no mezcladas. Ya que menciono aquí la Navidad, quizá deba añadir, como pequeña crítica, el excesivo alarde de espíritu navideño con el que te vas a encontrar.
No es esta una película exclusivamente de amor, aunque las historias giran alrededor de ello. Es una comedia con un fino humor inglés aderezado por los comentarios brutos, pero no por ello menos divertidos, de las clásicas películas de humor americano.
En la primera escena te hace pensar que el Amor, realmente, está en todas partes. El resto de la película es para sentarte en tu sofá, disfrutar con cada historieta, ver como se juntan al final y reirte, sobre todo eso.

La mayor parte de las críticas que preceden a esta lo dicen, no es algo nuevo, pero no por repetitivo va a ser menos cierto, y es que esta película está al alcance de muy pocas.

Efectivamente, lo más destacable es su guión, uno de los mejores guiones que se puedan encontrar a lo largo de toda la historia del cine; sin contener giros drásticos, la historia se desarrolla dinámica a lo largo de la más de hora y media de la película, que en ningún momento se hace pesada, y que acaba dejándote con ganas de más timos realizados a la perfección por dos grandes como son Redford y Newman. Alcanza su clímax en la última escena, pero te atrapa a lo largo de toda la trama, sorprendiéndote con cada golpe.

Además, y a pesar de estar eclipsados por su guión, no se pueden obviar el resto de elmentos de esta obra mestra: la dirección es extraordinaria, George Roy Hill logra unas cotas muy difíciles de alcanzar. La banda sonora, simplemente inolvidable. El papel de los actores, tanto los principales como los secundarios, que son ciertamente importantes en esta película, es asombroso. La ambientación, que logra tranpostarte hasta los años 30,está magníficamente lograda.

Esta película y su exquisita factura ya están en los anales del cine, pero eso es algo que ya se sabía...