A la altura de su anterior propuesta. Un producto de calidad, tanto nacional, como con una fuerte tirada internacional. Con un elenco interpretativo sólido, con una fuerte capacidad narrativa y con un acabado visual de primera que hace recordar al tito Mann y a su participación en la franquicia Miami Vice y a la galardonada French Connection del mejor Friedkin. Lo que más sorprende es que está producida por Mediaset.

Me pareció una película muy pero que muy disfrutable. Con una puesta en escena clásica marca de la casa Polanski, con un humor muy mordaz, unas líneas de diálogo muy precisas alternando inteligentemente la ficción con la realidad y con dos únicos actores en estado de gracia y muy convincentes en sus roles.

Quizás la encontré un peldaño por debajo de su penúltima obra, Un dios salvaje, pero Polanski no decepciona y sigue haciendo lo que mejor sabe hacer, un cine intimista, de interiores, provocador, transgresor, a contracorriente y muy pero que muy perturbador.

Me encanta el juego de prejuicios, de guerra de sexos y de mitificación que utiliza y alterna la película durante todo su metraje.

Una película muy en la línea de los orígenes del Polanski de El cuchillo en el agua, Cul-de-Sac y el Polanski de los noventa de la La muerte y la doncella.

Necesito un tiempo para asimilar el film, al menos en lo que respecta a que exactamente Lars Von Trier pretendía con el mismo. En lo que discretamente puedo opinar es que Von Trier borda el apartado técnico del mismo y ofrece una sublime narración de los hechos expuestos en el film. La atmósfera también está gratamente lograda, reconociendo al final del film la predecible mención y dedicatoria del film al maestro Tarkovski.
Mención muy especial y loable al tremendo "tour de force" de sus dos únicos intérpretes principales.

Un thriller gansteril muy modesto, pero con buenas actuaciones, ligero, directo, con ritmo y sin demasiadas pretenciones. Es como un episodio piloto de cualquier serie que se pueda ver hoy en día, o si hasta me estiras un poco, podría ser hasta un episodio largo de la serie televisiva de "Los Soprano". Me recordó mucho a la película de "Promesas del Este" y también un poco a la atmósfera que se respiraba en aquella obra fallida de Adrew Dominik, "Mátalos suavemente". Para pasar el rato no está nada mal, pero viniendo de la mente de Dennis Lehane (Adiós, pequeña, Adiós, Mystic River y Shutter Island), es un pelín decepcionante.

Una película con una forma, una atmósfera, un elenco de actores y una complegidad admirable y formidable... aunque para mi no todo es oro en esta obra del canadiense Villeneuve, ya que por momentos me suena a demasiado reiterativa en su sermón contra la fé religiosa.

El resto de la película la he visto a gran nivel, y creo que la película es de esas películas que te quedan como estandarte o ejemplo para comparar el resto de propuestas del año. Notable.