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Críticas de Quique Martín
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Críticas 504
Críticas ordenadas por utilidad
7
25 de enero de 2024
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En abril del año pasado, recibimos la primera entrega de esta “saga” -ya hablaremos de eso más adelante- llamada “Los tres mosqueteros: D'Artagnan” y que adaptaba el inicio de la maravillosa novela de Alejandro Dumas con un toque muy fresco y novedoso que la diferenciaba de otras adaptaciones que nos han ido llegando de la misma novela durante los años. Lejos quedaban las adaptaciones estadounidenses, hechas con bastante poca gracia, o las distintas adaptaciones hechas en el país galo. En “Los tres mosqueteros: D'Artagnan” nos encontrábamos una adaptación relativamente pegada al material literario, pero que no tenía miedo de imprimirse una estética propia muy marcada, plagada de coreografías que alternaban la elegancia propia de la época con la suciedad propia de la batalla. Y que le conferían al resultado final una buena experiencia cinematográfica muy disfrutable en una sala de cines para los fans de este tipo de películas.

El próximo 26 de enero llega a nuestras taquillas la secuela, “Los tres mosqueteros: Milady”, donde no solo repite el director y guionista Bourboulon, sino que continua, como no podía ser de otra forma, todo el elenco de la primera entrega.
De primeras, la cinta arranca con un breve resumen de la anterior, supongo que para recordar al espectador cómo quedaron las tramas abiertas y dónde se sitúan nuestro cuarteto protagonista, y directamente pasa a introducirnos de lleno en la nueva trama -que continúa en el mismo punto exacto donde cierra la otra entrega- con una secuencia de pelea y huida francamente bien rodada. Desde luego a esta cinta no se le puede decir que haya perdido ni un ápice de las características que hicieron de la anterior la buenísima película que es. El problema, por desgracia, viene por otro lado.

Si ya comentábamos anteriormente que la primera entrega estaba relativamente bien adaptada y cerca de la novela original, en esta segunda mitad han apostado, para mí de forma incomprensible, por alejarse en exceso de la novela. La multitud de cambios que se producen es enorme y, si sois un lector purista de la obra de Dumas creo que es probable que salgáis de la sala enfadados y sin entender nada. En algunas partes es casi como si fuese un “reteling” de la misma historia, manteniendo los nombres de los personajes, pero ocurriendo hechos muy distintos. Creo que es importante avisar de esto para luego evitar decepciones. La decisión de Bourboulon de volar en solitario es cuestionable, la verdad. Más que nada porque la cinta se llama cómo se llama y no entiendo la necesidad que hay de adaptar algo para luego cambiarlo a voluntad según conveniencia.

En cualquier caso, y volviendo a la cinta y a lo meramente cinematográfico, y ya asumido que como adaptación va a ser deficiente, la película se debe decir que sigue funcionando a la perfección en sus términos visuales y narrativos. Volvemos a tener esos planos secuencia -muy bien trucados digitalmente- tan marca de la casa y que le dan a las escena de batalla un plus enorme a la hora de meternos de lleno en ellas y hacernos bajar al barro. Los personajes siguen teniendo ese carisma tan particular que hace que puedas reír con ellos y, poco después, emocionarte con ellos. Y, especialmente, lo que la cinta mantiene es a una Eva Green que, con poco, le da para comerse la pantalla y al resto del reparto. Milady de Winter siempre ha sido un personaje tremendamente atractivo y Green, aún con los cambios que sufre en esta nueva “adaptación", consigue imprimirle una personalidad arrolladora que facilita mucho que te acerques mucho a un personaje que tiene tantos claroscuros y grises morales.

Las tramas de intriga, traiciones y misterio están bien escritas, a pesar de seguir alejadas en su mayoría de la novela, y creo que funcionarán francamente bien para los no lectores. Los lectores dependerá de con cuanta filosofía y paciencia se tomen todo esto.
En definitiva, y si nos centramos en hablar de esta cinta como película y no como adaptación, creo que estamos ante un largometraje claramente funcional, con cotas de buen cine y un reparto que defiende a capa y espada -nunca mejor dicho- a sus personajes. Creo, eso sí, que esa tendencia que detecto de intentar sacar una franquicia de aquí empieza a ser cuestionable. Pero, desde luego, si me dan más películas como esta, que sean entretenidas, divertidas y muy frenéticas, tendré que comprar el resultado a pesar de no estar de acuerdo con lo que se está haciendo con la obra de Dumas. Recomendable.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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8
10 de junio de 2022
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo la sensación de que las películas donde se mezclan arte y emoción suelen estar, en líneas generales, bastante minusvaloradas. Que son cintas a las que se mira “por encima del hombro” desde algunos sectores de la crítica y el público. Como si el hecho de buscar provocar sentimientos positivos en el espectador y moverse en el territorio de las “Feel Good movies” fuese algo menos válido que otras propuestas. Sinceramente, creo que se debe juzgar cada película por lo que es y lo que pretende ser. Y que películas como Tenor se merecen ser completamente valoradas por conseguir transmitir, con saber hacer y talento, emociones que impacten en el espectador y que nos recuerden que, al final del día, el arte va de la mano de la emoción. Aunque a veces lo olvidemos.

Una vez aclarado lo anterior, y entrando en materia con el largometraje que nos atañe, “Tenor” que llegará a la cartelera española el nueve de junio, trata sobre la vida de un chico llamado Antoine, de los suburbios de París, que aspira a ser rapero, mientras estudia una carrera que no le gusta por contentar a su hermano y trabaja de repartidor de sushi para ganarse la vida. Todo su mundo se pondrá patas arriba cuando, por una casualidad, conoce a la Sra. Loiseau, profesora de ópera, que queda asombrada con el enorme talento de Antoine y quiere potenciarlo.

La cinta, que arranca con una premisa que puede recordar a multitud de películas de corte y temática similar -Se me ocurren películas que podrían ser referentes de esta la magnífica “Begin Again” o fuera del ámbito artístico “el indomable Will Hunting” cinta a la que además homenajea en una secuencia- consigue ganarse su personalidad propia haciendo algo que el cine francés domina a la perfección y que no es otra cosa que mostrar y poner en valor las raíces de su cultura.
“Tenor” transita durante gran parte de su metraje por ese retrato social de los suburbios de París (problemas con la ley, prejuicios, violencia, enfrentamiento entre bandas) mientras su protagonista se debate entre su barrio y sus amigos y la elegancia y la brillantez de la ópera parisina. Es esa dicotomía que envuelve al personaje la misma que va a envolver a la trama de la película creando el principal frente de conflicto que el guion va a tratar y que, en mi opinión, sabe manejar con mucho acierto alternando momentos dramáticos con otros más ligeros y cómicos.

El dúo protagonista está francamente sensacional. Sorprende especialmente Mohammed Belkhir, que debuta en esta película, y que no solo demuestra un enorme talento artístico en todos los ámbitos (algo lógico conociendo que venia de participar en el programa de “La voz”) sino que se mueve con mucha soltura en sus vertientes más dramáticas. Michèle Laroque, por su parte, se desenvuelve con talento y solvencia y sigue demostrando que es una actriz siempre fiable. La química entre ambos es maravillosa y el verdadero corazón de todo el metraje.

En definitiva, creo que “Tenor” es una notable película sobre la búsqueda y consecución de nuestros sueños. Y que es lo suficientemente inteligente para asegurarse una personalidad propia que la distinga de otros productos de corte similar apoyándose en la cultura francesa mientras reivindica y enseña tanto las luces como las sombras de todo ello.
Además, es una cinta con tantísimo corazón en algunos momentos que es muy sencillo emocionarse en los puntos dramáticos cumbres. Muy recomendable que vayáis a verla si os gustan este tipo de propuestas. A mí, particularmente, me ha dejado muy satisfecho y me ha emocionado un par de veces

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de mundoplustv
Quique Martín
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7
8 de noviembre de 2022
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya tiempo que vengo pensando que en la industria del cine todo el tema de los “remakes” se ha ido de las manos. Y que, si a veces pienso que tiene poco sentido hacer un remake de películas que tienen treinta o cuarenta años, menos sentido tiene aún hacer un remake sobre una película que tiene apenas cinco años. Y, lamentablemente, en los últimos tiempos esto ha ocurrido con excesiva frecuencia.
Pasó con “the upside” (remake de la francesa intocable, la cual os recomiendo muchísimo), ocurrió más tarde con el remake de la brillante “the guilty” (en España llamada culpable) por parte de Netflix y ocurre ahora con esta película llamada “¡Corten!”, que es la que nos ocupa, y que es otro remake de la brillantísima y muy original película japonesa “One cut of the dead” de 2017.
Puedo entender que se realicen adaptaciones de una historia a otras culturas distintas. De hecho, eso es lo que mejor hace la película que nos atañe a diferencia de las otras que he mencionado con anterioridad. Pero se me hace muy difícil pensar en la terrible crisis de ideas que estamos teniendo para que ya se vuelvan a rehacer películas que no tienen ni diez años.

En cualquier caso, “Corten!” que llegará a nuestros cines el cuatro de noviembre, es una película tremendamente divertida. No cabe duda de ello. Obviamente, cualquier mínimo atisbo de medir su originalidad queda completamente anulado desde el mismo momento en que decidieron crear una copia prácticamente plano a plano de la película japonesa. Pero, a pesar de todo ello, hay que reconocer que la cinta funciona perfectamente bien. Aunque el mérito no sea suyo, es obvio que consigue hacer reír y mucho. Yo, de hecho, me lo pasé francamente bien viendo la cinta. Pero no puedo evitar pensar que no hay ninguna necesidad de llevar a cabo estos productos.

Una vez aclarado lo anterior, vamos a hablar un poco de la cinta. La película arranca con la grabación de una película de zombis de serie Z. De hecho, cuando ves los primeros treinta minutos de la cinta, uno está pensando cómo se ha metido a ver algo así. Pero, una vez llegamos al final de los primeros treinta minutos (rodados en un plano secuencia francamente bonito e inmersivo), la película comienza un flashback y te explica como se ha llegado hasta ese rodaje y las cosas que están pasando entre bambalinas. Es en esa segunda mitad de la cinta donde todo funciona de maravilla y donde los espectadores (especialmente aquellos que no hayan visto la original) van a romper a reír a carcajadas en multitud de ocasiones.
Es obvio que esta cinta, además de estar muy bien interpretada (mejor que la original de largo), cuenta con muchos más medios que su predecesora y eso se hace palpable en todo momento. Tan palpable que uno se pregunta sino podrían haber intentado arriesgar bastante más y separarse del material original ya que estaban con todo ello.
Hay que decir, eso sí, que si realizan un esfuerzo por seguir siendo meta cinematográficos en sus propósitos hasta el punto que el propio guion es consciente de que es un remake. Y eso les permite crear algunas bromas sobre el hecho de que actores franceses estén actuando con nombres japoneses y cosas del estilo. No es mucho lo que se varía y explota este concepto, pero lo poco que se hace funciona.
Además, contar con la dirección de Michel Hazanavicius (ganador del Oscar por “The artist”) te da un evidente plus cualitativo ahí que no teníamos en la japonesa que no tenía apenas presupuesto para casi nada.

En definitiva, y por no extenderme mucho más. Creo que “Corten!” es una película muy divertida, francamente bien interpretada y cuya dirección y montaje destacan mucho en la segunda mitad de la película. Es evidente que me parece, a todas luces, innecesaria. Y también está claro que no es nada original. Pero creo que, a pesar de todas sus contraindicaciones, provocará risas y diversión entre la mayoría de espectadores. Especialmente entre los que lleguen a las salas sin haber visto su predecesora. La cual, en mi humilde opinión, merece mucho la pena.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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7
22 de septiembre de 2022
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente parece que hay una cierta tendencia a que lleguen con más asiduidad de lo habitual a nuestros cines películas denominadas en el mundo anglosajón como “Feel Good movies”. Cintas que, casi desde el inicio, sabes que estructura van a seguir más o menos y que suplen la falta de sorpresas en la trama y en la carencia de giros argumentales con poner muchísimo sentimiento y corazón a las historias que nos cuentan. Moviéndose, con gracilidad si se hace bien o con torpeza si está mal hecho, entre la comedía más distendida y el drama ligerito pero efectivo que busca que el espectador se emocione.

En esta ocasión, llega a los cines de toda España el dieciséis de septiembre “La vida padre”, película que cumple al pie de la letra lo anteriormente citado (dentro del grupo de las que lo hacen bien) pero que, además, aporta un extra gracias a sus fantásticos actores.
La cinta arranca con un flashback donde vemos una broma por parte de dos críos en el restaurante de su padre, con el rey de España por medio, que sale francamente mal y que acaba con la depresión y posterior muerte/desaparición del cabeza de familia. Al que da vida el enormísimo Karra Elejalde que está absolutamente fantástico. Posteriormente, la película nos traslada al presente, lugar en que se produce toda la narración y donde nos cuentan que, después de muchos años, los hijos han seguido con el restaurante del padre y que han dado a este por muerto tras caer a la ría. Obviamente la reaparición de su padre, que además no recuerda quienes son y sigue “viviendo” en 1990, va a dar un giro de ciento ochenta grados a las vidas de todos.

Siguiendo desde este arranque, la película nos lleva a transitar por una historia plagada de bromas de cocina (muchísimos gags desternillantes sobre la alta cocina y el esnobismo que, en ocasiones, la acompaña), algunos chistes meta cinematográficos con la procedencia del actor protagonista real y su distinta procedencia en la cinta y muchas situaciones hilarantes sobre cómo sería para alguien que “vive” en 1990 aterrizar de golpe en pleno 2022 con el auge de las tecnologías y los múltiples avances que hemos tenido durante estos treinta años.
Toda esta parte cómica, que funciona francamente bien, la equilibra el guion con una parte más emotiva donde la cinta explora esa relación de un padre que ha estado ausente durante tantísimos años, que no recuerda a sus propios hijos (o, mejor dicho, no los reconoce porque para él tienen 7 y 8 años) y como toda esa familia ha asumido esa ausencia y ahora tiene que aceptar este cambio completo de paradigma dentro del núcleo familiar. Las idas y venidas, la búsqueda por volver a conectar con un padre muy gruñón y muy distinto del que recuerdan de la infancia y otros temas que no explicaré por no entrar en spoilers importantes de la cinta son el corazón de esta pequeña pero tierna historia contada por Joaquín Mazón.

Obviamente, la cinta en ocasiones tira de tópicos. Y, debo decir, que creo que desaprovecha a los dos personajes femeninos (tanto a la madre como a la doctora del padre). Y es algo que yo, particularmente, he echado en falta. Esa falta de desarrollo en unos personajes que podían poner el contrapunto más terrenal a la locura en la que se ven envueltos padre e hijo. Pero, en cualquier caso, creo que nos encontramos ante una película que funciona muy bien en sus pretensiones y que, gracias a los dos actores protagonistas, se erige como una buena y divertida comedia. No tendrá la profundidad de otras propuestas mucho más sesudas y repletas de humor inteligente. Pero tampoco lo necesita. Si queréis pasar un buen rato riendo y emocionándoos, os recomiendo pasaros por el cine.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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8
17 de marzo de 2023
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
La franquicia de Rocky lleva, con esta última película, un total de nueve proyectos a sus espaldas. Que se dice pronto. A los seis bajo la marca Rocky Balboa, propiamente dicha, hemos tenido que sumar estos tres del “spin-off” llamado Creed. Digo esto porque, a estas alturas de la película, creo que todos podemos asumir que no van a inventar la rueda. Las claves donde se han movido las dos sagas -épica, levantarse después de una derrota, entrenamientos con momentos “videocliperos” de fondo, el “eye of the tiger”- están muy marcadas y “Creed III” no es la excepción que confirma la regla.
Huelga decir, eso sí, que esta es la primera de las nueve entregas donde la figura de Rocky desaparece y Creed pasa a volar en solitario y sin red. Tener a Stallone en las dos anteriores entregas le daba a esta nueva franquicia cierta sensación de seguridad -además de venir apadrinada por el propio Sylvester- ya que el público tenía un elemento claro y reconocible al que recurrir -y admirar- y los fans estaban encantados de seguir viendo a su ídolo, aunque fuese en un rol de entrenador y ya no de púgil. Pero, en “Creed III” esto ha cambiado.

La película -en cines desde el día 3 de marzo- que, además, pasa a ser la opera prima de Michael B Jordan -grata sorpresa en la dirección, dicho sea de paso, con algunos recursos visuales francamente potentes y bien trazados, aunque no están a la altura de lo logrado por Coogler en la primera entrega- ha optado por hablarnos por fin de la figura de Adonis Creed y abandonar esa sombra de Balboa donde se sentía cómoda pero no acababa de tener toda la personalidad propia que podría haber tenido.
Ahora el que importa es Adonis y el conflicto de esta película nos lo demuestra. Utilizando a un amigo del pasado del protagonista que viene a destapar algunas miserias que el tiempo había enterrado profundamente y que Adonis deberá solucionar si quiere seguir adelante con su vida sintiéndose bien y en paz con él mismo y con su pasado.

Jonathan Mayors, que da vida a este amigo de la infancia de Creed, es uno de los grandísimos aciertos de la película. No solo porque físicamente está perfecto e impone gracias a su imponente físico en todas las escenas de combate, sino porque el actor norteamericano consigue darle muchos registros a su personaje y no se tambalea en las partes dramáticas. Además, en el duelo actoral con Jordan creo que se alza ganador y demuestra la importancia de tener un buen antagonista en este tipo de sagas.

Este duelo entre ambos es la pieza clave de esta secuela y así debía ser. Con un “villano” a la altura del protagonista y que tuviese el suficiente desarrollo dramático para que nos importase lo que pueda ocurrir o no con él. Y no solo fuese una “persona a la que vencer” sin más importancia posterior. Obviamente, el hecho de que tú entiendas las motivaciones del personaje de Mayors te ayuda mucho a empatizar con su drama y a que, aunque la película este contada desde la perspectiva de Creed, tu puedas entender también a Damian. Hecho que, en entregas pasadas, como con el mítico Drago de la cuarta entrega, no ocurría tanto.

Creo que, si deciden seguir haciendo películas -que a juzgar por lo que se oye de la taquilla, es más que probable- este camino que han iniciado aquí es el correcto para avanzar. Con esa dosis de épica mezclada con el drama más familiar que te da contexto y más importancia para los combates y te aporta ese plus extra de conexión emocional que hace que el final pueda ser más satisfactorio.

Más allá de esto, la cinta es exactamente eso que esperas. Peleas épicas donde las haya, momentazos de entrenamiento yendo al límite y una pelea prácticamente fratricida donde todos ponen toda la carne en el asador. Incluido el joven director que recurre a algunos trucos visuales como el “traslado de ring” -cuando lo veáis sabréis a que me refiero- o la introducción de música más urbana para darle su “toque Creed”, que le sientan francamente bien a todo el conjunto de la película. Quizá, eso sí, la trama con la hija de Adonis y su desarrollo se alarga en exceso quitando momentos de lo que “hemos venido a ver”.
En cualquier caso, creo que estamos ante una película que cumple con creces las expectativas y que va a gustar a los fans, como ya gustaron en líneas generales las dos anteriores. Es curioso que, a pesar de llevar nueve entregas y de no innovar en exceso, esta saga se las apaña para seguir resultando refrescante.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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