Críticas de ÉGIDA
14 de octubre de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amable, e intrascendente, comedia para pasar un buen rato sin sobresaltos.
Discreta, sencilla, suficientemente entretenida (a veces, divertida), correcta en sus aspectos formales, la película posee los ingredientes para que cualquier amante del cine, sobre todo si también lo es del baile y los musicales, se sienta más que satisfecho.
Aunque es algo previsible en su desarrollo, resulta un pasatiempo ameno, elegante y ofrece la oportunidad de disfrutar de la magnífica talla de Fred Astaire como bailarín.
Y también como actor.
Discreta, sencilla, suficientemente entretenida (a veces, divertida), correcta en sus aspectos formales, la película posee los ingredientes para que cualquier amante del cine, sobre todo si también lo es del baile y los musicales, se sienta más que satisfecho.
Aunque es algo previsible en su desarrollo, resulta un pasatiempo ameno, elegante y ofrece la oportunidad de disfrutar de la magnífica talla de Fred Astaire como bailarín.
Y también como actor.
5 de marzo de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraordinaria película y, según se suele afirmar, una de las mejores de Chaplin.
De amplio interés histórico, posee también el valor de un notable dominio de la destreza cinematográfica y el de la vigencia de su técnica narrativa.
La película se ve con agrado, a veces con puro deleite, con entusiasmo y, en todo caso, con un interés que no decae en ningún momento.
Eso, tratándose de cine mudo, resulta importante.
Y, además, apetece verla por segunda vez.
De amplio interés histórico, posee también el valor de un notable dominio de la destreza cinematográfica y el de la vigencia de su técnica narrativa.
La película se ve con agrado, a veces con puro deleite, con entusiasmo y, en todo caso, con un interés que no decae en ningún momento.
Eso, tratándose de cine mudo, resulta importante.
Y, además, apetece verla por segunda vez.
1 de marzo de 2011
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el principio se adivina el camino por el que discurrirán los acontecimientos sin necesidad de recurrir a la brujería.
Mal comienzo.
Y aunque, con buena voluntad, es posible aceptar que en algunos momentos posee su puntito de gracia, lo que ofrece es escaso y, sin duda, despierta un interés mínimo.
¿El corto?
Sosito, sosito.
Mal comienzo.
Y aunque, con buena voluntad, es posible aceptar que en algunos momentos posee su puntito de gracia, lo que ofrece es escaso y, sin duda, despierta un interés mínimo.
¿El corto?
Sosito, sosito.
24 de junio de 2010
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando unos bellísimos grafismos japoneses comienzan a configurar los títulos de crédito, que son puestos en realce por el sonido obsesivo de un tambor cuya melodía sobrecoge, uno se imagina que se encuentra ante una obra maravillosa de la que ha oído hablar todas las excelencias del mundo.
Pero se trata de un espejismo.
En realidad nos saluda una película irregular que trata sobre la vida misérrima
Lo realmente funesto es que va perdiendo calidad a medida que los minutos avanzan (más de tres horas de duración) ahogada por el peso de su propia desmesura y por una técnica narrativa que corresponde a la época del cine mudo.
Aunque es cierto que al espectador occidental le queda el consuelo de considerar la película como una curiosidad cultural de otras latitudes.
Algo es algo.
Pero se trata de un espejismo.
En realidad nos saluda una película irregular que trata sobre la vida misérrima
Lo realmente funesto es que va perdiendo calidad a medida que los minutos avanzan (más de tres horas de duración) ahogada por el peso de su propia desmesura y por una técnica narrativa que corresponde a la época del cine mudo.
Aunque es cierto que al espectador occidental le queda el consuelo de considerar la película como una curiosidad cultural de otras latitudes.
Algo es algo.
11 de diciembre de 2010
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay quien cree que redactar una anécdota junto a otra es componer una historia.
Hay quien cree que aportar detalles sobre la vida de una persona es escribir una biografía.
Pero ni lo uno ni lo otro es cierto.
Y cuando se afronta la labor de llevar a la pantalla una trayectoria tan compleja, tan rica, tan heterodoxa, tan controvertida y tan iconoclasta como la de Joe Orton el valor de esas dos erróneas creencias cobra todo su significado.
Ninguno de los espectadores de este film podrá hacerse una idea de cómo era realmente el personaje ni su obra.
Joe Orton merecía otro tratamiento.
Hay quien cree que aportar detalles sobre la vida de una persona es escribir una biografía.
Pero ni lo uno ni lo otro es cierto.
Y cuando se afronta la labor de llevar a la pantalla una trayectoria tan compleja, tan rica, tan heterodoxa, tan controvertida y tan iconoclasta como la de Joe Orton el valor de esas dos erróneas creencias cobra todo su significado.
Ninguno de los espectadores de este film podrá hacerse una idea de cómo era realmente el personaje ni su obra.
Joe Orton merecía otro tratamiento.
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