Alberto está casado con Elena, tiene un hijo, y además mantiene una relación paralela con Diego, quien no sabe que Alberto tiene una familia.
La manera en que encaran el tema es desigual, por momentos logran retratar la frustración de los tres, de Elena por estar enamorada y formado una familia con un hombre que es bisexual, Diego que no sabe como enfrentar el hecho de que su novio con quien pensaba irse a vivir, en realidad es casado y tiene un hijo, y por último Alberto que nunca logra estar bien consigo mismo, ya que no se siente completo estando solo con su familia, ni viviendo con Diego separado de esta.
Tal vez el final de Alberto es mediocre como si los guionistas no hubieran sabido o querido decidirse por el el rumbo que tenia que seguir Aleberto.
La escena del cementerio se ve forzada, además de ser completamente innecesaria.

Empieza bien, pero a los 30 minutos comienzan los clichés, la escena de la estatua es obvia e innecesaria, las que hay entre Jennifer Love Hewitt y Jason Lee son muy cursis, Sigourney Weaver esta bien al principio aunque después cansa, Ray Liotta realiza el personaje más insoportable de todos, interpretando al idiota, Gene Hackman está totalmente desperdiciado en el papel del típico millonario que se casa con una mujer más joven.
Hay que reconocer que la película se puede ver, pero nada más, y que en varios llega a aburrir por lo cliché de los personajes y la ironía e ingenio inicial da paso a una comedia romántica.

Tal vez la forma en la que el guionista y el director eligieron contar esta historia es atípica para los canones de Hollywood, aunque haya escenas de accón, y de riesgo, la película es cruda, tanto en las imagenes como en los dialogos.
Se aplaude que decidieran no precindir de las partes escabrosas como el caniovalismo sin llegar en ningún momento al morbo, también hay que reconocer la estética ya que se encargaron que todos los hombres se les creciera la barba, y se les escarchara la piel por el frio.
El elenco excelente destacando a Illena Douglas en el que creo fue su mejor trabajo.

Se suma a esa especie de subgénero que fueron las películas que utilizaban las leyendas, mitos y demás historias de terror y las trasladaban a la época actual, sumando preferiblemente a una gran ciudad, en este caso New York, en si la película fracasa, ya que además de correr a sus víctimas por el Central Park en vez de hacerlo en los bosques de Transilvania, aporta poco y nada, sus diálogos están repletos de clichés y el final es predecible.

Un perverso muchacho llamado Alex se divierte con sus amigos, de forma perversa, a Alex lo terminan recluyendo en un centro para "rehabilitarlo", la forma en que muestran esta supuesta rehabilitación es lejos lo mejor de la película.
Por momentos su cinismo se vuelve obvio pero es solo por excasos minutos.
La película dura más de lo que deberia.

Rescatar los detalles, como el interior de la casa de los padres de Alex al igual que la vestimenta de estos.
En momentos cansa la omnipresencia del protagonista al igual que su voz en off, pero se redime a cada frase.