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Críticas de Juanjo Iglesias
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Críticas 94
Críticas ordenadas por utilidad
7
15 de diciembre de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por el realizador indio Tarsem Singh y rodada en veinticuatro paises durante cuatro años, se estrenó en el 2006 y en el Festival de cine fantástico de Sitges en el 2007, fué galardonada con el premio a la mejor película en competición con "Sukiyaki Western Django" "Inside" o "Rec" entre otras.

Tarsem Singh cuenta en su currículum como director con "La Celda" estrenada en el año 2000 y con el videoclip de "Losing my Religion" perteneciente al disco Out of Time de 1991 del afamado grupo de rock R.E.M, a parte de otros videoclips y anuncios de televisión.

El guión lo comparten Dan Gilroy, Nico Soultanakis y el propio director, revisando la película búlgara "Yo-Ho-Ho" de 1981, de Zako Heskija.

La historia se puede dividir en dos partes que van entrelazandose y superponiendose en forma de falsos flashbacks. La primera es la preciosa amistad que forman una niña convaleciente y un especialista de cine, también enfermo en un hospital de Los Angeles en las postrimerias de los años 20. Una amistad basada en un pacto; hermoso y necesario para ambos, que sostiene la historia con maestría.
La segunda es una historia de bucaneros que revive la tradición oral de los cuentos.

De la fotografía se encarga Dan Hubbard con destreza y oficio, ya que consigue iluminaciones y paisajes dignos de mención, con el valor añadido de no usar efectos de ordenador. Realmente interesante.

Dado el largo periodo de rodaje, el director tiene tiempo para recrearse en su sueño audiovisual, creando un sin fín de mágicas y preciosistas escenas que nos incitan a sumergirnos en tan cautivador sueño.

En cuanto al reparto cabe destacar a Lee Pace en el papel del especialista enfermo y en el del guerrero del antifaz que busca venganza. Matizando bien los dos personajes. Un personaje más dramático y el otro como heroe, muy bien compensados.
También brillantemente actúa Catinca Untaru en el papel de la niña que necesita su sueño y en el de la niña "heroína" preocupada por los sentimientos y el corazón del heroe. Como niña enferma consigue tocarnos la fibra sensible y nos conmueve, como heroína nos hará reir por como representa su papel de consejera y amiga.

La música de Krishna Levy, autora también de la música para el documental francés de 2004, "El Último Cazador", cumple con eficiencia mezclando temas intimistas de piano con ampulosos y bellos temas de orquesta.

Resultan también bastante interesantes varias escenas en blanco y negro, que siguen hablando bastante bien de la dirección y la fotografía. Así como del guión.

Se trata de una coproducción India-Usa-G.B. producida por Spike Jonze y David Fincher.

Como conclusión decir que es una interesantísima película de género fantástico, que interesará a aquel que busque una buena historia o a aquel que busque belleza visual o efectos especiales.
Juanjo Iglesias
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7
1 de octubre de 2011
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los últimos años el cine de terror noruego, se está abriendo paso internacionalmente con propuestas cargadas de personalidad y ciertamente alejadas del mainstream. Películas como “Hidden” (Skjult, 2009), o la saga “Cold Prey” (Fritt vilt, 2006, 2008 y 2010) han ido presentando propuestas divertidas, terroríficas y representativas de la cultura propia de su país.

En el caso que nos ocupa, André Ovredal da el paso definitivo al celuloide, tras más de doscientos trabajos en publicidad y un thriller realizado en su época de estudiante titulado “Future Murder” (2000). Escribe y dirige esta historia, modernizando con un estilo "found footage", ese folclore tradicional y creando así un híbrido altamente cautivador y merecidamente original. El largometraje formará parte de la Competición Oficial de la inminente cuadragésimo cuarta edición del Festival Internacional de Cinema Fantástic de Catalunya.

Con ese formato de falso documental, se nos presenta la historia mediante rótulos y narrador para introducirnos en la narración de cómo un grupo de jóvenes aficionados al vídeo y la televisión desentraman una conspiración gubernamental para ocultar a la población la existencia de los Trols, con el fin de evitar el pánico generalizado y de cómo trabaja el cazador de Trols, principal baluarte y defensor de este secreto.

El género de Falso Documental ya va mostrando síntomas de cansancio, pero en esta curiosa sorpresa que es “Trollgejeren”, toma un formato que conceptualmente va un poco más lejos de lo habitual, porque se enfrenta a un problema importante: la facilidad de que un planteamiento como este caiga en una vulgaridad que le acerque al guiñol o al cine para adolescentes. Este riesgo de pérdida de credibilidad lo suple con una excelente dirección de arte que entrega una ambientación bella y realista de poderosos, salvajes y fríos escenarios y unos efectos especiales que desempeñan su mayor virtud en el diseño de unos Trols muy verosímiles. La diferencia a favor de esta cinta es que la dificultad es mayor, debido a tratarse del folclore de su país lo que hace presuponer un mayor reto y una necesidad de adaptación al modelo para representar a tan evocadores colosos. La trayectoria como publicista del director del film queda patente en algunos fotogramas dedicados a excelentes paisajes blancos, donde inmensos Trols campan a sus anchas, para dejarnos bellos lienzos netamente escandinavos.

sigue sin spoiler
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Juanjo Iglesias
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7
23 de abril de 2011
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como buen amante de ese crímen perfecto del que con avidez hablaba Hitchcock, he ido entusiasmado al cine a disfrutar del primer largometraje de Andrea Molaioli, un thriller de intriga que rodara allá por 2007, en un idílico pueblo de la cordillera de los Dolomitas. Estrenándose en Madrid, el 22 de Abril de 2011, casi cuatro años después de su estreno en Italia.

Basado en la novela homónima de Karen Fossum, que trae el premio a la mejor novela policiaca escandinava bajo el brazo, nos encontramos con una cinta de un prodigioso gusto clásico, aroma a cine negro europeo, pulcritud y compromiso con un cine de calidad, que aunque rezuma academicismo, se siente escasa en cuanto a sentimiento, a corazón.

Como toda buena película, se basa en una idea simple, la aparición del cadaver de una bella joven, a la orilla de un idílico lago. A partir de ahí, Molaioli comienza a jugar a ese maravilloso juego de hacer desfilar posibles culpables, que se enfrentan a un Comisario de Policía con malas "pulgas", interpretado por un Toni Servillo, (Gomorra, Il Divo) que no termina de convencerme, por mostrarse forzado tanto en el plano sentimental como en el de duro policía.

Si comparamos esta cinta con el cine de Chabrol, se muestra demasiado tibia, le falta la dureza necesaria para contar un relato desagradable y enfermizo de por sí, pero aquí es donde el director lo borda, compensando este defecto, con un sentido del ritmo "in crescendo" que me invita a compararlo con un vals, y con encuadres preciosos que muestran planos generales de este bello paisaje del norte de Italia. Esto es lo más valioso de la película, la capacidad del director de poner en imágenes todo ese rebosante clasicismo, del que es buen conocedor.

La composición fotográfica es rotundamente original y el uso de los espacios, la situación de la cámara, y su movimiento, le aportan la amplitud artística de la que carecen los personajes en un guión que no termina de funcionar. Y no termina de funcionar porque intenta justificar la parte más dramática de la historia con una enfermedad o una inestable relación paterno-filial, pretendiendo así crear el drama de la forma, quizá, más fácil. Tiene cosas positivas como introducirnos en la historia, una leyenda y el personaje de una niña con la que juega y crea subtramas destinadas con virtud a una necesaria confusión, pero no termina de profundizar en los personajes.

La música de piano de Theo Teardo, es del todo poco apropiada, por no generar tensión y estar en consonancia con el paisaje, más que con la historia.

Una película con aroma clásico y una dirección preciosista que podría haber llegado a ser un gran largometraje, pero no lo es.
Juanjo Iglesias
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8
16 de mayo de 2010
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta película Wenders retoma algunas de sus antiguas ideas, anteriores a su éxito con "París Texas", que es en cierto modo el punto de inflexión en su carrera.

Un director de cine le pide a su técnico de sonido y amigo, que viaje desde Alemania a Lisboa, para trabajar juntos, cuando llega se encuentra con que éste ha desaparecido y decide grabar el sonido de varios rollos de película que encuentra en la casa del director.

Escoge como actor principal a Rüdiger Vogler, en el papel de Winter, el técnico de sonido, que fué actor fetiche de su primera etapa, en la que creo que realizó sus mejores películas , ahi están "Alica en la ciudades" o "Falso Movimiento", Vogler sigue en forma y sobre todo sigue siendo un actor que es capaz de transmitir todos esos sentimientos y sensaciones del universo de Wenders, tal y cómo lo entiende el propio Wenders. Actores buenos hay muchos, pero Vogler es sin duda el mejor mensajero del director.

El otro protagonista es Patrick Bauchau, en el papel del cineasta, con el que ya trabajó en otra gran película como es "El estado de las cosas", de la cual toma en parte el tema principal, el rodaje de una película en Portugal.

La película es buena por infinitas razones, trata temas universales como el amor, la soledad, la ambición, el tiempo o la religión. Aún pareciendo una idea simple, es la base para construir una buena historia, si ves la filmografía de Orson Welles por ejemplo, te darás cuenta de que todas las historias están basadas en ideas universales y sencillas. Creo que Wenders y Welles comparten esa idea de independencia y libertad, tan mal vista por el gran público y la industria cinematográfica.

Otra idea es la visión del artista como alguien que recrea el mundo, que juega a ser dios. Wenders plantea esta idea dialécticamente, pero también lo hace mediante imágenes, mostrandonos una visión particular de Lisboa, a su manera, de una forma incluso neorrealista y a la vez muy particular. Muy en relación con "F for Fake".

La cinta es un homenaje a los técnicos de sonido en el cine, nos muestra a modo casi de documental qué son y cómo se utilizan los efectos de sala, o foley. De cualquier forma muestra un profundo amor por el cine.

También presenta la idea del cine como memoria, y esto es uno de los temas principales de la cinta. Lo hace de forma ambigüa, duda si el cine es memoria universal o particular y lo hace de una hermosa forma, rinde un bello homenaje a Dziga Vertov y su película "El hombre con la cámara". Hay otros homenajes, a Chaplin, Keaton y si miras un poco mas allá verás uno a Linder. No olvidemos a Manoel de Oliveira o Fernando Pessoa.

Es una gran película, y ya he perdido la cuenta en su filmografía, pero es sobre todo la confirmación de que el cine independiente no es "jugar a hacer cosas extrañas y sin sentido", si no crear buenas historias y hacerse las preguntas adecuadas, e incluso realizar ejercicios de auto-crítica.
Juanjo Iglesias
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8
27 de diciembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Drive” es sin duda una de las películas del año. La propuesta es sin duda lo más deseable que presenta la cartelera para este cambio de año. Es un largometraje endiabladamente moderno construido sobre los mimbres del mejor cine clásico.

Este conductor solitario es propio de una aventura de cine negro. La soledad y la tristeza que desprende a cada escena el personaje de Gosling son un reflejo, de los personajes clásicos del género. Rebeldes, ácratas y románticos personajes que se desenvuelven con firmeza en horridos trabajos, en una sociedad tétrica y sombría. El desamor y el romanticismo más trágico de ese mundo opresivo, combaten en cruentas batallas íntimas y personales contra la esperanza y el amor. La cinta adquiere su sentido escarbando sobre la superficie. Se advierte como una metáfora de los tiempos que vivimos, que son por otro lado de lo más pertinente, para que el género negro, campe a sus anchas por las salas. Los dobles sentidos y la búsqueda de la esencia de los personajes, y en definitiva de las personas, es lo que busca la novela de James Sallis, en la que está basado el largometraje. Lo importante no es lo que nos cuenta, si no lo que hay detrás de lo que nos cuenta.

El guión tiene más valor por lo que calla, que por lo que dice. Los diálogos hacen algo realmente difícil, que es transmitir con el silencio, porque el silencio es música y palabra. Esta escasez de diálogos y las miradas que intercambian los personajes protagonistas, son el alma de la historia, creando empatía y credibilidad hacia el espectador y dando veracidad a esa frase que dice que “una mirada vale más que mil palabras”. Todo esto necesita grandes intérpretes y precisamente Ryan Gosling, es sin duda uno de los actores con más futuro del cine occidental actual. En este tema es fundamental la música de Cliff Martínez, que unida a todo lo que transmiten los actores sólo con sus miradas, conforman ese poema sucio, gris y metropolitano.

El trabajo actoral es dramáticamente espectacular. El trabajo de Cranston, Brooks y Mulligan es formidable. Pero no haría justicia en esta crítica si no me explayara sobre la interpretación del magnífico Ryan Gosling. Observando esa mirada perdida sobre un volante empuñado con guantes de cuero, aparecen por mi memoria intérpretes que cinéfilamente adoro y que han representado como nadie la soledad y los más adustos personajes, como Anthony Perkins o Robert de Niro. Porque aunque la película homenajee en cierta forma a esa obra maestra llamada “Taxi Driver” , donde los planos del taller son milimétricamente inspiradores de aquella estación de taxis, y las ralentizaciones de planos evoquen irremediablemente a aquel maravilloso taxi, por las sucias calles de Nueva York, el personaje necesita un rostro, un gesto, una mirada y un alma, que condensen todo aquello que el director quiere contar.
(sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juanjo Iglesias
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