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España España · Málaga
Críticas de Kaori
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Críticas 2.113
Críticas ordenadas por utilidad
2
28 de enero de 2022
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habría que hacer la lista de las peores adaptaciones de libros de la historia e incluir en ella «La maldición de Bly Manor». No hay perdón. Sé que me vais a preguntar: «¿pero la serie está bien con independencia de la novela?»; y yo os respondo un «no» rotundo. No está bien desde ningún punto de vista, porque sencillamente es basura.

He hecho esfuerzos por valorarla como producto cinematográfico fuera de las páginas del libro, prometo que lo he intentado, pero es que ni por esas. El primer capítulo aguanta. En el segundo me dio repelús la escena en el desván; es un buen elemento de terror eso de los rostros sin cara y lo que se arrastra, aquí desaprovechado por el camino. En el tercero me volví a enamorar de Oliver Jackson-Cohen, que repite su papel de hombre seductor, apuesto, irresistible y maltratador; mira cómo saben lo que es un hombre guapo y atractivo, lo saben y lo destruyen. A partir del cuarto todo va de mal en peor hasta un desenlace desastroso. No os engañéis: desde el principio iba mal, solo que había cosillas que se salvaban. Luego ni eso.

Dejemos a un lado la obra maestra de Heny James, que lo es. Uno de los libros más perturbadores y ambiguos que puedo recordar. En 1889 sí se podía escribir, pero hoy no se puede adapatar. Hoy somos unos palurdos, unos mojigatos inaguantables. En fin, que Mike Flanagan (y los diez guionistas y ocho directores) digamos que se inspira, solo se inspira, porque ni siquiera se puede considerar una adaptación real, la mayoría de historia es inventada.

Total, que una niñera llega a Bly Manor para cuidar de dos niños que tienen algunos comportamientos raritos, pero no mucho, que no hay que escandalizar. La mansión tiene fantasmas, obvio, pero también los personajes sufren los suyos propios. Buah, qué metafísico, qué profundo… Venga a contarnos penas, venga a hablar. Luego nos desvelan la historia del origen de la maldición que es basura pura y dura, porque no tiene ningún arraigo ni ninguna fuerza para impactar como mito y que, aún peor, es basura de género. Otra vez el mismo puñetero fantasma de las narices que en el fondo es bueno y quiere mucho a su hijo… Es que no puedo, no lo resisto.

Los fenómenos son absolutamente aleatorios, cada fantasma hace lo que le parece y actúa según la droga que haya tomado el guionista; la historia de amor lésbica me trae sin cuidado, la heterosexual se disipa sin conclusión ni leches cuando es la base de toda la serie, al menos en apariencia; las escenas están mal concebidas, el terror desaparecido.

Creo que ha quedado todo claro, pero vamos a seguir en spoiler para que termines de convencerte de la porquería que es esto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kaori
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El castillo en el cielo
Japón1986
7,5
15.986
Animación
4
13 de noviembre de 2021
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miyazaki repitiéndose y yo repitiéndome. Lo siento.

Otra aventura en el cielo. Este hombre siempre tiene que estar volando aunque lo haga de forma peñazo (para Freud sería altamente interesante); que entiendo que cada uno tiene sus obsesiones pero, hijo, dame algo en condiciones. Otra vez piratas, muy libres y anti sistema, pero sin renunciar al dinero; antes muertos que pobres. Vaya hipocresía más grande: si el dinero se lo llevan los piratas, son graciosos, unos pillos, está bien; si lo hacen los militares, que como símbolo de la guerra y el Estado merecen morir, está mal, ¿no?

Porque esa es otra, el pacifismo de «El castillo en el cielo»: se mata sin contemplaciones a los que se considera enemigos, esos está bien que mueran. Pero, eh, yo no soy violento, quiero la paz y salvo a una planta o a un robot, cualquier criatura siempre que no sea humana. Vete un poquito a tomar viento, señor Miyazaki. No solo eso, sino que tienes que dejar morir a toda una civilización por narices, abandonar una cultura de siglos, de milenios, simplemente porque me quieren convencer de que está mal desenterrarla, recuperarla, conquistarla y estudiarla. Pues no me lo parece.

Como curiosidad, me llama la atención a la vez que me inquieta la glorificación que Miyazaki suele hacer del trabajo infantil en sus películas. En «El castillo en el cielo» se ve de lo más normal y positivo que un chaval de doce años esté en una mina o sirva en un barco. Esto también puede tener que ver con la fantasía infantil de ser mayor, pero tengo la sensación de que va más allá de eso y en realidad se trata de una concepción utilitarista de la vida, un afán de eficiencia y eficacia por el que regir el valor de las cosas. Los personajes de Miyazaki, en su mayoría niñas, están siempre haciendo cosas, en una actividad frenética y desbocada. En definitiva, hay que ser productivo. El concepto de Naturaleza que habitualmente maneja puede que incluso vaya por ahí: porque es útil, porque nos protege de no sé qué, porque sirve de ayuda… Me acuerdo ahora de los insectos de «Nausicaä del Valle del Viento», por ejemplo. Bueno, esto es solo una reflexión, una hipótesis.

«El castillo en el cielo» empieza de manera muy correcta, de hecho te da ciertas esperanzas, pero en cuanto mete su agenda ideológica todo se va al traste. Ya no hay remedio.
Kaori
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9
17 de febrero de 2019
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y posiblemente esta película tampoco.

Si hemos de ser sinceros, «The Ring» no produce tanto miedo, pavor, la segunda vez que la ves. Es normal, porque los elementos de pánico también se fundamentan en la sorpresa, en lo inesperado, y es difícil que uno olvide lo que ocurre en «The Ring», que queda pegada a la retina para siempre igual que ese kanji de «Sada» en el ojo maldito. Es lo que le sucede a las obras maestras, que trascienden el propio género y ahora mismo no sabría decir si he visto una película, una leyenda, un drama, una historia de amor, un thriller o sencillamente una obra de arte. Hideo Nakata hizo «The Ring» desde la pasión, estoy segura, y marcó así el terror al renovarlo desde sus cimientos y dejó para la posteridad una de las mejores obras de terror de la historia, puede que la mejor. En lo personal, es la única película con la que he sentido auténtico, vívido y duradero pánico. Ahora mismo lo estoy sintiendo y ni siquiera sé por qué.

Lo que más me ha llamado la atención al revisionar «The Ring» es que se trata de una película hermosa. Arraigada en la más tradicional personalidad japonesa contemplativa y poética, «The Ring» es un paisaje del mar embravecido, una leve brisa que te revuelve el cabello, una tarde lluviosa, un bosque idílico, una caricia entre dos amantes imposibles, un niño que pesca, un fantasma de zapatos blancos... Esto es otra forma de ponerte los pelos de punta, de sobrecogerte. Hermosísima la relación de los protagonistas, de verdad que es sorprendente que se pueda hacer algo tan romántico sin decir nada, sin que salga nada, y en medio de una maldición que les puede llevar a la muerte. Extraordinario Hiroyuki Sanada, por cierto. Y extraordinarios los diálogos, que no son muchos pero es que se dice justo lo que se tiene que decir, ni más ni menos, y por supuesto en el momento oportuno para contribuir a la sensación de estar presenciando algo sobrenatural, algo que va más allá de lo humano. Los personajes lo saben, nosotros lo sabemos, y de ahí el miedo.

El guion es perfecto, no tiene lagunas, y la construcción del mito es apabullante. Esa cinta de vídeo, la cinta de vídeo, debería ser estudiada a fondo para tratar de entender por qué es tan perturbadora, por qué se queda tan metida en la cabeza. A partir de ella, asistimos al nacimiento, no ya solo de una nueva leyenda, sino también de uno de los personajes más asombrosos del terror: la indescriptible y enigmática Sadako. Lo que ya es talento puro es que apenas sale en toda la película. Sadako no está y sin embargo lo llena todo aun sin conocerla y basta un televisor y ojo para crear una de las escenas más terroríficas del cine. Todo lo que envuelve a este personaje, a su madre, a la cinta, al pozo, al pasado, al odio, es una mezcla de realidad y ficción a la altura del más alucinante cuento de terror.

Eres afortunado si no la has visto nunca. Y cuando lo hayas hecho, quédate luego viendo la tele.
Kaori
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3
15 de diciembre de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hacen falta más de dos minutos, por no decir uno, para saber que con «La gran belleza» te vas a encontrar con una obra pedante, superficial y ridícula que, por supuesto, por ser italiana gana caché. Pues, mira, no.

Para empezar, esto ya lo hizo Fellini con «La Dolce Vita». Es que son iguales, calcadas, y si la otra era mala de narices podremos imaginar que la de Sorrentino no va a ser mucho mejor. Esta historia de gente decadente, en teoría, y muy desilusionada de la vida la hemos visto unas decenas de veces de una manera o de otra y aunque se pueden hacer temas recurrentes el problema fundamental de «La gran belleza» es que pretende abarcar mucho pero en realidad no abarca nada.

La sensación definitiva que me deja esta película es que Sorrentino se dedica a criticar por criticar, como si se pusiera en la puerta de su casa a decir por la espalda lo mal que le cae Manolita sin más argumento que la manía personal. Eso está bien para la puerta de tu casa o en un corrillo de amigos pero no para gastarse el dinero en una película. Se necesita un discurso elaborado, algo que justifique el porqué de esos personajes. Hablar de causas, aunque sea en hipótesis, y efectos. No echar solo basura encima.

Vayamos a un ejemplo, que quiero que se me entienda. El tema religioso se despacha con un «yo sé que usted no tiene respuestas» a un obispo inútil obsesionado con la cocina. Ya está. Parece que va a haber debate pero ¿de qué vas a reflexionar si lo único que te interesa es criticar a la Iglesia porque ya sabemos que es muy mala? Sorrentino recurre, en esto y en todo, a la forma fácil y obvia de criticar lo que se espera que sea criticable y poder quejarte aunque no expliques de qué te estás quejando realmente.

Porque es muy fácil poner ricos y artistas que se drogan…, lo difícil es hacer comprensibles a estos seres humanos, tratarlos como seres inteligentes y no como caricaturas grotescas a los que juzgas como vacíos sin, repito, justificárnoslo. Es posible que a fin de cuentas haya ternura en Sorrentino hacia estos personajes y de que la gran belleza esté en todas partes, pero ninguna de esas conclusiones evita las dos horas y media de esperpento que no va más allá de lo evidente. ¿Esa escena del bótox de dónde diantres sale? ¿Esas fiestas con señoras de cincuenta años bailando borrachas? ¿La religiosa decrépita? ¿Las cigüeñas en la terraza? ¿La relación entre el amigo y la aspirante a actriz que no hay quien se la crea? ¿Una señora enana como directora de un periódico romano? ¿El espectáculo de la niña pintora...? Vamos, hombre.

Lo mejor es la música de Lele Marchitelli.
Kaori
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2
5 de mayo de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras rodar y renegar de esta película, Declan Dale vive con una identidad falsa en un lugar desconocido para evitar que la productora y ejecutivos que han hecho «esto» den con él y escapar de esta manera del público feroz que quiere su cabeza.

«La hija de Dios» tenía todo, absolutamente todo, para ser un peliculón: Ana de Armas, Keanu Reeves, trama policíaca, un toque paranormal... ¿Y qué hacen? Una película con un montaje desperdigado en la que se cruzan temas tan espeluznantes como el abuso infantil y sexual con el thriller sin que en ningún momento sepamos qué quiere la película. Lo peor es que no hay misterio, así que durante hora y media dan vueltas sobre una idea del milagro que no hay quien se crea y una trama policíaca que está solo y exclusivamente para tratar de despistar al espectador, pero es imposible que despiste: desde el minuto dos en el que vemos a una guapa Ana de Armas con minifalda y esos taconazos que resaltan unas piernas perfectas caminando por una boca de metros sabemos lo que va a pasar, no hay otra salida. El personaje de Keanu Reeves no aporta nada, en serio, nada de nada de nada; si no está, todo se queda igual, y lo mismo pasa con la trama mafiosa del personaje del Negro, de quien sigo sin comprender su comportamiento.

Hay que decir en su defensa que la historia es bastante coherente, pero también que es fea, aburrida, mal ejecutada, mal dirigida, mal planteada y con unos giros que fuerzan su credibilidad.

Fantasías en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kaori
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